Ariel volvió a quedar en silencio frente a la pantalla de su PC. Sentía que volvía a quedar solo y no sabía por qué creía que había perdido incluso hasta su nueva amistad con Alfonso. Las fotos que había subido le daban la sensación de que en realidad no era tan importante, Margarita lo era aún más y por lo tanto, si algún lugar podría ocupar, sería siempre detrás de ella... ¿y cómo no habría de ser así? Alfonso era un chico «normal» y por lo tanto, su prioridad deberían ser las chicas. Si algo de su tiempo pudiera dedicarle Alfonso, sería siempre el que le sobrara... «El tiempo que le sobre...» pensó; «Si de chicos se trata, a lo más que puedo aspirar es a ocupar un lugar secundario... a estar uno o varios escalones más abajo... a llenar algún pequeño vacío para que la vida de ellos sea completa y feliz... centrada en sus novias... pero con un compinche... yo... que termine de llenar el agujero... Pero... quizás ni eso... Yo no soy de los que saldría a beber alcohol... a jugar fútbol... y a hacer las cosas que se supone debería hacer un compinche... ¡joder! Creo que... en realidad... no puedo aspirar ni siquiera a eso...»
Mientras tanto, la tarde del sábado, tan ansiada por todos y tan odiada por Ariel, había comenzado su inexorable y vacío curso. Sabía que era inútil luchar por el amor de César y ahora no estaba siquiera seguro de continuar la amistad de Alfonso... «¡Margarita! ¿Por qué tiene que atravesarse? ¿No hay suficientes chicos en el colegio? ¿Por qué Alfonso? ¿Acaso supo que nos hemos hecho amigos y por eso decidió interponerse? ¿Querrá quitarme el único amigo que tengo? ¿Por qué tiene que ser tan mala?»; pensaba. En ese momento creyó que debería pelear contra ella y recuperar a Alfonso, pero inmediatamente concluyó que sería inútil. Ella era una chica, no muy guapa pero agradable, ella tendría lo que Alfonso quería y que Ariel no. Aunque quisiera luchar, perdería sin lugar a dudas.
—«¡Qué horror!» —se dijo mentalmente—. «¿Qué clase de vida me espera? Aunque no fuera Alfonso... o César... o cualquier chico... siempre perderé cuando alguna mujer se interponga... ¡Maldición! ¿Por qué tuve que nacer así?»
Ariel se torturaba pensando todo esto mientras todavía tenía en su pantalla el estatus de César, PhantomJC: «Me enamoré y ya no hay lugar para nadie más.» Esas palabras eran como una daga enterrada en su corazón. Al tomar conciencia de lo que estaba haciendo y mirando, volvió al perfil de Alfonso; no quería seguir viendo esa declaración que significaba que había perdido a César para siempre. ¿Pero cómo puede perderse algo que no se tiene? Tenía algo de esperanza y por lo visto, César y la esperanza eran una y la misma cosa. Al volver al perfil de Alfonso volvió también a ver la foto en que estaba con César y se extasió mirando al objeto de su amor... hermoso y sensual... con sus pantaloncillos cortos que dejaban ver sus maravillosas piernas... con su camiseta de tirantes, muy holgada, que dejaban ver los músculos de sus brazos y torso... Pasó suavemente su mano por la pantalla intentando acariciar, a la distancia, ese cuerpo adorado, ese rostro añorado que apenas esbozaba una sonrisa indefinida, contrastando con la alegría evidente de la expresión de Alfonso en la misma foto. En ese momento pensó que la única manera de tener algo de César sería a través de Facebook y concretamente, a través del perfil de Alfonso. Lo pensó un instante y se decidió: a pesar de Margarita y todo, le enviaría la solicitud de amistad:
«Fonsi: soy yo, Ariel. He abierto una cuenta aquí y dicen que tengo que enviarte esta solicitud. No sé muy bien cómo funciona, pero aquí va.»
Y la envió. Respiró profundo recostándose sobre el respaldar de su silla y cruzando sus manos en la nuca. En eso vio que en su propio perfil no había puesto ningún estatus.
—¿Qué pongo? —se dijo en voz baja.
Había visto que los chicos ponían algo que querían compartir con sus amigos, así César había lanzado la declaración y advertencia lapidarias y Alfonso un comentario sobre la selección de fútbol 5.
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EL BESO BAJO EL SAUCE
Подростковая литератураNOVELA CORTA - DE TEMÁTICA GAY (Reto: #EscríbeloYa) No siempre lo que parece imposible lo es. Muchas veces, sobre todo en la adolescencia, se tiende a confundir lo difícil con lo imposible, y tanto más cuando se trata del primer amor; ese que junt...