Capítulo 25.

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—¡NO ME PUEDO LEVANTAR!—grité.

—Entonces quedate tirado y no estés molestando.

—Pero quiero ver el beso de Bryan y Freddy.

—¿Para qué?

—Quiero ver si Freddy le hace agarrón de nalgas a Bryan.

—Iugh—hizo una mueca de asco.

—Un beso no es un beso sin un agarrón de nalgas. ¿Por qué crees que nunca te agarro de la cintura si no de tu trasero?

—Ya haz silencio—dijo sonrojado.

Traté de levantarme y lo logré.

Bryan ya estaba besando a freddy.

Tomé como 103883848 fotos y sólo me gustó 1.

Alonso me ayudó a levantarme y creo que por accidente o a propósito me tocó a mi Pepe junior.

—Alonso, sé que quieres que cojamos pero, estamos en una iglesia, seríamos pecadores, aunque no está nada mal.

—¿Por qué dices eso?

—Me agarraste a mi amigo.

—¿Cuál amigo?

—A mi paquetote de chicles.

—No entiendo.

Mi cierre estaba abajo, no me había fijado.

Cuando me lo iba a subir Alonso me movió y cerré con todo y piel mi pantalón.

Grité.

Alonso me llevó al carro rápido.

—¿Qué rayos te pasa?

—M-me duele—dije.

—Deja de estar de dramático.

—Es que tú me moviste y me agarré piel con el cierre de mi pantalón.

Bajé el cierre y tenía sangre.

—Me dejaste estéril.

—Eso no es verdad.

—Claro que sí. ¿O acaso quieres comprobarlo?

—No gracias. No quiero mancharme de tu sangre.

Braulio subió al auto y me miró.

—¿Jos está menstruando?—preguntó.

—No Braulio, se dañó.

Me puse una toalla que había al lado del asiento.

(...)

Entré a casa rápidamente y me recosté en el sillón, aún me dolía mi parte.

Braulio se sentó enfrente de mí, sonriendo.

«Algo quiere»pensé.

—¿Sí?—dije.

—Estoy aburrido.

—¿Me ves cara de que me importa?

—Vayamos a un lugar—propuso.

—¿A dónde?

—A un antro.

—¿Estás loco? Alonso ya no me deja tomar desde aquella vez.

—Ay vamos, no será tan malo, será divertido.

—Bueno, pero tú tampoco tomarás.

(...)

—¡Fondo, fondo, fondo!—decían Braulio y Bryan.

Y tomé otra cerveza, de 19 que ya había tomado.

Bryan según había llegado por mí para llevarme a mi casa, pero terminó bebiendo cerveza al igual que Braulio.

Una chica se acercó a Braulio y comenzó a acariciar su cuello.

Los miré con recelo.

La observé bien, y era la misma del supermercado.

No era bonita, con eso me bastaba para tranquilizarme.

Braulio sólo la ignoraba y ésta comenzó a desabrochar los botones de su camisa.

—Wowowowo, alto ahí loca—dije algo enojado.

La chica me miró y se acercó a mí.

Me sonrió de una manera "seductora", pero en realidad parecía Jeff the Killer.

Me asusté al imaginar que ella era Jeff y me alejé rápidamente.

Jalé a Braulio del brazo, junto con Bryan y los lleve como pude a la salida.

—¿Qué hacías ahí?—preguntó una persona.

Miré a la persona y era Alonso, el cual estaba enfurecido.

Mi fin se acerca.

Estoy frito.

Aprendiendo a ser papá ➳ jalonso.『 libro 1. 』Donde viven las historias. Descúbrelo ahora