Rukia Kuchiki, se vio obligada a abandonar su hogar por una traición, y ahora es la nueva estudiante del instituto.
Ichigo Kurosaki, el chico más problemático. En el momento que él la vio supo que era la chica ideal para él.
Sin embargo, ella oculta...
Ikaku y Yumichika corrían lo más rápido que podían. No han parado de correr desde que salieron de la Sociedad de la nieve, no han dormido, no han comido, no han... Ido al baño. 🙈🙉🙊
- ¡Oye! Yumichika. -dice Ikaku jadeando.
- ¿Qué pasa?
- ¿Cuánto falta para llegar?
- Solo un poco.
- ¡¿Enserio?! -dice Ikaku con esperanza.
- Si. De hecho, ya estamos aquí. Solo hay que entrar y...
Yumichika abre la puerta de golpe. Lo que encontró fue lo más hermoso que haya visto en su vida. Todos los problemas anteriores se esfumaron en un solo instante. Simplemente no encontraba las palabras para explicarlo.
Detrás de él estaba Ikaku, y cuando entró, lo vio. Ese lugar parecía el paraíso, sus ojos se iluminaron como dos estrellitas que se prenden con el sol haciendo resplandecer el lugar completo por medio de su calva cabeza provocando que todo aquel que estuviera allí se cegara por tanta luz.
- ¡Aaahh! Mis ojos. -decía una persona que pasaba por ahí.
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Ellos habían pasado días con hambre, con sed, con sueño y con ganas de hacer del uno y del dos (si saben a lo que me refiero 😉). Entraron al lugar observando aquel oasis de arriba, abajo. Se pellizcaron mutuamente para saber si era real, porque parecía un sueño. Ellos sólo querían... Querían... Querían... Querían comer en aquel restaurante.
- Buenas tardes, ¿que desea ordenar? -dijo la cajera.
- Hola. Por favor, un burrito con papas, un taco, un wrap, una hamburguesa y dos sodas extra grandes. -dijo Ikaku.
- Ok. ¿Para comer a...? -es interrumpida.
- Y, ¿Tú, Yumichika? -la joven se quedo sorprendida. Tanta comida para un hombre.
- Yo quiero lo mismo. -dijo Yumichika sin pensarlo mucho.
- Ok. ¿Para comer aquí o para llevar?
- Para comer aquí. Y empaque dos ordenes más de lo mismo para llevar.
Todos en el restaurante se les quedo mirando. Estaban sorprendidos por los dos extraños que pidieron tanta comida para ellos solos.
Ellos comían como salvajes, sin parar. Todos los miraban sorprendidos. Cuando terminaron de comer, se llevaron la comida para llevar y se fueron comiendo en el camino.
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- Muy bien. ¿Están todos listos? -dijo Urahara y todos los demás asintieron.- El portal solo se abrirá una vez. Así que no deben distraerse con nada. Deben recordar esto: No-miren-atrás, pase lo que pase. ¿Está claro? -todos volvieron a asentir.- Muy bien.
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Yumichika e Ikaku cuando llegaron al escondite donde se suponía que estarían Rukia, Hitsugaya y los demás, no encontraron a nadie. Estaba vacío aquel lugar.
