🔪Capítulo dos🔪

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Volví a salir por la ventana. Ust iba a la siga mía. Sin hacer ruido, antes de salir Mangel se removió un poco en su cama, creo que abrió los ojos, me escondí en un rincón, así que lo único que vió fue el brillo de mis ojos con la luz de la luna.

Se volvió a dormir, mi corazón iba a mil, el hecho de ser descubierto me aterraba, aunque prácticamente no le tenía miedo a nada.
Bajé nuevamente por las enredaderas y me fui a los arbustos cerca de ahí.
Saqué mi cuchillo y me comencé a cortar, me encantaba esto de mi brazo salían gotas de sangre a montones.

No sé que pensaría la gente si me viese en este estado.
No estoy loco, solo que mi realidad es diferente a la suya.

Lesionarme era parte de la rutina, tampoco era que me sanara tan rápido pero lo hacía por placer.
Ya estaba amaneciendo, esa noche dormí en los arbustos, pensarán que estoy borracho y eso no me delata mucho.

Mangel salió de su casa, llevaba unos papeles en su mano.
Me iba a acercar pero una mano me detuvo y me asusté.

- ¡Hola Rubén!

- ¡JODER! ¿¡VALENTINA TU ESTAS DEMENTE!?

Mangel nos miró a mi y a Vale que estaba exaltada a mi lado. Creo que me sonrió al verme, nunca había sentido algo así, le sonreí de vuelta. ¿Qué coño me estaba pasando? ¿Yo sonriendo? No jodas.

- ¿Qué miras Rubén?

- ¿Y tu que haces aqui?

- Emmm... la verdad, ni idea.- rodé los ojos.- No seas pesado Rubén.

- No lo estoy siendo, ¿cómo me encontraste?

- Anoche te seguí, después me devolví a mi casa y vine hoy a verte. ¿Quieres comida?- mi estómago rugió.

- Bueno

- Si quieres también te puedes dar un baño.

- Tranquila niña, cuanta confianza. No tienes que tener confianza conmigo.

- Para mi ya eres un amigo.

Me llevó hasta su casa, me dio de comer y me ofreció el baño.
Años han pasado que no hacía eso dos veces seguidas.

- Y si quieres te puedes quedar a dormir.

- Tanta amabilidad no es buena conmigo niña.

- ¿Por qué lo dices?

- No quiero hablar sobre eso.

- Vamos, estas en confianza.

- Te voy a poner en peligro si me quedo más de un día.- después de eso no volvió a preguntar nada.

La noche llegó y me fui a dormir, hace años que no tenía tanta comodidad. No desde ese día.

Valentina me despertó con un chillido, me relajé mucho.
¡Mi cuchillo! Mierda, donde lo dejé.

- Despierta dormilón, es hora de tomar desayuno.

Los policías deberán sospechar de mi ya que anoche no hubo ningún asesinato. Que ya me quedé en un lugar fijo.
Pero eso no pasará, esta noche, asesinato triple.

Bajé a desayunar con Vale, tenía una taza de té y torta.

- Anoche lavé tu ropa.

- Emm...Gracias. En serio gracias por la ayuda después de esto tengo que irme.

- Te entiendo.

Llegó la hora de irme, me despedí de Valentina y me fui, era mediodía y estaba nublado.
Perfecto día para un asesinato. Bajé a un callejón, esperé a que alguien entrara allí, cuando eso pasó lo apuñalé por la espalda, veía su sangre caer como un vaso derramado.
A otros les parecerá asqueroso esto pero a mi no, me gustaba beber la sangre, era como una especie de vampiro pero con cuchillo y que si podía habitar de día.

Assassin 🔪Rubelangel🔪Donde viven las historias. Descúbrelo ahora