El sol comenzó a salir, los pájaros al sentir lo cálido de aquellos rayos comenzaron a cantar muy emocionados, dentro de aquel templo un rubio comenzó a abrir sus ojos lentamente observando a Hanae dormir aún.
Se acercó a al azabache besando sus labios con delicadeza, este al sentir ese beso ni se molestó en abrir sus ojos -Ummm Haruitsuki quiero dormir- Dijo Hanae muy cansado pero feliz.
-Tenemos que irnos Hanae- Dijo el rubio con gracia ante las quejas de Hanae, le dio un último beso para levantarse y comenzar a vestirse con rapidez.
Al no sentir el calor del rubio abrió sus ojos tratando de acostumbrarse a la luz, al ver que Itsuki estaba listo este se levantó con rapidez, pero una punzada de dolor en sus caderas hizo que sus piernas fallaran, al menos Itsuki estaba allí para agarrarlo -D-Duele- Dijo mientras el rubio lo atraía hacia él.
-Disculpa... Creo que me pasé un poco con la fuerza- Un gran sonrojo tomó las mejillas del azabache al escuchar aquello, la verdad era que aquel dolor no era nada, Hanae se sentía feliz ya que le pertenecía a su gran amor.
-No importa- Dijo Hanae ocultando su rostro en el pecho del contrario -Lo disfruté... Es lo que importa-.
Con la ayuda del rubio, por fin Hanae estaba vestido, pero le costaba caminar -Invocaré a la Mononokean, llama a la bola de pelos- Dijo Itsuki mientras caminaba hacia una puerta, antes de que Hanae llamara a peludito este ya estaba en su hombro -Mononokean ven-.
Y tras un poco de ruido llegó, Hanae iba a caminar pero casi pierde el equilibrio, aunque como siempre el rubio lo agarró con fuerza -Vamos- Dijo abriendo la puerta y entrando con Hanae, peludito bajó de su hombro al poco instante un tintineo -"Regresaron, estaba preocupada...."- Comenzó a leer Itsuki pero An no continuó -¿Qué sucede?-.
-"¿Qué le sucedió a Hanae? #7#"- Leyó ahora Hanae sintiendo sus mejillas arder -N-Nada Mononokean, sólo me apoyo de Itsuki- Eso no lo creería ni en un millón de años, además Hanae no sabía mentir.
-An, vamos a darnos un baño- Dijo Itsuki cargando a Hanae como una princesa, este al instante se agarró del cuello de su amado sintiendo sus mejillas arder -Más tarde viajaremos al infierno-.
El rubio abrió la puerta y entró cerrando esta detrás de él, la Mononokean esperó un rato hasta soltar un tintineo "¿Dijo.... Vamos? #w#" peludito leyó aquello mientras se sonrojaba y movía su cola, el pergamino se llenó por completo de sangre "Necesito una cámara urgente •π•p".
En el inmenso baño de Itsuki, se encontraba el rubio limpiando a Hanae con delicadeza ya que este no se podía mantener en pié, y su soporte era el mismísimo Haruitsuki -Esto es tu culpa- Dijo el azabache sincerándose, el dolor de las caderas era insoportable.
-¿Yo? Si el que es demasiado adorable eres tú- Dijo Itsuki besando a Hanae en sus labios -Además ni que te pudiera embarazar... No eres mujer para decir esa frase-.
Un sonrojo se apoderó de las mejillas del azabache, y es que la idea de un hijo de Itsuki le parecía linda, pero la realidad lo despertaba -Sí... Tienes razón- Dijo ocultando su rostro en el pecho contrario.
Después de un baño lleno de mimos, besos y quejas por parte de Hanae, los dos salieron de la ducha aún jugando. Así pasaron la mañana hasta que llegó la tarde -Bueno nos tenemos que ir gatito- Dijo el rubio mientras se levantaba del suelo.
-No, no quiero ir- Formó un puchero mientras movía su cola, pero la cara se Itsuki lo hizo temblar -Vale ya voy-.
Se colocaron la ropa especial que tenía el emblema de la empresa, y An les abrió la puerta hacia allá -Regresaremos cuando tengamos algo- Dijo Itsuki con su típico tono de voz -An, si viene un cliente por favor debes anotarlo en la lista de espera-.
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A tu lado -Fugeki na Mononokean-
Fiksi PenggemarMuchas personas, simplemente, abandonan la idea de la existencia de los Yokais; al ser ignorantes pueden vivir una vida sin preocupaciones, y clasificar a los creyentes como locos o psicópatas. Sólo es eso: La ignorancia en un mundo es la felicidad...