Mi mundo se caia a pedazos
no habia luz en mi oscuridad.
El destino me sorprendió
poniendote en mi camino
¿Era una coincidencia?
En un mundo de mentiras,engaños e ilegalidad.
¿Puede nacer el amor?
Él, es el rostro de un amor prohibido...
La casa era inmensa, las paredes estaban llenas de dibujos, había juguetes por todos lados y olía a comida casera.
Matt silbó y de repente tras un sonido de crujidos de madera empezaron a aparecer niños que lo rodeaban gritando su nombre.
— ¡Ey, cuidado! jajaja, que me pilláis con las defensas bajas. —se reía mientras agarraba a algunos niños a modo de juego.
—Lo adoran.
Miré a la mujer que acaba de hablarme, pasó de largo y abrazó a Matt.
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La cara de Matt era dulce, se notaba que se sentía feliz en ese sitio, a pesar de las circunstancias en las que habíamos llegado mi cuerpo empezó a relajarse.
Solo me quedé como una mera observadora, viendo la escena que tenía ante mis ojos.
—Chicos, ¿podéis saludarla? —me señaló.
Los niños vineros corriendo y me rodaron, unos intentaban abrazarme, otros tiraban de mi ropa y otros simplemente me miraban.
— Matt ¿quién es ella?
—Ella, ella...es...Aria. —dudó —.Es mí...
—Hasta que al fin estas asentándote ¿eh? —dijo la mujer —.Soy Serena.
—Encantada, yo soy Aria.
Una de las niñas tiraba del pantalón de Matt para que se agachara y hablarle al oído.
—Ella es tu novia ¿a que sí? —dijo bajito, pero aun así todos oímos lo que le decía.
Matt me miró sin saber que decir, me agaché al lado de ellos y miré a la niña.
—Hola, soy Aria.
—Yo Maria. —sonrió mientras tocaba mi pelo —. Es muy bonita, elegiste bien. —besó a Matt en la mejilla y se fue.
Puse mi mano en el hombro de Matt y lo miré, la rabia con la que llegué ya había desaparecido y aunque no sabía nada de lo que pasaba podía hacerme una idea.
—Lucho por ellos, para que tengan un sitio donde vivir, para que puedan estudiar y no tengan que pasar por lo que yo pasé.
Miré a mí alrededor y ver a esos niños me hizo entender las razones de Matt.
—Debiste decírmelo.
—Lo sé y lo siento, solo espero que algún día puedas perdonarme.
Se acercó y cerré mis ojos analizando todo lo que había pasado y solo sentí arrepentimiento, había traicionado lo que habíamos comenzado y si había alguien que tenía que pedir disculpas era yo.
—No tengo nada que perdonarte, tenías tus razones para ocultar todo esto pero... —tomé aire pensando cómo decirle que habia pasado la noche con Daril —.Matt yo, yo he cometido un error...
