Obsessed

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Sumario: Louis Tomlinson, 22 años de edad. Tipo de desorden alimenticio: bulimia. Riesgo: elevado. Doctor asignado: Harry Styles.

ADVERTENCIA: Manejo de enfermedades psicológicas. Escenas explícitas. Si se sienten ofendidas las personas que tienen un poco más de peso del que les gustaría, pido disculpas, no es mi intención hacer sentir mal a nadie con su cuerpo ni incitar los desórdenes alimenticios; ya que sé lo difícil que es salir de éstas. 

Bueno, Louis al final sale de la bulimia y se queda con Harry. Happy Happy✨✨✨✨

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—Buenos días, usted llama al Hospital Haisdel para Problemas Alimenticios de Reino Unido, ¿en qué le podemos ayudar?

Una amable voz resonó en la bocina con ese mensaje que ya se sabía de memoria. No era la primera vez que llamaba, así como no era la primera vez que comía como debía, pero a los minutos lo vomitaba.

—Bu-Buenos días —contestó con voz temblorosa—. Quisiera pedir una cita... Creo-creo que tengo un problema.

—Claro que sí. Necesitaremos su nombre para ponerlo en la ficha.

—¿Ficha? —preguntó asustado. No quería que supieran nada de él, ¡e iba a tener que llenar una ficha!

—Necesitamos sus datos para poder sacar una cita. Como es un hospital particular, el costo es más elevado que en cualquier otro del gobierno, por eso tenemos que estar seguros de qué personas nos visitan y si pueden pagarlo.

Eso le hubiera ofendido a Louis si no hubiera estado tan necesitado de verse más delgado. Mierda, él necesitaba que le quitaran la asquerosa grasa que se le formaba. Él vomitaba, sí, pero ni aún así podía perder todo el peso que tenía. Y era asqueroso verse en el espejo y no poderse poner nada lindo porque su obeso cuerpo no se lo permitía.

—Bien, mi nombre es Louis Tomlinson —comenzó, jugando con el cable enrollado del teléfono—. Vivo en (Dirección). Y tengo sobrepeso.

—Señor Tomlinson, tenemos un espacio con el doctor Tom Riddle (me tenté, sigan leyendo) a las dos de la tarde este viernes. Es especialista en el sobrepeso.

—Sí, el viernes está bien —dijo un poco más decidido—. Gracias.

—Gracias a usted y que pase buen día.

Colgó la llamada. Estaba asustado. Hacía tanto tiempo que no iba a un médico para checar su peso porque le asustaba que le dijeran que su obesidad era algo tan grave que ya no tenía mucho remedio. Porque, joder, en serio que cuando se levantaba por las mañanas se veía tan gordo que simplemente había quitado la mayoría de espejos en su casa.

Hoy apenas era sábado. Por lo visto, aquel hospital tenía una agenda algo apretada. Pero de no haber sido por la tarjeta que una desconocida en el mini-súper le ofreció, nunca habría dado con aquel hospital.

El viernes trató de llegar temprano a su cita. Tenía el don de llegar siempre tarde, pero esta vez salió de su casa dos horas antes, y aún así, llegó sólo diez minutos antes de la hora.

Esperó lo más paciente que pudo, jugando con el dobladillo de su suéter; hasta que por fin lo llamaron. Entró al consultorio, donde el doctor Riddle lo miraba extrañado.

—Lo siento, creo que hemos tomado mal tus datos. Te pusieron en mi lista de pacientes por error.

Louis lo miró aún más extrañado.

—No, en realidad me dijeron que con usted era.

—Lo siento —repitió—, pero conmigo son las personas con sobrepeso. Las bajas de peso son con el doctor Styles.

Bullshit con B de BoyxBoyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora