Capítulo 15: Loco

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Con pasos rápidos, Itsuki observaba su destino a lo lejos, aquel destino que le parecía algo horrible si aquella persona que amaba se encontraba allí con la vida colgándole de un hilo.

Al ya estar en el famoso hospital de Obaaba, el rubio tras preguntar la habitación corrió lo más rápido que pudo hasta la ubicación de aquella puerta, al instante pudo divisar como se abría dicha puerta y de esta salía Sechf junto a su abuela. Disminuyó el paso y se detuvo al frente de ellos -Obaaba-dono ¿Cómo se encuentra Ashiya?- Preguntó alterado respirando con agitación.

La doctora por su parte fruncía el ceño -Ya se encuentra mejor- musitó furiosa, aunque en ese momento no se sentía del mejor humor para regañar al dueño de la Mononokean -Aunque temo por él-.

-¿Por qué? ¿Qué ocurrió?- Ya la poca tranquilidad que había podido reunir se extinguía al escuchar aquello, si algo le pasara nunca se lo perdonaría -Dígame por favor-.

Obaaba ante las palabras del rubio bajó la cabeza dolida mientras su nieto miraba molesto a su amigo, al ya no poder aguantar, Sechf caminó unos pasos hacia él -¡Eres un completo inútil!- Gritó con ira haciendo que Itsuki lo mirara sin comprender, alimentando así el odio que sentía -¡¿Cómo pudiste dejar a Hanae sólo?!-.

-No es de tu incumbencia nuestros problemas- Dijo el rubio tratando de mantener la calma, aunque se estaba comenzando a molestar ya que el pensaba que los problemas entre Hanae y él eran privados -Además si él no me dijo lo que le ocurría, no veo el porqué de tu molestia-.

-¡Él...- Cuando iba a responder de manera brusca, Obaaba lo paralizó dándole en lugares estratégicos de su cuerpo, al ver estos movimientos el rubio parpadeó incrédulo de las cosas que podía hacer Obaaba.

-Ven...- Dijo la doctora cargando a su nieto, sin mucha delicadeza, para después guiar al dueño de la Mononokean hacia su despacho, al llegar le hizo pasar colocando a su nieto en el sofá para después mirar al rubio -Cierra la puerta, por favor-.

Itsuki obedeció cerrando la puerta y observando como Obaaba se sentaba en su escritorio colocando sus manos en la madera negra, este hizo el mismo movimiento pero del otro lado -Bien ya que estamos en un lugar más privado y silencioso- Comenzó la doctora con total seriedad -Puedo darle una mala noticia-.

-Por favor dígame que Hanae está bien- Le suplicó.

-Hanae está en buenas condiciones físicas, sólo tendrá una cicatriz a futuro por la gran herida en su pecho- Dijo logrando escuchar un suspiro de Itsuki -Ahora no puedo decir de su parte psicológica ya que no ha despertado- Un leve temblor se alojó en el otro -Yo infiero que usted no sabía del estado que poseía Hanae... ¿O me equivoco?-

-¿Qué estado? Él nunca me dijo nada- Alarmado dejó un poco de lado los modales.

Un largo suspiro se escuchó mientras la doctora cerraba sus ojos meditando, para ella eso era lo peor de su profesión: Dar una simple mala noticia, amaba todo menos eso -Seré clara y no daré más vueltas al asunto- Dijo tras un largo silencio -Ashiya Hanae estaba esperando un hijo de usted-.

Los ojos del rubio se fueron abriendo dejando ver a la perfección el color dorado de su iris, hasta una pequeña sonrisa se formó pero al analizar la oración la palabra "estaba" resonó de manera dolorosa en su cabeza -¿Eh? ¿Q-Qué le pasó?- Preguntó vacilante ya que su voz se le iba de la garganta.

-En esta misma noche Hanae sufrió un "accidente"- Marcó las comillas con los dedos observando de manera fría al otro -En donde al parecer fue atacado por un Yokai logrando así abortar al feto-.

Todos los colores posibles que podía tener Haruitsuki en su rostro se fueron dejando paso a la palidez completa, era su culpa  al haber dejado a Hanae, se sentía de lo peor -Creía que usted sabía del estado de su pareja, pero al parecer no lo sabía- Le reprochó de manera inconsciente mientras observaba unos expedientes -Aunque yo no puedo opinar sobre eso-.

-...- El silencio abarcó el lugar ya que Itsuki no encontraba palabras, con lentitud se levantó y salió del lugar con un destino ya planteado, al ya estar frente a la puerta observó en una de los carritos un feto en formol, sin saber la razón apartó la mirada de aquel lugar sintiendo que aquella criatura sin vida era su hijo. Dejando de respirar por unos minutos, entró observando al lívido azabache postrado en una cama y conectado a una intravenosa que le permitía tener nueva sangre.

Con temor se acercó a su lado observando las vendas cubrir su torso, sus piernas le comenzaban a fallar y sus ojos se  llenaban de lágrimas, era tanta la culpa que al momento de agarrarle la mano sintió algo peor que el abandono.

Después de un rato, el mismo pelinegro se movió incómodo haciendo que el rubio saliera de aquel limbo que había entrado -Hanae soy yo Itsuki...- Dijo con la voz algo ronca por no hablar -Ya estoy aquí-.

Poco a poco los ojos del azabache se abrieron algo cansados -Hola Itsuki...- Susurró algo dolido -¿Qué pasó?-.

-Tuviste un accidente- Dijo observando como el azabache se tocaba el vientre ya plano buscando algo -Ashiya... Yo...-.

-¿Dónde está? ¿Dónde está mi bebé?- Comenzó a preguntar de manera desesperada comenzando a llorar -Debería estar aquí... ¿Dónde está?-.

-Tranquilízate- Le suplicó con dolor.

-¡No! Yo quiero mi bebé- Dijo sacándose la intravenosa y levantándose de manera torpe de la cama, caminó hacia la puerta tambaleándose hasta abrirla y caerse, gimió de dolor cerrando sus ojos, pero con levantar la cabeza y observar aquella botella llena de aquel líquido con el feto ya muerto... Su hijo, con ver esto hizo que el azabache comenzara a gritar de dolor -Mi bebé... ¿Ya no está?-.

Con pasos rápidos el rubio se colocó al frente de él arrodillándose y atrayendo a este hacia él, lo abrazó con delicadeza tratando de no lastimarle -Sacad el feto de aquí- Dijo Obaaba muy alterada, ante la orden las enfermeras se llevaron el carrito lo más rápido que pudieron.

-Itsuki... Se llevan a nuestro hijo, detenles- Dijo removiéndose en los brazos del otro -Esta llorando me necesita-.

-Lo siento no puedo- Dijo el rubio sintiendo su voz romperse -Debe irse-.

-No, no, no, no lo aceptaré- Itsuki lo abrazó más fuerte comenzando a llorar -Es nuestro hijo- Dijo ocultando el rostro en el cuello del rubio -Trae devuelta a mi bebé-.

-No puedo... Lo siento- Dijo sintiendo como el azabache temblaba -Lo siento tanto-

 La doctora se acercó y con tranquilizante en una jeringa puso a dormir al azabache -Como me temía...- Susurró observando al rubio llorar abrazado de Hanae, se sentía horrible ver como su azabache gritaba llamando a su hijo sin vida y más sabiendo que este nunca crecería o amaría. Lo único que podía hacer la doctora era esperar que su paciente no llegara a la locura.

-Lo siento....- Volvía a repetir sintiéndose impotente.

-Cárgalo y colócalo en la cama- Ordenó Obaaba observando como obedecía, volvió conectar todo observando como Itsuki seguía llorando -Debes ser fuerte, sino Hanae no se recuperará jamás- Y tras eso dejó a la pareja esperando que Itsuki no decayera.

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Continuará...

A tu lado -Fugeki na Mononokean-Donde viven las historias. Descúbrelo ahora