30. Señor Scott.

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Capítulo 30: "Señor Scott"

Emma.

—¡Ema Camille Chase Stewart! —¿Recuerdan alguna vez que sus padres los han llamado por su nombre completo y sabes que no es nada bueno? Yo sí, lo recuerdo perfectamente. Esa vez mi madre terminó en el hospital, Mark inconsciente y yo hecha un lío. Esto no pintaba nada bueno— ¡Ema, Ema, Ema! ¡Ema Chase, despierta! —los gritos de mi padre despertarían al vecindario completo si no cerraba su boca. Sentía como se movía dentro de la habitación como un león enjaulado, seguramente buscando algo para matar a Nick, mientras yo permanecía aferrada a su espalda, tratando de cerrar lo que más podía mis ojos, teniendo la esperanza que si no nos despertaba se iría.

¡ERROR!

Empezó a gritar en mi oído, golpe bajo, no me lo esperaba. De un salto me baje de la cama, me había golpeado la cabeza con la punta del mueble de noche. Me sobe un poco antes de encararlo.

—Emma...—dijo mi padre un tanto preocupado— Te lo mereces por entrar a chicos sin nuestro permiso a la casa y mas encima a él ¿en que estabas pensando?

Me senté en la orilla de la cama y lo miré. Sus ojos azules demostraban lo furioso que estaba, la vena de su cabeza palpitaba a tal grado que ya veía que explotaba, pero logro controlar su temperamento.

—¿No te enseñaron a tocar la puerta antes de entrar? —esa pregunta había salido sin previo aviso de mi boca, ni tiempo de procesarla tuve.

Levanta una ceja.

—¿¡Que iba a saber yo que estarías con este bueno para nada que lo único que sabe es dormir!? —le lanza una almohada en la cara, Nick ni se inmuta, no sabia si estaba actuando o se había muerto— Te andaba buscando para avisarte que con tu mama iríamos al hospital por la revisión del bebe y me encontré a Camelia babeando en tu cama, por lo que supuse estabas aquí, pero no con Nick.

Todavía no lograba pasar esa etapa con Nick, era hijo de Mark su mayor enemigo en la tierra ¿y que hacia su hija? Procrear con el hijo del enemigo. Muy bien Emma, ahora tu padre te odia.

—Papá no me odies, sé que no te cae bien, no pienses mal de ambos, no hicimos nada indebido, solo dormir, además Nick no tenia donde ir —levanta sus cejas y pone sus manos en la cintura— Vino en la madrugada a pedirme ayuda... no iba a despertarlos a esa hora, asique lo deje pasar. Solo por hoy.

Me mira y resopla derrotado de esta situación.

—Emma... —se acerca a mi oído y me susurra procurando que Nick no lo escuche— Ten cuidado con él, no quiero que salgas lastimada —deposita un beso en mi frente y se va a la puerta —Dile que el teatrito de hacerse el dormido no se lo cree nadie. Mejor levántense, Camelia te está esperando abajo.

Cierra la puerta de un portazo y me dejo caer en la cama. De pronto siento como Nick comienza a estirarse a mi lado.

—¡Uf! Pensé que no se iría nunca —me mira y me sonríe.

—Oh no, imbécil ¿crees que no se dio cuenta que estabas fingiendo? —le lanzo la almohada que mi papa le había lanzado antes.

—¿Así es como me tratas? — pone cara de dolido.

—Y yo soy la que debo recibir los retos ¡que injusta es la vida! Para él eres el enemigo.

—¿Enemigo?

—Si, enemigo.

Me queda mirando un rato y se abalanza contra mi cuerpo quedando sobre mí, sintiendo toda su hombría entre mis piernas. Mi cuerpo se estremece al sentirlo así de cerca, da pequeños besos en mi oreja, bajando por mi cuello y llegando a mi boca. Nos devoramos como si no hubiese mañana, al tocarme sentía como la electricidad recorría todo mi cuerpo, conocía todos mis puntos débiles. De pronto la calentura se vio interrumpida por unos ligeros y rápidos pasos que se acercaban desde el pasillo. Nick se levanta de salto poniéndose los pantalones y yo arreglando mi polera junto con mi cabeza, sentía como mis mejillas estaban ardiendo de calentura y vergüenza. La puerta se abrió con un gran estruendo, peor que la primera vez.

