🔪Capítulo quince🔪

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Mangel preparó todo, como siempre ya que yo no sabía cocinar del todo bien. Liv siempre estaba contenta estando con nosotros.

Eran las 2 de la tarde y no había casi nadie en la calle. Esto no era normal. Salí a tomar aire, dandole la vuelta a la manzana. Al regresar vi a Samuel en la puerta. Le cedí el paso a la casa, quería pasar a saludar a Mangel y a Liv, y por supuesto, hablar un poco conmigo.

Se saludaron, Samuel jugó un poco con Liv y ella le mostró sus juguetes nuevos, quedaron hablando ellos dos y yo me fui a mi habitación, me quedé mirando al techo unos segundos, cerré mis ojos y escuche el sonido de los pájaros. Era relajante, me quedé así no sé cuanto rato hasta que escuché la puerta abrirse, era Samuel, al parecer ya había terminado de ponerse al día con Miguel.
Se sentó a los pies de mi cama para conversar conmigo. Me senté frente a él.

Su cara era de preocupación, me dijo que Mangel le contó que entró en el alcohol y le era dificil salir de ahí, que yo lo podía ayudar. Tragué grueso.

- Siento que algo malo va a pasar, Rubén. No estoy seguro de el qué pero presiento algo malo cerca tuyo.- abrí los ojos.

- Lo mismo dijiste cuando me conociste.

- Ya pero esto es diferente, Rubén, como algo rondando alrededor de ti o de esta casa.- Podría ser Alex.- He tomado clases de aura, Rubén creeme, sé lo que digo. No se lo puedo decir a Mangel por sus problemas.

Estaba poniendome nervioso, casi agresivo, pero iba a controlarme.

- Alex podría ser.

- ¿Qué?

- Puedo hablar con las almas que he asesinado, pero a él no lo maté, quiere venganza.- Samuel se quedó boquiabierto.

- No quiero que os pase nada.

- Trataré de cuidar a Miguel lo mejor posible, Samuel.- este asintió.

- Creo que ya me voy, fue un agrado veros a ambos y a Liv, y es bueno saber que todos están bien. Gracias Rubén.

Samuel se levantó de la cama para irse, yo me levanté para despedirlo con un abrazo que fue eterno.

Abrió la puerta y se retiró. Escuché como se despedía de Mangel y Liv y cerraba la puerta.

Me quedé recostado en la cama y me dormí, rato después escuché a Mangel abrir la puerta, yo seguía con los ojos cerrados. Pero escuché lo que hacía.

Mangel se tambaleó un poco, botó algunas cosas de vidrio y/o cerámica, y se recostó a mi lado, abrazándome por la espalda, acurrucado en mi cuello. Tocó mi torso desnudo, lo que me causó escalofríos. Y besó mi cuello suavemente. Abrí los ojos y me giré en dirección a él. Quedando frente a frente, compartiendo alientos.

- ¿Qué te dijo Samuel?- su pregunta me desconcertó. Dudé un poco en si decirle la verdad o mentirle. Preferí mentirle.

- Que se alegró de que estuviésemos bien- por parte era cierto, pero no le conté todo lo que él me dijo.- ¿Por qué botaste esas cosas? ¿Andas borracho de nuevo?- Su aliento lo delataba.

Me miró afligido, lo abracé.

- Mangel, sabes que no puedes tomar.

- Es una adicción, Ruben.

- Bueno pues tienes que controlarla.- me miró a los ojos. Como si me quisiera decir algo más, pero se quedó callado. Era de noche, podríamos salir a dar una vuelta, ya que nadie anda en la calle a estas horas.- Mangel, ¿quieres salir a dar un paseo? Ya que no hay nadie...

- ¿No sería un poco peligroso?- le sonreí tiernamente y le besé.

- Todos me temen a mi, tontito, conmigo no te pasará nada.- me besó de vuelta.

Carpe Diem

Saldríamos con Liv, era parte de nosotros y no la podíamos dejar sola, me vestí para salir, llevé mi cuchillo por si acaso.

Como yo lo dije no había nadie en la calle, ni un alma, porque sabrían que yo andaría rondando por ahí y matando a su gente.

Liv iba agarrada de nuestras manos saltando como si volara y nosotros la sosteníamos. Este era un momento hermoso, de calma que quiero guardar hasta que sea viejo si es que llego. El momento con más tranquilidad en mi vida.

