Capítulo 5: Lágrimas de soledad

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En el inframundo, justamente debajo de toda la tierra, donde los tres poderes no podían llegar y sus reglas no existían; se alzaba un gran castillo de paredes negras, gárgolas terroríficas en sus puntas y ventanales asombrosos que contaban una historia. En los pies del castillo una gran ciudadela se extendía, con un ambiente tenso.

Dentro del castillo un hombre yacía sentado en su trono, su cara no se podía distinguir pero sus ojos grises brillaban con lujuria y sed de sangre, una sonrisa se forma en sus labios al ver como una línea renacuajo volaba hacia él -Que sorpresa- Dijo con una voz profunda y grave, al ya tenerla cerca le dio en la boca para que hablara -¿Quién es?-.

-Amo, es un gusto oírle la voz... Ya van muchas lunas que no la escuchó- Dice una voz aniñada al otro lado, el hombre soportó su cabeza en su mano aburrido.

-¿Sólo me llamas para eso Sejiro?- Dijo el yokai con un largo suspiro, no soportaba que lo molestaran y mucho menos para cosas insignificantes.

Acercó su mano al renacuajo para apagarlo -¡Espere!- Lo detuvo Sejiro con rapidez con un tono de voz alterado -Le tengo muy buenas noticias señor-.

-¿Uhm? Habla- Dijo el yokai regresando su mano a la posición inicial.

-El plan ya esta en marcha señor- Dijo Sejiro con emoción en su voz, el yokai sonrió de manera triunfante al escuchar aquello -Y esto le gustará, es empleado de la Mononokean-.

-Con que Aoi perderá a su amado empleado ¿Eh?- Se pregunto así mismo mientras pasaba su lengua por sus dientes -Sigue así Sejiro, pronto los tres poderes caerán al igual que Aoi-.

-Como ordene my lord- Dijo Sejiro mientras su maestro reía, en el mundo humano el peliverde colgó la línea con una gran sonrisa -Me encanta hacerlo feliz- Se dijo mientras suspiraba -Mo~ demasiados años sin sus caricias-.

Miró el techo de aquel lugar abandonado con diversión, pronto todos sus sueños se harán realidad de eso estaba seguro.

Volviendo con los protagonistas de esta historia, ya los dos se encontraban en el instituto, Itsuki fue a buscar un uniforme al cuarto de Hanae y le prestó una gorra de lana para ocultar sus orejas, y allí estaba Hanae en su puesto como si nada pasara.

En el transcurso de la clase todo parecía normal, pero el rubio se dio cuenta que el mismísimo profesor le paso de largo al azabache, además de varios alumnos que no lo habían visto ni saludado. Al terminar la clase Hanae se levantó de su lugar, se sentía horrible, nadie en absoluto lo veía y eso le dolía.

Cuando Hanae creía que por fin Saga y Fusshi lo habían visto, ya que se acercaban, sonrió -Hola Itsu-san- Saludó el castaño a Haruitsuki con tranquilidad, allí la sonrisa del azabache se borró dando paso a la frustración.

-Hola Saga y Fusshi- Dijo Itsuki molesto aún por ese apodo -¿Qué les trae por aquí?-.

-Pues quería saber si te gustaría ir al supermercado- Dijo Fusshi observando al rubio.

-No... Tengo cosas que hacer- Dijo el rubio serio y preocupado ya que aquellos dos siempre invitaban a Ashiya, el cual estaba al frente de él.

-Oh ya entendemos, los deberes que debe hacer un novio ¿Eh?- Dijo Saga picando un ojo a Itsuki -Pícaro ¿Quién es tu novia? De seguro es menor que nosotros-.

-Se equivocan no tengo novia- Itsuki comenzaba a molestarse colocando los ojos en blanco.

-Es raro que no tengas novia- Dijo Fusshi mientras se ponía a pensar, el rubio no entendía en que momento aquella conversación había tomado ese rumbo.

-Por cierto- Llamó la atención de los dos recordando algo, Itsuki quería saber si ellos estaban molestos con Hanae -No entiendo el porqué no saludaron a Ha...-

A tu lado -Fugeki na Mononokean-Donde viven las historias. Descúbrelo ahora