Capitulo 1: Trabajo y más trabajo

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El tiempo estaba espléndido aquel día, todo era una vida común y corriente, los estudiantes del instituto veían la clase más aburrida de la historia, dónde el único tema a tratar era la hija del maestro; mientras este hablaba, la gran mayoría de los estudiantes no le prestaban la más mínima atención.

Y Ashiya Hanae no era la excepción, aquel azabache con mechas azules dibujaba en su cuaderno distraído.

Hoy era aquel día que su jefe no había venido, al igual que los cinco días anteriores, la campana sonó mientras todos en la sala suspiraban aliviados -... Bien clase pueden irse, quiero un ensayo de la era feudal para la próxima semana, de quinientas palabras- Dijo el profesor recibiendo a cambio una queja de todos.

Cuando la mayoría de los alumnos se fue, Hanae se levantó de su silla. Se dispuso a irse, aunque se detuvo al ver el asiento atrás de él vacío.

-"De seguro se siente cansado"- Pensó el azabache algo preocupado, con esos pensamientos caminó unos pasos hacia la puerta.

Antes de abrir la puerta, una sonrisa surcó sus labios y sus ojos se iluminaron -Abeno-san...- abrió la puerta con lentitud, aunque Hanae borró su sonrisa y sus ojos se oscurecieron al ver el mismo pasillo gris.

Pasaron unos minutos estático, no entendía el porqué necesitaba ver a su jefe con tanta urgencia, salió de allí cabizbajo.

Al llegar a su casa su madre lo recibió con margaritas y una sonrisa -Okaeri Hanae, las margaritas son la luz en la oscuridad, ya que apuntan hacia esta- Como siempre su madre le hablaba en el lenguaje de las flores.

-Tadaima Oka-san, no es necesario que hables a través de las flores- Dijo Hanae pasando por la tienda y entrando a su casa.

Sin comer se dirigió a su cuarto algo desganado, aunque al abrir la puerta vio a su jefe sentado en aquella habitación tomando té junto a peludito, uno de los Yokai -Oi pasa de una vez- Dijo el rubio sin mirarle la cara al azabache -Hay trabajo-.

Aquella sonrisa boba se asomó en los labios de Hanae -¡Hai!- entró cerrando la puerta a sus espaldas -Abeno-san ¿Qué hizo estos días?-.

-¿Ha?- el ojiamarillo miró con el ceño fruncido a Hanae -Trabajar, por eso soy el amo de la mononokean-.

-G-Gomen nasai- Dijo Hanae inclinándose, un tintineo se escuchó al instante, el azabache miró el pergamino de la pared -"No te preocupes Hanae (°^°)p"- leyó riendo -No lo estoy mononokean-.

Otro tintineo se escuchó -"Le Hacías falta a..."- Leyó con lentitud pero el golpe seco de Abeno Haruitsuki en el suelo no dejó que terminara.

-Mononokean, fue suficiente- Dijo molesto mientras cerraba sus ojos -Ashiya tenemos un trabajo importante-.

Hanae se quitó los zapatos sentándose al frente de Haruitsuki -¿Cuál es?- Preguntó observando al mayor.

-Debemos buscar un gato- Dijo mientras la bola de pelo se acercaba a Hanae, el azabache acarició su pelo con delicadeza -¡Hey! ¡¿Me escuchaste Ashiya?!-.

-Sí, te escuché fuerte y claro, no me grites Abeno-san- Le regañó Hanae formando un puchero, el cual no pasó por alto el mayor -¿Cuál es el dueño?-.

-El dueño es un Yokai llamado Flofy, tu te encargarás de ese y yo de otro- Dijo levantándose el ojiamarillo con rapidez -Tenemos mucho trabajo-.

-Lo haré con mucho gusto Abano-san- Dijo Hanae con su típica sonrisa, el mayor se quedó embobado viéndola; pero al momento se borró esa idea de la cabeza.

-Ve por aquella puerta- Dijo Haruitsuki señalando la puerta pequeña -El trabajo es simple, no lo arruines como un niño pequeño-.

-¿Qué quiere decir?- Susurró para si mismo, él sabía que Abeno-san le decía niño todo el tiempo por su inmadurez.

-¿Hu?- Pero al ver que lo escuchó salió corriendo de allí, Haruitsuki suspiró mientras metía sus manos en su manga -"Nunca cambiará "- pensó con una mirada tranquila.

Un tintineo llamó la atención de Haruitsuki -"Ne ne Haruitsuki..."- Comenzó a leer el rubio, aunque ante el silencio se preocupó, al poco rato sonó el tintineo -" ¿Te gusta Hanae? *&*"-.

Unos pocos colores tomaron lugar en las mejillas de Haruitsuki -¿Qué estupidez dices? Soy un hombre y él también- Dijo el amo con notable nerviosismo -Vamos pelusa, tenemos trabajo-.

El animal asintió saliendo por la puerta principal, el mayor cerró la puerta dejando a Mononokean vacía.

En unos pocos minutos otro tintineo se escuchó -"Lo sabía (*~*)r"- Escribió en su papel con pequeñas gotas de sangre, dando a entender su derrame nasal.

Toda la semana, para los dos, fue completamente agotadora; los trabajos no pararon de llegar y hasta el mismo Haruitsuki había abierto más veces el portal al inframundo.

Ahora, los dos, se encontraban en el suelo de la Mononokean exhaustos, aunque el rubio dormía.

Un tintineo hizo que Hanae levantara la vista -"Se ven horribles (°∆°)"- Leyó Hanae con pesar, otro tintineo se oyó al instante -"Parecen sacados de un coliseo"-.

-Has silencio Ashiya- Dijo el mayor con mucho sueño -Sólo es... Sueño-.

Hanae se levantó con cuidado le sonrió a aquella cosa blanca en su hombro y miró al pergamino, un tintineo leve hizo que el observara.

"Hanae shh" Parecía no querer despertarlo, borró sus letras y escribió otras "¿Quieres impresionar a Haruitsuki?" Recitó el pergamino haciendo que Hanae le tomara atención.

Asintió con delicadeza mientras veía al rubio dormir, un tintineo leve se escuchó "Lo sabía (°π°)" leyó para si esbozando una sonrisa "¿Te gusta?" Y con lo sonrojado que se puso ya dijo todo "Kyaaaa".

Al momento negó, pero ¿A quién engañaba? Hanae se había enamorado de Haruitsuki, con una mirada decidida asintió.

-" Harás este trabajo..."- Leyó con cuidado quedando conmocionado, esto sería fácil pero debía tener cuidado, ir a exorcizar el mismo aquello le aterraba -"¿Lo harás? (O.O)"-.

Hanae pensó por un rato hasta que asintió, la Mononokean le dio las especificaciones y Hanae se fue. Al llegar a su casa y tumbarse en su cama, no pudo contener las ganas de gritar, estaba feliz.

-Debo conseguirlo a toda costa- Dijo con una sonrisa poco usual en el azabache, él amaba con una fuerza extraña al rubio -Abeno-san le encantará estoy seguro-.

Con una gran sonrisa se durmió cómodo en su cama, al día siguiente haría lo que fuera para recibir al menos una sonrisa de orgullo por parte de Abeno Haruitsuki, su jefe.

Aunque todo buen plan puede dar un giro inesperado y extraño, convirtiendo a este en algo totalmente distinto.

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Continuará...

A tu lado -Fugeki na Mononokean-Donde viven las historias. Descúbrelo ahora