🔪Capítulo catorce🔪

52 6 0
                                    

Salí a tomar aire fresco al bosque, necesitaba refrescar mis pensamientos.

Mangel no podía hacer esto, él era el único capacitado para criar a Liv, pero ya no.
Su problema de alcoholismo debió comenzar cuando comencé con el psicólogo.

¡YA NO QUIERO MÁS, MALDITA SEA!
¡QUIERO QUE SE ACABE ESTA PESADILLA!

Yo no podía cuidar a Liv y Mangel no se podía cuidar a si mismo, joder.
Ya no sé que puedo hacer. Mangel está mal por mi culpa y no hay remedio.

Una sombra se movió a mi al rededor, me asusté un poco pero guardé la calma.

- ¡¿Quién esta ahí?!

- No puedes verme pero yo a ti sí.

- ¡DIME!

- Soy...una clase de espíritu, si se puede decir así... pero sólo me puedes ver tú.

Se movió al rededor mío mientras hablaba.

- Dime tu nombre.

- Bueno...tú me conoces como... Alex.- Imposible.- No es imposible tomando en cuenta que tú me mataste.

- No fui yo, estaba frente a ti. Además ¡me metiste en un puto sótano por una semana!

- Shh. Eres un puto loco, Doblas. Tanta gente inocente mataste, vas a tener que pagar por todo eso.

Di golpes al aire pero nada funcionó, era mi imaginación, soy un puto demente.

- Vas a pagar con lo que más quieres en este mundo, Doblas.- Liv y Mangel.- Si.

- No...

Corrí hacia la casa de Mangel, mas le valiese que no estuviese tomando o algo. Él y mi hermana eran lo único que tenía que daban motivos para vivir.
Me importaban poco los autos que pasaban por la carretera. Sólo me importaba que ellos estuviesen bien.

La puerta estaba cerrada y la calle oscura, abrí con cuidado de no hacer ruido con las llaves que Mangel me dio.
Era muy tarde por la noche y no veía casi nada como para poder abrir una simple puerta.
Cuando al fin pude Mangel estaba durmiendo en el sillón, roncando y con la mano y su pierna en el suelo. Busqué una manta y lo tapé. Fui arriba a ver como estaba Liv, ella estaba dormida en un profundo sueño, con los peluches que Mangel le había comprado.

Mi familia está bien, eso es lo que me alivia. Volví a bajar las escaleras sin hacer ruido pero esos escalones crujían bastante para ser una casa prácticamente nueva.

Mangel ya no estaba roncando, me senté en el piso y aprecié lo que la poca luz de afuera iluminaba. Era perfecto, como si fuese el hombre más perfecto de la Tierra jamás antes visto. Así lo veía yo. Como alguien que me mantenía en paz por momentos, él es en lo único que pensaba, podría ser la típica historia de amor, sólo que entre dos hombres y no todos los días alguien como yo se enamora de alguien como él.

En el mundo me sentía solo, nadie me comprendía, pero es como una luz que apareció en el momento más oscuro. Toda mi vida ha sido un hoyo negro, vacío. Tal vez en este mismo instante me queden dias de vida, pero con Mangel me quedan siglos, milenios.

Me levanté del suelo y me fui a dormir, ahora por lo menos tengo un poco más de tranquilidad y puedo dormir en paz.

***
Eran las 4 de la madrugada y un sonido me despertó, me asomé a la puerta y Mangel estaba de pie frente al refrigerador. Tanteando como un borracho sólo logro botar algunas cosas al piso haciendo un gran estruendo.
Me acerqué despacio hacia él y lo agarré de la cintura, se fijó de mi acción y se dio media vuelta para quedar frente a frente. Cerró la puerta del refri con cuidado y se acercó a mis labios para depositarme un beso.

- ¿Qué haces despierto a estas horas? Te vi durmiendo plácidamente.

- Necesitaba algo para comer. - lo miré con un poco de duda pero después le sonreí.

- Tienes linda sonrisa.- sentí un poco mis mejillas arder en medio de la oscuridad que nos cubría.

Me dio un apasionado beso en los labios, bajando a mi cuello y clavículas, dejando chupones muy sonoros.

