Aprendiendo a ser papá ➳ jalonso.『 libro 1. 』

Capítulo 18.

—¿A donde vas?—dijo Alonso preocupado.

—A la tienda.

—Para ir a la tienda no ocupas el auto—miró que traía las llaves en mano—Queda como a 2 cuadras.

—Me da flojera caminar.

—Bien. No tardes, vendrán como a las 9.

—Te prometo que estaré antes.

Salí de casa y subí a mi auto.

No sabía a donde podría encontrar a mi hijo. Pero de que lo buscaría, lo buscaría.

Mi celular vibró, observé y era un mensaje de un número desconocido.

¿Quieres pistas?
558283939-8:00 p.m.

Sí, Alan.
Enviado-8:01 p.m.

Sí no llegas antes de las 8:20, aquí, no te imaginas lo que haré con tu precioso hijo.
El lugares donde lo conociste a él. Nos vemos.✌

—¿Por qué me la puso tan difícil? ¡No recuerdo donde fue!—dije quejándome.

Mi auto se hizo a un lado bruscamente y yo casi me iba de lado.

Casi chocaba.

—¡Cuidado con tus rutas! ¡Imbécil!—gritó una persona a lo lejos.

—¡No es mi culpa que un loco haya secuestrado a mi odiado hijo! ¡Imbécil tu cola!—grité.

Aceleré y casi volvía a chocar.

Debí tomar clases de manejo.

Cuando iba pasando por mi antigua empresa, la cual estaba la quiebra y abandonada. Había un auto afuera.

Di la vuelta y retorné ahí, me daba curiosidad ese auto.

Me estacioné y al llegar me bajé silenciosamente de mi auto y entré, las puertas estaban abiertas.

Escuché gritos de dolor, y pidiendo de ayuda, que provenían de una de las oficinas. Al parecer eran de un hombre.

—¿No te gusta lo que te hago, niño bonito?—dijo al parecer Alan, con la respiración agitada.

—¡Me das asco!

Braulio..

Sentí un nudo en mi garganta. Quería abalanzarme sobre Alan y golpearlo hasta que entendiera que no debe tocar a mi familia.

Me acerqué más a donde estaban ellos dos, sin que ninguno de los dos me viera, ya que la oficina estaba oscura.

—¿Por qué no eres conmigo, como eres con Israel?—preguntó Alan.

—Por qué el es especial para mí, tú solo eres un estorbo.

—¡Callate!

Le dio un golpe en la mejilla.