Capítulo 14.

1.6K 67 3
                                    



______ POV.

Desperté, al sentir que me hablaban. Abrí rápidamente los ojos. ¿Qué sucede?- pregunte preocupada, mientras me levantaba. – Tranquila, tu papá despertó, creímos que querrías pasar a verlo enana. –dijo Louis con una media sonrisa. Asentí repetidas veces. Me levante, y sin pensarlo me dirigí a la habitación en la que estaba mi papá. Al llegar abrí la puerta, él estaba mirando televisión, mire mi reloj y eran las 6 de la madrugada, había dormido solo 2 horas. Me acerque y al verme apago el televisor, y me sonrío. ¿Por qué lo hacen?, no entienden que me hacen sentir más mal. Tome un pequeño respiro y camine. 

Cuando estuve a su lado lo abrace y comencé a llorar. 

Me separe levemente y dije –Mamá esperaba un bebé... - y volví a llorar, el solo me sostenía fuertemente, dándome a entender que no me dejaría caer y que ahora estábamos juntos en esto. –Todo es mi culpa papá, arruine la vida de todos. – dije llorando cada vez más fuerte, ya no podía seguir guardando todo mi dolor, por lo menos necesitaba a alguien que me dijera que nada estaba bien pero que no me dejaría caer, esa persona era mi papá. – Nada es tu culpa, las cosas pasaron así porque tuvieron que pasar, _____ tu eres todo para nosotros, y sé que esto es un pequeño pedazo de popo, pero yo no te dejare sola, ni a ti ni a Amanda. Son lo mejor que pude llegar a tener, ¿lo entiendes?. – dijo con lágrimas en los ojos. –Te amo papá, te amo con todo mí ser, y te prometo que no te dejare solo, estaré contigo en estas y más. – dije mientras lo abrazaba con mis pequeñas fuerzas que me quedaban. 

No la pasamos abrazados unos minutos más, estaba acostada a su lado mientras veíamos televisión, por fin me sentía más tranquila, sentía que podía seguir de pie a pesar de todo lo que pasara. Cerré mis ojos, y a la mente me vino, el día que entre por primera vez a la escuela, y comencé a llorar, ese día mamá me llevo a casa, me preparo un tarro de chocolate caliente, y horneo las galletas con chispas de chocolate que tanto me gustaban, nos pasamos el día entero viendo películas, y cuando papá llegó jugamos hasta tarde.

 Esta era mi familia, mi pequeña familia que me mantenía estable, y si ese bebé hubiese nacido, mi mamá estaría encantada, pero lo perdió por mi culpa. Mi estómago comenzó a hacer un ruido extraño, al parecer tenía hambre. Papá rio un poco, deposito un beso en mi frente y me mando directo a la cafetería a comer algo. Salí de esa pequeña habitación, y me pase por la sala de espera, todos estaban sonriendo. Mi abuela se acercó a mí. –Amanda salió de la operación, nos vinieron a avisar justo cuando entraste a ver a Harry. Al parecer todo salió bien. ¿Por qué no vas con el doctor para que te de mejor los destalles- dijo con una gran sonrisa. Todos la tenían. Me acerque al doctor a preguntarle. –Hola, ¿Cómo se encuentra Amanda Jauregui? – pregunte con una enorme sonrisa. – Me avisaron que por fin salió de la operación, al parecer todo salió bien... ¿Eso es cierto? - el doctor tomo una breve respiración y habló. - No del todo, la operación si salió bien, pero ahora queda que ella luche para vivir. Sufrió muchos golpes, llegó con dos costillas rotas, una pierna desgarrada, mucha sangre perdida, unos pulmones a punto de colapsar, y un aborto. ¿Entiende la gravedad del asunto señorita?. – mi pequeña felicidad se desvaneció por completo. – Si... lo entiendo. – dije a punto de llorar. – Sé que es difícil para ti, pero ya no queda en nosotros, queda en ella, ella es la única que puede decidir por su vida. Las primeras 24 horas son críticas, se necesita ver si puede respirar por sí misma, y su corazón resiste. Si pasadas las 24 horas puede hacerlo, lo demás ya no es nada. Solo me queda decirte que, reces porque tu mamá se salve.- dijo mientras sostenía mi mano. 

Se apartó lentamente mientras me dejaba más preocupada y dañada que antes. Las lágrimas comenzaron a salir de nuevo, tape mi boca con mis dos manos. Me di la vuelta, mire a todos. Su sonrisa al igual que la mía se había desvanecido por completo. Y caí, mis rodillas no eran fuertes como mi corazón. Mis manos temblaban, escuche que decían mi nombre, pero me importo muy poco.  ¿Y si no luchaba lo suficiente?, la felicidad no dura para siempre. 

La hija de mi mejor amigo (Niall Y tu) HOTDonde viven las historias. Descúbrelo ahora