3. Una vida desperdiciada.

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Al llegar al bar prefirieron escoger el lugar más apartado de todos, donde pudieran hablar sin ser interrumpidos.

—Ahora que lo pienso, ¿no llevaste pareja a esa fiesta?, según la invitación que recibí podías llevar a alguien—comentó el moreno, si mal no recordaba el rubio era la persona más mujeriega que podía existir, o eso fue hasta...que estuvieron juntos.

—Bueno prefería ir solo, ya tengo mucho con ir con mi orgullo— respondió el rubio haciendo reír a moreno.

—Se me hace increíble ver ante mi tan prestigiada persona de la alta sociedad— comentó el chico tomando un largo trago de su bebida.

—Entonces ya sabes en que trabajo y quien soy por aquí— al rubio no le sorprendió mucho eso, sabia que por su apellido y renombre de su empresa todos lo conocían, o al menos personas de la "alta sociedad".

—Al principio me sorprendí, que yo recordara, el cejas de espiral que conocía jamás trabajaría en una empresa y menos de finanzas, ¿que te paso?— el moreno era sincero con lo que decía, porque era cierto, tiempo atrás el rubio odiaba con todo su ser trabajar en una oficina y perder su libertad.

—Supongo que el tiempo cambia a las personas— respondió prendiendo otro cigarro, el rubio ya no quería hablar más del tema, era incomodo y más hablar con su, ya a punto, olvidado amor de la juventud.

—O eso quieres creer...

—Si...pero en fin, ¿qué hay de ti?, es increíble que siguieras vivo sin mi.

—Bueno, ¿recuerdas al profesor de filosofía?— preguntó impaciente el moreno.

—¿El que le encantaba pisotear nuestros sueños y burlarse de nosotros?—preguntó con ironía el rubio, jamás podría olvidarse del maldito que los insultaba por creer y perseguir un sueño, no era su culpa que el pobre hombre hubiera fracasado en llegar a la grandeza.

—Si ese, bueno el profesor Tomas me la suda y se puede ir directo a la mierda— dijo sacando algo de la bolsa su pantalón, haciendo que la reacción del rubio fuera pura sorpresa y que él sonriera orgulloso.

—No...puede ser...— el rubio no tenia palabras, ni siquiera podía pensar bien— ¡¿esa...esa es una placa de policía?!— el moreno sonrió divertido —¿¡eres un maldito agente de policía?!.

—Van dos veces que dices eso y tu cara sigue siendo divertida— respondió divertido— Hací es, policía de New York.

—Esto es increíble— el rubio tomó en sus manos la brillante placa— Roronoa Zoro, agente de casos especiales— leyó y sonrió orgulloso— ¿y, tienes tu arma?— el moreno no paraba de sonreír, levantó el pantalón de la pierna izquierda, donde el rubio vio una pk380, —que belleza.

—Yo al fin alcance mi sueño, ¿pero tu?— eso hizo que la sonrisa del rubio se borrara —Sanji, tu y yo siempre tuvimos este sueño— le tomo una de sus manos haciendo que el rubio lo mirara —siempre quisimos ser policías y resolver casos, en la mejor posibilidad ser detectives, siempre lo soñamos, ¿qué paso con ese sueño...de ser policías y que hiciéramos equipo?, ¿qué paso con todo eso Sanji?...¿qué paso con todas nuestras promesas?...¿qué te paso Sanji?

El rubio no respondió nada...ni siquiera sabia que responder, era cierto, todo lo que había dicho el peliverde era cierto, y él lo sabia, sabia que había cambiado, que quiso alguna vez borrar todo su pasado para ver su presente y sentir su futuro. Pero lo único que hizo fue alejar todo y huir de todos, lo que jamás ignoro pero no reconoció es que se había convertido lo que su familia alguna vez quiso; ser alguien importante, de renombre, un hombre de negocios y de la alta sociedad, estar casado con una bella mujer...todo eso lo era, y siempre lo odio pero jamás hizo nada para cambiarlo.

—Ya te lo dije...las personas cambian— respondió serio y tomando otro vaso de su bebida, pero callo en la cuenta de algo— ¿Por qué estas aquí Zoro?...

El moreno no esperaba eso —¿A qué te refieres?

—Habrán pasado 10 años...habré cambiado más de lo que hubiera querido, pero se que tu no cambiaste, puedo ser lo que quieras ahora— dejo de hablar para verlo serio y a los ojos— pero se con certeza que tu no cambiaste tanto como yo. ¿A qué has venido Zoro?, no eres de las personas que vendrían desde la otra parte del mundo solo para una fiesta, y menos para una reunión así, eso no va contigo. Es más, no creo que vendrías por nadie a menos que hayas cambiado tanto como yo...o buscabas algo en especial...así que ¿a qué has venido?

El moreno sonrió ampliamente y orgulloso. —Me alegra notar que jamás perdiste tu perspicacia ni tu forma de deducir cosas— el rubio lo miro aún más serio.

—No has respondido mi pregunta— contestó, ya no le estaba gustando la extraña corazonada que sentía en su pecho. El moreno se acerco hasta el y tomo la barbilla del rubio, que este lo hizo sentirse incomodo, jamás le gusto la profundidad con la que lo veía el moreno, esos ojos tan negros y atrayentes, bastaba una mirada para caer en ellos y no poder salir.

—He venido por ti Sanji...

La oportunidad de otra vida (zosan♥)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora