La chica nueva.

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Al despertar, Rukia se siente adolorida, se frota la cabeza y se da cuenta de que su hombro también le duele y hace una mueca de dolor, mira que tiene varias vendas por su cuerpo para curar las heridas. Renji aparece de repente y observa que ella ha despertado.

- Rukia -dice en un susurro.- ¡Has despertado!

- Que observador. ¿Dónde estamos? -pregunta mirando a su alrededor.

- En una casa, que el rey Byakuya compro hace mucho tiempo anticipando el anterior ataque. -ella lo mira confundida.- Estamos en un pueblo llamado Karakura, en Japón.

- Mi hermano... ¿cómo sabia de que el ataque ocurriría?... ¿Japón? ¿Porqué Japón?

- No lo sé. Solo él sabrá las razones de sus acciones. -Rukia, baja la mirada.

- Así es él. Nunca dice nada. Espero que este bien.

- Tranquila todo estará bien. El rey Byakuya es muy fuerte, estoy seguro de que pronto vendrá por nosotros. -Hitsugaya aparece.

- Majestad. -se inclina como símbolo de respeto.- El rey Byakuya me dio indicaciones para cuando estuviéramos en esta situación. Ya la inscribí en un instituto educativo para que viva como una estudiante común y corriente, ocultándose del enemigo. Ahora que despertó podrá comenzar mañana las clases.

- ¿Escuela? ¿Situación? ¿Mi hermano... sabía...? No entiendo nada. -dice confundida.

- No sé qué responder a sus preguntas, yo solo sigo órdenes. Ya fui a recoger su uniforme para mañana. Renji, también irá para protegerla si se presenta la situación.

- ¡¿Qué?! ¿Yo también? -dice Renji.

- No necesito a un guarda-espaldas.

- Son órdenes del rey.

- De acuerdo. -dice Rukia, y Renji asiente con la cabeza.

Al día siguiente, Rukia y Renji estaban listos para ir a la escuela. Desayunaron, se lavaron los dientes, algunas de las heridas sanaron y otras no. Para ellos esa casa era pequeña comparada con el castillo dónde vivían, pero era confortable, los empleados eran ciudadanos del pueblo de Karakura. Renji lucía elegante con un pantalón de vestir, camisa blanca, corbata negra y saco negro. Hitsugaya, se quedaría en la casa esperando órdenes o alguna información del pueblo. De repente, suena la puerta; Renji y Hitsugaya se ponen en posición de ataque y una de las empleadas abre la puerta. Aparece alguien inesperado, Kaien Shibba. Ambos bajan la guardia sorprendidos y confundidos.

- Kaien, ¿qué haces aquí? -pregunta Renji.

- El rey me ordenó que viniera para cuidar a la princesa Rukia, ya que necesitarán refuerzos, además de que quiere que entrene a la princesa para que logre controlar su poder por alguna emergencia. Yo pude escapar apenas sin que Yuhabach se diera cuenta. -responde Kaien.

- Bien, pues no le cuentes nada a la princesa para que no se preocupe y haga alguna locura. -le dice Hitsugaya con el ceño fruncido. -Kaien asiente.

- Ya estoy lista, nos vamos Renji. -al llegar Rukia a la escena, se da cuenta de la presencia de Kaien.- ¿Kaien Shibba? -dice confundida de su presencia y él se inclina por respeto.

- Princesa. He venido con la intención de protegerla y entrenarla para que controle su poder al máximo. -dice sin levantar la cabeza.

- De acuerdo.

Al tiempo después, Kaien aparece con un traje negro igual al de Renji (pantalón de vestir, camisa blanca, corbata negra, saco negro), y con un audífono dentro de su oído para comunicarse con Hitsugaya todo el tiempo al igual que Renji. Una vez listos, caminan hacia la escuela; Renji lleva la mochila con los libros de Rukia. Ella se siente deprimida al recordar el llanto de los niños, los gritos de las mujeres y el sacrificio de los hombres.

La Princesa de HieloDonde viven las historias. Descúbrelo ahora