02; Noah.

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Atención, cambie en donde se cambió, en vez de Mérida, lo cambie a Washington Dc.

Bajamos los dos del edificio y empezamos a caminar por el caminito que se encontraba  por el campus

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Bajamos los dos del edificio y empezamos a caminar por el caminito que se encontraba  por el campus.

  — Y dime, ¿que quieres estudiar? — me pregunta, pateo una piedra que cae a unos metros de nosotros.

— Quiero ser doctora— empiezo a hablar— se me da muy bien recordar los nombres, tengo paciencia y pues, me gustaría ayudar a la gente. Ha sido mi sueño de toda mi vida.

— Vaya, sabes yo te veo cara de abogada— no logró retener una risa, ¿tener cara de abogada?

— Por dios, claro que no.— me río una vez más, él me sonríe.— Pero va, ¿que estudiaras tu?

— Gastronomía.— alzó una ceja, incrédula.

— ¿En serio? — el asiente.— Woau.

— ¿A dónde vas?, — dice de pronto, lo miró confundida— es por aquí— señala el aparcamiento.

— Pensé que íbamos a ir en taxi. — digo siguiéndolo, nos paramos frente a un audi a8.

— Soy hijo de mami y papi, muñeca— me guiña un ojo y abre el carro para entrar, me sonrojo.

Espero que abra el auto desde dentro, abre la puerta y me acomodo en el suave asiento del auto.

—  Me sorprendes cada vez más.— digo poniéndome el cinturón de seguridad.— Sabes... aun no me cabe la realidad lo que me has dicho.

— ¿Que te dije?— pregunta con la mirada fija en la calle.

— Que eras gay, no lo puedo creer aún, en serio.— mi comentario lo hace sonreír.

—  Yo también me sorprendí cuando me di cuenta de mi orientación.

— ¿Antes no lo eras? — pregunto sorprendida.

— No.

—  ¿Cómo lo supiste?— esta curiosidad me estaba matando.

—  Bueno, fue épico... mi padre llevó a un socio de el a casa, te juro por el amor que tengo a mi madre que estaba buenísimo, ya sabes las hormonas se me alborotaron, pero yo estaba en mi habitación y después el llego pensando que era el baño, y pues se disculpó pero lo pare y antes de que dijera algo lo bese y lo eche a patadas de mi cuarto, la maldita vergüenza estaba en mi hasta en lo más oscuro de mi ser.

Me eche a reír— ¿Por que rayos lo besas y después lo echas?, ¡estas loco!

— ¡Sólo tenía catorce años! —se excusa empezando a reír.

— ¿Y después de eso?— pregunto interesada.

— Le dijo a mi padre, el tipo me empezó a insultar, pensé que mi padre me iba también gritar pero en vez de eso lo echó a patadas al tipo antes de gritarle que el trato no se iba a hacer y que no tenía derecho a insultarme. Después de eso, puso una mano en mi hombro y me dijo que me apoyaba cueste lo que cueste, después lo abrace, y mi madre se unió.

Allyson: Después de mi primer amor [02]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora