29. Míster Romántico.

400K 26.5K 4.8K
                                    

Capítulo 29: "Míster romántico"

Emma.

Llegué pasada la una de la madrugada a casa, por suerte no había rastro de mi madre y menos de mi padre. Caminé con mucha delicadeza por la escalera, mi peor pesadilla fue el primer escalón. Después de ese ruido, la casa crujió, me detuve en seco con un pie en el aire y continue mi camino lo más sigilosa posible. Si mis padres se enteraban de que había llegado a esta hora, probablemente me contratarían un guardaespaldas.

Este día quedará en mi mente por el resto de mi vida. Con Nick, permanecimos toda la tarde sentados y hablando de cosas triviales, por las que nos reíamos de cada tontería dicha. También nos pusimos serios al hablar de su padre, que después de esto ya no existirá para Nick. Me vino a dejar hasta la puerta de mi casa, lo había hecho pasar, pero se negó, me dijo que se quedaría en un departamento de la universidad donde estudia y que no se quería tomar lo que teníamos tan apresurado, quería darme tiempo para poner mis pensamientos en orden.

Mi habitación estaba siendo invadida, bolsos con ropa a medio abrir, cajas de zapatos, mucho maquillaje en mis muebles, una guitarra a los pies de mi cama y por último ella, Camelia esparcida como una gelatina encima de mi cama. Desde hoy comenzaba su nueva vida, conmigo en mi casa.

El vestido que estaba usando estaba todo enmarañado, sucio y con olor a bosque ¿han sentido ese olor a bosque? Una mezcla entre humedad y moho, con madera recién cortada, bueno, ese olor tenia conmigo. Traté de recolectar un poco de ropa limpia y me metí a la ducha. No me demore más de 15 minutos.

Di una mirada rápida a mi habitación y resoplé. Tendría que comprar muebles nuevos, para poder reordenar toda la ropa.

Estaba cansada, demasiado para ser normal, acomodé bien la toalla por sobre mi cuerpo y me dispuse a cambiarme ropa.

—Wow, que espectáculo ¡joder!

Me quedé en pie estática frente al espejo de cuerpo entero que tenía. Miré a través de él, Camelia estaba durmiendo con la boca abierta y tirando baba. Más allá una sombra sentada en el suelo me espantó.

—¿Quién eres y qué haces aquí? —mi voz salía temblorosa.

La persona soltó una risa.

—Vamos Emma.... hace... ¡mm! Hace más o menos una media hora te dejé en la puerta de tu casa —La persona se levantó y al fin pude ver su cara. Cada músculo de mi cuerpo se relajó al ver a Nick sonriendo— ¿Me ibas a atacar con la toalla? —preguntó apuntando mis manos. Tenía la toalla entre mis manos, dispuesta a golpearlo.

Inclino mi cara roja de la vergüenza, no sé si es porque mi objeto de ataque es patético o porque me vio ¿desnuda?

—¿Desde hace cuánto estas aquí? —preguntó tirando la toalla al suelo y arreglando mi cabello.

—Lo suficiente para ver tu trasero.

Lo miro con la boca abierta. Se suponía que lo llevaríamos más lento, y él viene y me dice que me vio. ¡Esto no podía ser más vergonzoso!

—Oh... —trago saliva. Mi mente está en blanco— Vale. Aclaremos esto. ¿Qué haces aquí?

Me rodeó con sus brazos. Estaban fríos.

—¿Recuerdas que me iría a quedar a los departamentos de la Universidad? —asiento— Llegué muy tarde y estaba cerrado, así que... no me quedó otra opción y me vine hacia acá.

Miró mi cama y frunció el ceño.

—Ya veo. Creo que tu habitación todavía está habitable, podrías dormir ahí.

¡No Entres Ahí! [1° TEMPORADA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora