Cap. 34: Mi corazón de hielo.

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—Sabes que es cierto, sino sintiera nada por tí... jamás me habría acostado contigo. —respiré profundamente — .Fui una egoista, nunca pensé que lo que teníamos pudiera convertirse en algo más.

Puso sus dedos en mis labios. —Nunca esperé que pasara, me pilló por sorpresa, yo jamás... —. Negó.

—Lo, lo siento Daril de verdad...me odio por esto, no voy a poder mirar a Matt a la cara...yo, yo no sé como decirle todo esto. —me tapé el rostro con las manos —. Me da miedo ver la decepción en sus ojos.

Daril quitó mis manos de mi rostro y tiró de mí hacia la habitación de Matt.

—Yo, no, no puedo pasar. —dije paralizada, mis piernas no respondían.

—Actúa con normalidad y cuando salga de aquí ya hablareis.Es lo mejor, ahora mismo te necesita a su lado y lo sabes.

Asentí y entré en la habitación.
Esperaba con todas mis fuerzas que estuviera dormido pero no fue así.
Me quedé mirándolo y al mirarme mi corazón se paralizó.No podía ignorar todo lo que había pasado y no sabía como mentirle al respecto.
No fuí capaz de moverme de la puerta.

—Aria. —dijo con la voz entrecortada.

—Ho, hola.

Verlo tendido en esa cama, con todas esas maquinas conectadas y tan débil me generó una inmensa rabia que recorrió mi cuerpo.

Verlo tendido en esa cama, con todas esas maquinas conectadas y tan débil me generó una inmensa rabia que recorrió mi cuerpo

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—Estoy bien, puedes acercarte, no voy a...romperme —no lo dejé acabar, por fin mi cuerpo reaccionó, lo abracé sin poder dejar de llorar.

—Perdona, perdoname debí estar contigo todo este tiempo y te dejé solo.

—No tengo nada que perdonarte, sé que has estado... —me miró a los ojos—. todo esto es solo culpa mía, así que no te culpes por favor, si hay alguien a quien debes perdonar es a mí...por mi culpa tú has estado teniendo problemas de salud.

Me quedé mirándolo a los ojos, esos ojos azules profundos que me volvian loca y que hacía que mi mundo se paralizara y dejara de girar. Toqué su mejilla y le sonreí negando.
Me hacía feliz, era algo que no podía negar, ahora entendía que no quería una vida sin él pero mi interior estaba muerto, no sabía como hacer para que todo volviera a la normalidad y eso me estaba matando.

Unos días después Matt salió del hospital.
Yo me había encerrado en casa como una hermitaña, había pedido una excedencia en el trabajo y me había aislado del mundo.
Tyler y Bryan me obligaron a ir a un  psiquiatra por mis problemas y mis ataques de pánico repetidos.
No era algo que me gustaba hacer, pero lo necesitaba.
Cada vez que ponia un pie en la calle me hacía sentir diminuta, sentía que que me hundía y tan solo quería volver a casa corriendo.La ansiedad iba en aumento cada día que pasaba desde que salí del hospital así que me llevaron a rastras, sin que pudiera negarme.

Han pasado dos semanas y no sé nada de Matt.
Lo mandaron a una clínica de reposo, al parecer el fuerte impacto que recibió en la cabeza hizo que su cerebro se inflamara y le dijeron que cualquier pequeño golpe que sufriera podria tener graves consecuencias, así que Daril tomó la decisión de internarlo hasta que estuviera recuperado y sobre todo lejos de Eric.
El problema era el aislamiento.

No soportaba esta incertidumbre de saber que iba a pasar y como buscar una solución a todo esto.

Estaba en casa viendo una película de esas que te hacen no soltar el pañuelo ni un solo segundo cuando llaman a la puerta.

— ¡Voy! —paré la pelicula,retiré mis lágrimas y abrí —Daril, ho,hola...

—Aria, lo siento, espero no molestar, pero necesitaba verte. —me miró con tristeza y retiró mi cabello de la cara.

—No, no pienses mal es que estaba...yo... —negué señalando la televisión —.Pearl Harbor, siempre me hace llorar.

Me quedé mirándolo, desde el día que lo vi en el hospital y entendí que eran hermanos no había sido capaz de mirarlos a la cara, pero ví que en sus ojos ya no había ese brillo que siempre lo había caracterizado...sentí oscuridad en él.

—Perdona, pasa no te quedes ahí.

—Gracias, espero no molestarte.

—No, claro que no... —negué y lo dejé pasar intentando disimuladamente esconderme tras la puerta. No quería que me viera en pijama.

—Aria, no hace falta que te escondas, no voy hacerte nada y no hay nada de tí que no haya visto antes.

—Lo siento, no quería hacerte sentir incómodo. Ahora vuelvo. —salí corriendo a mi habitación a ponerme algo de ropa más adecuado y menos provocativo —.Listo ¿quieres un té o algo?

—Una copa me vendría bien, lo que voy a decirte no es fácil.

Se sentó en el sofá con la mirada perdida, estaba nervioso pero a la vez sentía que nada bueno iba a salir de esta conversación.
Preparé la copa, se la llevé y me senté junto a él pero manteniendo cierta distancia prudente. Aunque ya había tomado mi decisión de estar con Matt no había podido sacarlo de mi cabeza, la conexión que teniamos era muy fuerte y por nada del mundo podía volver a caer.

—¿Qué pasa?

—Matt. —pasó su mano por su cabello, pensando las palabras que debía usar —.No, no está bien...los médicos piensan que si vuelve a luchar podría... —una lágrima recorrió su mejilla limpiamente.

Me quedé observándolo paralizada, aún no podia creer que fueran hermanos, sacudí mi cabeza para evitar tener pensamientos que no debía y toqué su mano temblorosa.

—Si Matt vuelve a pelear, podría morir.

Sus palabras de clavaron en mi corazón como cuchillas, sabía que era grave pero no sabía que tanto podía llegar a ser. Tomé aire y apreté su mano.

—Tenemos que hacer algo, hay... hay que destruir a Eric, cueste lo que cueste.

—No es tan sencillo Aria, no es Eric sólo el problema...Matt ama luchar y aunque Eric desapareciera no sé si él podría apartarse de esa vida.

—Debemos intentarlo, no podemos quedarnos sentados esperando sin hacer nada.

—Yo, yo no...puedo acercarme a Eric, no puedo ser de mucha ayuda. —dijo visiblemente nervioso.

—Daril ¿qué...?

—Tiene una orden de alejamiento contra mí...hace algún tiempo perdí los papeles...casi acabo con él.

— ¡Daril! pero ¿qué hiciste?

—No es la primera vez que Matt esta en apuros, estuvieron a punto de arrestarlo el año pasado, Eric necesitaba que firmara unos papeles, pero Matt se negó asi que lo puso entre la espada y la pared o firmaba o tendría que ir a la cárcel.Yo, no podía permitirlo así que hice lo que creí mejor... pero al final fué inútil y no conseguí nada, salvo pasar 2 días arrestado por posesión de armas y una orden de alejamiento... —apretó las manos con tanta fuerza que me hacía daño.

Como Si Te Conociera ©  Donde viven las historias. Descúbrelo ahora