Assassin 🔪Rubelangel🔪

🔪Capítulo once🔪

Una puta semana de tortura, no me había despertado, sólo estaba en mi mundo, y a veces escuchaba la voz de Liv cerca de mi oido, la de Mangel también.

- Me habías dejado mal herido ¿no es así?- tenía la boca amordazada y los ojos vendados. Las piernas y brazos atados.

Técnicamente no podía hacer nada. Me quitó la cuerda de mi boca.

- No sé como carajos te recuperaste. ¡SUELTAME!

- ¿Crees que te voy a hacer caso? No me das miedo así.

- Si me desato te haré sufrir.

Una semana encerrado aquí, sin saber donde estoy.

- Estás en mi casa y yo mando.

- No creas que te voy a hacer caso.- lancé un escupitajo al aire.- no llegó.

- Si no veo no sé si llega, gilipollas.

- Sabes, Rubén. Todo este tiempo he querido hacer algo de lo que no me arrepentiré.- escuché pasos dirigirse hacia mi.- Esto.- sentí un fuerte golpe en mi cara.

Varios golpes después, mi nariz sangraba y mi cara dolía.

Ahora soy el prisionero de este idiota al parecer. ¿Cómo sobrevivió Alex? Ni idea.

- Te mataré yo mismo antes de que alguien pueda encontrarte. Oh verdad, no tienes a nadie.- Traté de acercarme o liberarme de donde estaba colgado.- Estás a una gran altura ahí así que no trates de escapar.

Escuché la puerta cerrarse, Alex había desaparecido de la habitación.

- Al parecer necesitas ayuda.

- ¿Quién coño eres?

- Jeff. Rake me mandó a buscarte.

- ¿Por qué hizo eso?

- Él sigue creyendo que perteneces allí, así que me mandó a buscarte.

- Viene alguien.- escuché la puerta abrirse y a Jeff esfumarse.

- Ahora pagarás un poco con el sufrimiento de mio y todas esas personas. Como la chica que te violaste. ¿Te gustó no es así? Disfrutaste violar a una inocente niña y dejarla en agonía toda la noche.

Un latigazo fuerte en mi abdomen.

- O ese chico rubio al lado de un bar, que estaba borracho y sin saber lo que hacía. Lo mataste sin piedad alguna.- otro latigazo.

Estuvo recordandome a todas las personas que había matado por un largo rato, cada persona era un latigazo.

- O esa niña pequeña que estuviste a punto de matar, tu hermana.- abrí los ojos de par en par dentro de la venda. Ya estaba cansado de recibir tantos latigazos, mis brazos dolían de tanto estar colgados, mi piel ardía y la sangre recorría mi cuerpo con prisa.- De aquí no te vas a escapar Doblas- me quitó la venda y me dio un puñetazo en toda la cara, otro puñetazo más.
Seguramente me dejó la cara morada o algo.

- De seguro te gustaría que te matase a ti ¡¿no es verdad?!.- se detuvo unos segundos.

- Pero no lo vas a poder hacer, porque yo te voy a matar primero. Así ya no tendrás más personas que matar, más niños que violar y no tendrás una familia de verdad. ¡¡JAMÁS!!.- Latigazo.

- Ojalá Jeff aparesca o algo.- pensé.

- Estoy a tu lado.

- Sacame de aquí. Mata a este tío.

- Entendido.

Jeff apareció atras de Alex y le agarró la mano con la que me estaba dando latigazos.

- Sorpresa, hijo de puta.

- ¿Qué mierda? - le enterró el cuchillo en plena espalda. Éste cayó al piso.

- Ven a liberarme.- cortó las cuerdas y fui libre al fin.- Me voy de éste lugar.

- Hay periódicos que dicen que no has aparecido en una semana.

- Pues hoy volveré. Y gracias por venir a ayudarme.

- Dale las gracias a Rake.

- Dáselas por mi.

Salí del sótano de esa casa y me dirigí a alguna altura.
Me puse mi capucha y observé la ciudad, estaba nublado y no alumbraba mucho el sol.

Saqué mi cuchillo, observé su filo cuidadosamente. Mi reflejo se veía en el, las cicatrices en mi cara. Todavía podía sentir el ardor de los latigazos aunque me haya envuelto con una venda la parte del abdomen seguía doliendo. Al parecer sanará en un mes o más.

Puedo tener valentía para matar, pero no para buscar a Mangel. No me perdonará. Todo lo que he hecho en mi vida han sido errores que no puedo reparar.

La noche cayó y yo seguía sentado arriba de un edificio de 3 pisos. Mirando la luna, el recuerdo de mi madre vino otra vez a mi cabeza.

Avancé por la ciudad en busca de alguien a quien matar o hacer algo más.
Una chica de no más de 25 años paseaba por la calle, se le notaba el miedo. Guardé mi cuchillo y bajé hasta donde estaba ella.

Caminé por detrás, con mis manos en los bolsillos, me acerqué un poco más y le tapé la boca y le sujeté los brazos. La llevé hacia el lugar más óscuro que encontré, un callejón. La golpee un poco en la cara, dejandola casi inconsciente.

Subí su falda y seguido bajé mis pantalones. Unas estocadas comenzaban esto, iba moviendome rápidamente. Sus nalgas se movían con mis estocadas, acaricié sus tetas con un placer indescriptible. Ella gemía con el poco ánimo que le quedaba por tantos golpes.

Saqué su blusa y sus sostenes, ahora tenía más libertad de acariciarla. Ésta era una chica muy bien dotada. Su ano se hacía estrecho a cada penetración que yo hacía en ella.

Saqué mi pene, dí vuelta a la chica y lo introducí por su vagina. Tenía sus piernas en mis hombros y acariciando sus grandes dotes.

Volví a sacar mi miembro, la golpee un poco más hasta dejarla completamente inconsciente. Me masturbé un rato, saqué mi cuchillo y me comencé a hacer cortes cerca de mi pene y en mis piernas.

Aprovechando la oportunidad con cuchillo en mano apuñalé a la chica y me dieron ganas de violar su cuerpo ya sin vida. Y eso fue lo que hice, moví con más libertad mi pene dentro de ella. Y al parecer no había nadie a mi alrededor, mucho mejor.

***

Seguí caminando, llegué a la casa de Mangel, no sé si podría volver a hablarle después de lo que vió y lo que he hecho esta semana y la anterior.

Golpee la puerta, esperé unos minutos, estaba dispuesto a irme pero Mangel apareció y me miró a los ojos, se veía que había llorado. Me abrazó, jamás había sentido un abrazo tan sincero desde que maté a mi madre. Correspondí su abrazo, me llevó adentro y me besó. Extrañaba sus labios tenía que admitirlo.

- ¿Dónde has estado?

- Por ahí.

- Dicen que violaste a una niña y la mataste.

- Tener esquizofrenia no es fácil sabes. También acabo de violar a una chica, perdón.

- Dios, Rubén.- se veían lágrimas en sus ojos, no me gusta ver llorar a la gente que amo y quiero.-¿Por qué volviste?.

- Porque te extrañaba.

- Ya pensé que te había perdido.

- Nunca me perderás, Mangel lo prometo. - me abrazó con todas sus fuerzas como,si no quisiera soltarme nunca.

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Arriba la esperanza abuelita ahre.
Queda poco para que termine este fic.
Sé que 1000 palabras es poco pero tengo re poca imaginación kdsrls.