¿Así que esto se siente tener una vida "normal"? Miré al cielo, por lo menos era tranquilizante, mamá y Ust estaban a mi lado. Lágrimas se acumulaban en mis ojos, nunca había experimentado algo así, toda mi vida fue una mierda, toda menos este hermoso momento.

Mangel me miró sonriendome, no lo había visto tan felíz en dias. Toda mi mente se despejó, todo se sentía tan felíz.

Nos detuvimos en una esquina para apreciar la noche, cosa que yo no había hecho desde que era un crío. Mangel me distrajo de mis pensamientos, me sobresalté un poco pero no fue nada. Quedamos frente a frente, fundidos en un cálido beso. Liv no se percató de aquello.

Íbamos de vuelta a casa, por suerte no pasó nada. Al abrir la puerta me percaté de que Mangel no avanzaba y Liv tampoco. Me giré a ver que pasaba. Esta noche se convirtió en la peor.

Sentí el peso muerto de Mangel caer al piso junto con el de Liv, que se retorcía de dolor. Un tiro en la cabeza y a Liv en pleno pecho. Miré, con rabia a ver quien había hecho esta atrocidad. En lo alto de un edificio contrario a nuestra posición se encontraba un chico, no le ví bien la cara ya que estaba oscuro. Tenía una escopeta y el edificio se encontraba a pocos metros de nosotros, por lo que se podía deducir que no tenía buena puntería.

Me arrodillé ante ambos cuerpos yacidos en el piso, lágrimas salían de mis ojos, mi llanto era incontrolable.

- Mangel...M-Mangel- mi voz sonaba rota y era casi inentendible.- JODER MANGEL.

Si no los llevaba rápidamente a un hospital ambos morirían aunque no creo que de un balazo en la cabeza se pueda sobrevivir.

Alcé los dos cuerpos a mis hombros y corrí como si no hubiese un mañana.

- AYUDA, POR FAVOR NECESITO AYUDA.- me derrumbé en el piso por la corrida hasta allí.

Dos enfermeros acudieron a mi llamado. Llevaron a Mangel y a Liv a las camillas y se los llevaron a quirófano.
Una enfermera me dirigió al mezón, mis manos seguían con sangre pero no me importó, ya estaba acostumbrado a la misma mierda.

- Nombres de los pacientes.

- Miguel Ángel Rogel y Liv Doblas- mi voz apenas salía. Ya había perdido a mis seres queridos por mi culpa, no quería perder más.
La enfermera anotó. Mis ojos miraban a un vacío total. Pensaba en Mangel, Liv, todo...mi culpa.

Después de hacerme algunas preguntas más la enfermera se retiró. Pasé toda la noche en ese lugar. No dije nada a nadie en el lugar.

Unas 9 horas después un doctor me llamó, me acerqué a él con miedo a lo que pudiera decir.

- Hijo...- respiró hondo- ambos no sobrevivieron a la bala. Lo siento mucho.- posó su mano sobre mi hombro y yo me derrumbé en el piso, soltando lágrimas de dolor. No pensé volver a sentir lo mismo que hace años el hecho de perder a mis últimos dos seres queridos me dolió más que nada.

Mis gritos de desesperación, mis lágrimas de dolor que caían por mis mejillas. La gente que estaba en el pasillo volteó a mirarme. Todos trataban de consolarme, pero el hecho de que te digan que tu hermana pequeña y tu novio nunca más volverán a abrir los ojos, duele, duele mucho.

Ni Liv, ni Mangel se merecían esto. Desde que aparecí yo todo empeoró.

Agradecí al doctor y me retiré como si nada del hospital, todos se quedaron con cara de sorpresa. Subí sin ganas a un edificio cualquiera, por las escaleras de afuera.

Mi nariz estaba congestionada y mis ojos hinchados, el viento frío me hacía sentir las lágrimas secas que estaban en mis mejillas. De pronto empecé a llorar otra vez, esta vez desatando todo el dolor que sentía.

Pegué un grito que se debió haber escuchado hasta China.
No todo sería igual que antes.

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NO ME TOQUEN YO TAMBIÉN ESTOY LLORANDO LA PUTA MADRE POR QUÉ SOY ASÍ?

(Ese es el grito que se escucha en el trailer lpm)

Assassin 🔪Rubelangel🔪Donde viven las historias. Descúbrelo ahora