—Matt, yo...te...
¿Por qué dudaba, es que aún no me fiaba de él, pensaba que podría seguir mintiendo, no estaba segura de mis sentimientos o simplemente era miedo a que no sintiera lo mismo que yo?
—Yo también te quiero Aria. —sonrió.
Leyó mis pensamientos, notó mis dudas o simplemente mi vergüenza.
Me quedé mirándolo fijamente y comencé a quitarme la ropa.
—Te quiero Matt. —le susurré al oído
—. No tengo dudas, solo tenía miedo.Hicimos el amor en el sofá con una pasión descontrolada, cada centímetro de mi piel, cada fibra de mi cuerpo, cada músculo, cada aliento, cada palpitación de mi corazón le pertenecían a él y solo a él.
—No pienso dejar que te vayas, así que ven duerme conmigo. —dijo llevándome a la cama.
A mitad de la noche sentí que Matt hablaba en sueños, intententé averiguar sobre lo que hablaba en sueños... y sentí escalofríos al oír su nombre.
—Eric, no te lo voy a permitir. —susurró.
Dicen que la gente no miente en sueños, así que quise aprovechar la ocasión.
—Matt, ¿qué te pasa?
—Eric quiere tenderme una trampa.
— ¿Por qué, qué quiere?
—A tí. —murmuró.
Sus palabras helaron mi sangre, no podía ser cierto, era solo una pesadilla.
Toqué a Matt para que despertara.
— ¿Qué ocurre Aria?
—Tenías una pesadilla. —mi voz temblaba.
—Tu voz, ¿qué te pasa? ¡Estás helada!
—Nada, solo desperté porque me entró frio. —mentí.
—Ven. —me acerqué a él y me acurrucó entre sus brazos.
Volvió a quedarse dormido inmediatamente, pero yo fui incapaz, sus palabras resonaban en mi cabeza una y otra vez.
Los rayos de luz se abrían paso a través de las cortinas, estaba agotada y me dolía la cabeza.
Me levanté antes de que sonara la alarma, preparé algo de desayuno y me fui a la ducha.
Dejé que el agua caliente llenara la bañera, intenté relajarme. Al abrir los ojos Matt me miraba sonriendo.
—Es una invitación muy tentadora.
—Matt ¡no, no, no! se saldrá toda el agua.
No pude decir nada más, cuando su cuerpo se unió al mío.
—Sabes a jabón. —se rio haciendo un gesto de mal sabor.
—Eso te pasa por no esperar.
—He estado un rato observándote, ni te diste cuenta, pero estabas tan sensual, sexy y tu rostro era tan dulce que no he podido resistirme, además esta maldita espuma no me dejaba ver nada.
— ¿Y que querías ver? —me burlé.
—No preguntes si la respuesta te va a avergonzar.
Besé a Matt una y otra vez.
–Recuerda que eres mía –susurró, y acarició mi lóbulo con sus labios –. Quiero dejártelo claro –volvió a susurrar, y me besó en la boca acallando mis gemidos.
Mordí mis labios mientras me contenía al llegar al clímax.
–Princesa, podría seguir así todo el día pero debemos ir a la oficina.
–Lo sé, déjame un minuto para que mis piernas puedan sostenerme. –sonreí.
Una siempre sabe que aunque nuestro cuerpo reaccione, a ellos les gusta oír lo bien que lo han hecho.
–Y eso que aún ni te mostré la mitad de mis armas. –sonrió y me hizo un guiño.
Le tendí la mano para que me ayudara a salir. Puso una toalla alrededor de mi cuerpo y volvió a sonreír.
–Anda vámonos.
Asentí y nos fuimos a la oficina.
Al llegar había un sobre encima de la mesa.
–Pero ¿qué? –estaba sorprendida –.Es una invitación de boda.
– ¿De quién?
–De Gabriel.
– ¿Enserio?
–Sí, mira además es este sábado.
– Y pone el nombre de nosotros dos. –dijo sorprendido.
–No se le escapa una, pero ¿de Gabriel?, nunca pensé que esa relación fuera enserio.
–Espera, princesa creo que no has visto lo mejor.
– ¿El qué?
–El nombre de la novia no es Cassidy.
–Ah, ¿no? –sorprendida le quité la invitación para mirar –.Por dios ¿y quién es ella? –no entendía nada apenas tres meses atrás estaba con Cassidy y hoy se casaba con otra mujer, John siempre me dijo que era un mujeriego pero ¿quien era esa chica que había conseguido atraparlo? era un misterio.
– ¿A qué le das tantas vueltas?
–No, a nada solo me extraño que John no me haya contado nada.
–Aria, a veces los hombres también nos sentimos dolidos y el verse enamorado de tí y ver que tu no le correspondías no es fácil, solo debes darle tiempo.
–Tienes razón. –sonreí –. Tengo muchas ganas de ir a esa boda contigo.
–Yo también, puede ser divertido. Estará más de la mitad de la oficina.
–Sí, quiero que todos sepan que eres mío, solo para mí, sé que algunas me odiaran por ello y quiero verles las caras.
– ¡Eres malvada!
–Lo sé, jajaja, anda pongámonos a trabajar.
El día en la oficina parecía ajetreado, veía a mis compañeros andar de aquí para allá con prisas, cargados de carpetas y nerviosos, la expansión estaba a punto de hacerse realidad y el nuevo edificio de Carter Corp. estaba por finalizar lo que significaba que nos trasladarían a todos a nuestro propio edificio.
Me hacía ilusión ver el sitio nuevo, ver mi nueva oficina, y estaba muy nerviosa por las promociones, me presenté por petición de Ryan pero no quería perder a Matt como mi compañero, era lo que más me gustaba de mi trabajo aunque quizás ahora que comenzábamos una relación lo mejor sería no estar juntos también en el trabajo, pero no quería imaginar mis mañanas sin su sonrisa.
Sonreí pensando en cómo sería todo a partir de ahora e imaginando un futuro juntos.
Teclee en el ordenador para buscar un vestido para la boda, quería que fuera increíble y que dejara a Matt sin palabras, era demasiado pronto pero dicen que de una boda siempre sale otra...nunca había pensado si realmente quería casarme pero dicen que cuando estas enamorada esas cosas vienen por si solas, y yo lo único que podía pensar era que quería estar con ese hombre toda mi vida.
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Como Si Te Conociera ©
RomansaMi mundo se caia a pedazos no habia luz en mi oscuridad. El destino me sorprendió poniendote en mi camino ¿Era una coincidencia? En un mundo de mentiras,engaños e ilegalidad. ¿Puede nacer el amor? Él, es el rostro de un amor prohibido...