- Shhhh...Liv se va a despertar- sentí que sonreía en medio de un beso en mi cuello.

Me llevó a la habitación en la que me quedaba a dormir yo, me dejó suavemente encima de la cama, continuaba besándome, se sacó la polera y dejó su torso desnudo y la poca luz que entraba de la calle alumbraba su perfecto cuerpo.

Desabrochó casi desesperadamente mis pantalones, los bajó, tocó mi bulto, ya me estaba poniendo cachondísimo. Mangel respiraba agitadamente sobre mi pecho, pasaba su culo por mi pene, rozándolo cuando me besaba en los labios. Movía su culo de atrás hacia adelante. Me paré de la cama dejando a un Mangel con ganas de sexo,bajé su pantalones hasta la mitad, saqué su miembro de sus calzoncillos y empecé a lamerlo de forma lenta, haciendo arcadas. Mangel gemía en lo bajo ya que Liv estaba durmiendo.
Me tomó de la cintura y me sentó en su miembro y me bajó los boxers, acomodó su pene en mi culo.

- Cabálgame- susurró en mi oido. Hice lo que me pidió, sentía como Mangel echaba su cuello para atras por el placer del momento. Mi miembro comenzaba a levantarse por la excitación.

Subía y bajaba en el pene de Mangel, lo único que se escuchaba en la habitación eran nuestras respiraciones agitadas, gemidos y nuestros cuerpos chocando con cada cabalgada.

Mangel tiró su torso sobre la cama, quedando acostado, mientras yo seguía cabalgando su polla. Estábamos sudados, nuestros cuerpos se pegaban y era incómodo seguir follando así. Me quedé quieto por un momento (sí, en su polla). Junté mi cuerpo con el de Mangel, quedando yo arriba de él.

- Mangel, tengo miedo.- yo nunca tenía miedo pero se me vino algo a la mente que no quiero que pase.

- ¿De qué tienes miedo, Rubén?- me dijo con su distintivo acento.

Guardé silencio unos segundos, hasta que finalmente hablé.

-D-De que algún día, por m-mi culpa te maten. Y y-yo me vuelva a quedar solo.- sentía las lágrimas que querían escapar de mis ojos, no iba a llorar, no me quería sentir débil.

Sentí a Mangel suspirar hondo.

- Rubén, tú eres lo mejor que me ha pasado, no quiero que nada nos pase... confía en mi, nada me va a pasar por tu culpa.

Abracé fuerte a Mangel, no quería que nada ni nadie se interpusiera entre nosotros. Y que nadie dañase a Liv.

Todavía estábamos desnudos, nos pusimos nuestros respectivos boxers y nos dormimos.

Era de noche, estaban Mangel, Liv, Samuel y Alex pidiendo ayuda, se estaban hundiendo en una especie de barro negro. Sólo podía tomarle la mano a dos, pero Mangel estiró su mano para sacar a Samuel. Agarré a Mangel y Liv con mis manos para intentar sacarlos, pero mi fuerza no era suficiente, en vez de eso se hundieron más rápido, perdería todo lo que tengo. Vi que Alex estaba flotando sobre el barro. Se acercó a mi.

- Perdiste todo, Rubén. Estás solo otra vez, yo los maté porque así tenía que ser. Así lo escribió el destino.

Desperté sudando y con el corazón a mil por segundo, miré a Mangel, que recién se estaba despertando. Lo abracé sentí que dentro de poco lo iba a perder. Todo por mi culpa. Sus brazos rodearon mi cuerpo, acercándome más a él. Quedamos frente a frente, era hermoso, un ángel.

Se acercó lentamente a mi y me besó, un beso lento y que lo decía todo, sus labios y los míos encajaban perfectamente.

Me acurruqué en su cuello y me volví a dormir.

¯¯¯¯¯¯¯¯¯¯¯¯¯¯¯¯¯¯¯¯¯
Se pone más brigi4 xikoz
aió

Capítulo más real que el hilo de Manuel Bartual

Assassin 🔪Rubelangel🔪Donde viven las historias. Descúbrelo ahora