Bullshit con B de BoyxBoy

Regresa temprano

Sumario: Louis siempre sale en las noches, Harry siempre lo va a esperar hasta que llegue.

Advertencias: Partes muy cortas.

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El reloj marcaba las once.

Marcaba las doce.

La una.

A las dos un auto pasó y Harry creyó por un momento que podía ser Louis.

Para las tres el rizado ya estaba quedándose dormido en el sofá cuando oyó la puerta de la casa abrirse. Era Louis, que como siempre llagaba tarde del "trabajo". 

-¿Cómo te fue, amor? -preguntó Harry, yendo hacia su esposo. 

-Tuve un mal día -cuando estuvo cerca, el rizado olió el alcohol en Louis. No dijo nada, simplemente él entendía que de vez en cuando alguien se debía tomar un tiempo para todo. Bien, pues el castaño siempre se tomaba un tiempo cada noche.

-¿Quieres que te prepare un té? 

-Sólo quiero dormir, Harry, hazte a un lado.

Louis ni siquiera lo miró mientras hablaba, sólo subió las escaleras y cerró de un portazo la puerta de la habitación.

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-Buenos días, amor -saludó un amoroso Harry, aún adormilado. Louis le sonrió.

-Buenos días -dijo, mientras se levantaba de la cama. Hoy era domingo, así que le extrañó al rizado que su esposo saliera de la cama tan rápido.

-Hoy te vas a quedar en la casa conmigo, ¿verdad?

-Tal vez, en la tarde tengo una cita con otro gerente de ventas. Ya sabes cómo es de importante vender lo solicitado para el fin de año.

-Lo sé pero...

-¿Quieres salir a desayunar? 

Harry asintió, para nada convencido de que el desayuno fuera porque no quería que cocinara el único día que estaba en la casa, o porque quería pasar más tiempo con él.

Para la tarde, Harry estaba de nuevo solo, en el sofá viendo películas viejas, viendo de reojo la foto de su boda con Louis de vez en cuando.

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-¿Cómo te fue, amor? -saltó el rizado del sofá, corriendo hacia el castaño.

-Excelente.

Fue lo único que dijo antes de ir directo a la cocina. Harry fue tras él.

-Cuéntame cómo estuvo...

-¿Quieres dejar de hablar tanto? Estoy cansado y lo único que quiero es llegar a casa y comer algo antes de dormir. 

Harry salió de la cocina, se volvió a acurrucar en el sofá y no despertó hasta la mañana siguiente, cuando la puerta de la casa se cerró a las siete de la mañana.

Hoy cumplían tres años de casados. Tenía la esperanza de que Louis se acordara y le llevara un regalo o lo invitara a cenar. Mientras tanto, él iba a salir a comprarle un traje nuevo para su trabajo, y tal vez un reloj.

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-Lo siento tanto, Harry -se disculpó-. Con tanto trabajo no he podido comprarte algo lindo.

-No importa -al menos se sentía feliz porque no había llegado tarde hoy-. Aquí está tu regalo.

Louis recibió un rectángulo rosa brillante y una cajita con papel plateado, también brillante. Al abrirlos sintió una pizca de culpa. Él no había podido comprarle nada decente, apenas si le compró una caja de Bean Boozled... Su madre tenía razón cuando le dijo que nunca iba a madurar.