Era papá interrumpiéndonos. Mire a Nick un tanto asustada.

—¡Al fin despierta el bello durmiente! —saca su cabeza por el pasillo y grita— Están todavía aquí... vistiéndose.

Le hago a mi papá un gesto de que para la próxima toque la puerta. La manía de Scott de entrar dando portazos.

—Scott deja de gritar, haz estado toda la santa mañana gritando ¿Qué te pasa? —mamá entra a la habitación, su mirada va de Nick a mi y de mi a Nick — Ah... ya entiendo porque... Déjalos, tú y yo hacíamos cosas peores.

La pancita de mamá crecía cada día más. Mi mayor deseo desde pequeña era tener un hermanito o hermana, pero nunca logre verlo, hasta ahora y que mejor de mis padres.

—Podemos explicar todo... aquí no ha pasado nada —me levanto rápidamente— Si papá te conto algo más, es mentira, lo ha inventado todo.

Ella nos mira sonriendo. Desde atrás se me acerca Nick y me toma del brazo.

—Me sorprende verlos así... —ella bate sus manos en el aire— Felices y sin peleas. Y ya Scott dejalos, tu y yo tenemos muchas cosas por hacer. —le da un leve tirón en el brazo —El desayuno esta listo chicos. Si no se apuran Camelia lo terminara por ustedes.

Mi padre gruñó. Él no estaba para de contento con la decisión de mamá y lo único que se me ocurría era porque es hijo de Mark, no sabia si tenia sentimientos encontrados con Nick del pasado y la verdad prefería que todo se mantuviera así, en paz por una única vez en la vida. O también estaba siendo sobreprotector conmigo, pensaría que quizás Nick me alejaría de su lado, pero eso es imposible, fueron años lejos de el y años que quiero recuperar, conectarme a el como un verdadero padre que me fue arrebatado.

—Papá tranquilo —me acerco a él— Tu hija es muy fuerte...

—Créeme que lo sé, me encanta verte con esa hermosa sonrisa que tienes, solo que si alguien —mira a Nick por sobre mi— Rompe tu corazón en mil pedazos no me lo perdonaría, yo fui el primero en hacerlo y no quiero que vuelvas a pasar por una situación así, aunque aquí estaremos, para recoger cada pedacito y volver a ver renacer la Emma que amamos ¿Cierto Nick?

—Señor Scott —dice Nick, después de un largo tiempo en silencio— Lo que menos quiero es hacerle daño a su hija, por eso mismo hemos decidido que lo nuestro ira lento, trataremos de contarnos todos nuestro secretos, para que nadie salga lastimado —me mira y sonríe— Se que esto es un poco anticuado, pero me parece lo correcto... ¿me permitiría ser el novio de Emma?

Mi padre solo miraba a Nick, debatiéndose de la respuesta.

—Nick Donovan —dijo apuntándolo— Eres el hijo del ser mas despreciable de esta tierra, pero creo que eso no es algo que influya en la relación con mi hija, es mas siento que eres sincero con ella y que la amas, espero no estar equivocado o sabrás con quien te estas metiendo ¿me oíste? —Cada vez que le decía algo se acercaba cada vez más. Mamá y yo estábamos atenta a cualquier paso en falso, hasta que llego donde Nick y lo abrazó, simplemente lo abrazo y eso me hizo sentir muy feliz. Al fin— Eres bienvenido en nuestra familia Donovan —se giró en mi dirección— La primera discusión que tengan, sólo dímelo y lo arreglaré a golpes ¿de acuerdo?

Solté una risa tonta.

—En estos momentos Nick debería entrar bajo mil metros de tierra.

Mamá tomó del brazo a papá y salieron de la habitación. Sin antes...

—¡Ema Chase, recogerás todas las hojas secas del patio trasero! —gritaba por el pasillo mi padre— ¡Sin el aspirador, como castigo de encontrarlos en semejante escena! ¡Nick, tú no te me escapas! ¡Limpiarás la piscina y podarás los arbustos!

Escuchamos como la puerta de entrada se cerraba y el auto de mamá partía. Nick no se notaba contento.

—Mierda, siempre odié limpiar la piscina, pero bueno... ahora estamos legalmente juntos —me tomó de su polera y me estrelló contra su cuerpo para besarme.

—Bienvenido a la familia Nick... otra vez.

¡No Entres Ahí! [1° TEMPORADA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora