Capítulo 12: Montaña nevada.

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El comienzo de ese día fue muy malo para el azabache, se encontraba en el baño vomitando tras haber desayunado con Itsuki, el rubio por su parte tocaba la puerta preocupado.

-¿Te encuentras bien?- Preguntó Itsuki tras la puerta, al escuchar como tiraba de la cadena.

Hanae suspiró mientras caminaba hacia la puerta y la abría, se apoyó en el marco mirando a su rubio -Más o menos- Respondió algo débil, no entendía como y cuando se había enfermado.

-Me preocupas Hanae- Dijo el rubio mientras Hanae comenzaba a llorar -¿Eh? ¿Por qué lloras?- lo abrazó con delicadeza escuchando sus sollozos.

-Porque ahora tengo hambre- Dijo el azabache aferrándose al haori del contrario, tenía ganas de comer ramen -¿Podemos ir a comer ramen?-.

Con cara de asombro Itsuki miraba a su azabache, estaba llorando porque tenía hambre... Hasta aquello le desconcertó -Yo creo que tu estómago no lo aguantaría- Opinó recibiendo una cachetada del otro, había dolido pero sólo se quedó allí procesando aquello.

-¡Eres un idiota!- Gritó Hanae separándose de él, se había puesto rojo de la furia, nadie le decía que no podía comer, salió a la Mononokean con pasos decididos; seguido por el rubio -Te odio-.

-¿Ha? Yo sólo me preocupo por tu salud- Dijo Itsuki frunciendo el ceño, An y peludito veían todo en completo silencio -Debes dejar de ser un niño-.

-¡Sólo quiero comer ramen!- Dijo haciendo un puchero y cruzándose de brazos.

-Ah eres difícil- Dijo el rubio con un dolor de cabeza ante la discusión -Esta bien, comeremos ramen-.

-Yeiii te amo Itsuki- Dijo con una sonrisa abrazando al mayor, tanto An, peludito y hasta el mismo Itsuki estaban confundidos ante el cambio de humor tan repentino -Me haces muy feliz-.

Después de cambiarse con ropa más decente y pedirle a la Mononokean que abriera la puerta, los dos salieron de allí caminando por las calles del mundo humano.

El azabache iba con una sonrisa de oreja a oreja, estaba feliz y él no se explicaba el porqué estaba tan sonriente aunque él lo descubrió al ver a Itsuki, sus mejillas lograron el rojo perfecto y sus orejas bajaron ligeramente; era cierto Hanae se encontraba caminando al lado de su verdadero amor. Con pena, desvió la mirada mientras trataba de controlar aquel sentimiento, aunque Itsuki se percató de aquello observando disimuladamente a su azabache; para él era un ser hermoso y delicado, no quería que nada malo le ocurriera.

Al poco tiempo, llegaron al lugar donde vendían ramen -Ya llegamos- Dijo el rubio mientras los dos se detenía al frente de la puerta observando el nombre, Sanin-chi -En este lugar los Yokais del mundo mundano comen e interactúan, además que sólo lo ven los yokais-.

Hanae comenzó a sentir los aromas que provenían del establecimiento al instante, todo aquello le parecía muy llamativo y las ansias de comer crecían, sin responderle al rubio entró al lugar observando como todos los yokais del establecimiento lo veían.

Al instante las orejas del azabache bajaron por completo al ver las extrañas miradas que le dirigían los yokais, parecía que lo desvestían con la mirada -Sechf ¿Esta es la diversión?- Preguntó uno de los yokais mas grandes señalando a Hanae -Me encanta- Se levantó de su mesa y caminó hacia el pelinegro, Hanae comenzó a temblar al ver el tamaño del oso.

-E-Espere y-yo no- Comenzó a decir temblando, el oso pasó su lengua por su hocico pero se detuvo al ver a un rubio con muy mala cara atrás de Hanae -¿Eh?-.

-Él no es ningún espectáculo- Dijo el rubio muy molesto mientras Hanae se daba la vuelta y subía sus orejas -Así que ni se te ocurra tocarlo- Todo el ambiente se puso tenso, ya que al parecer la presencia de Itsuki hizo temblar a todos los presentes.

A tu lado -Fugeki na Mononokean-Donde viven las historias. Descúbrelo ahora