Sin Tiempo

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Sumario: ¿Qué harías si la vida te presenta a tu alma gemela? Aquella persona con quien siempre has soñado, aquella que quisieras ver despertar a tu lado cada mañana. ¿Qué harías si la vida te da sólo veinticuatro horas para estar con él? Y luego, tan fugaz como su llegada, desaparece repentinamente de tu vida... ¿Qué hará ahora que se fue?

Advertencias: Escenas explícitas. Creo que este es el capítulo más corto que he hecho hasta ahora, así que les recuerdo que es ficción y si yo quiero que les salgan alas de poni a Louis y a Harry y vuelen lo van a hacer, así que no se lo tomen todo taaan enserio. Disfruten. El sumario tiene derechos especiales, ya que no es mío completamente.

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Louis despertó con su alarma, como todas las mañanas. Se levantó después de cinco minutos, tomó un baño y desayunó.

Salió de su casa a las 11:00 de la mañana. Llegó a su trabajo de profesor de fotografía a las 12:00. Todo el día estuvo hablando alto y mostrandoles a sus estudiantes la forma correcta de enfoque.

Terminó su trabajo a las 6:00 de la tarde; caminó al café más cercano, y una típica camarera lo atendió. No esperaba nada, sin embargo se quedó hasta tarde en el café, mirando cómo oscurecía y la gente pasaba, tan ocupada en sus asuntos que no notaban que alguien que estaba solo los veía. Se fue a su casa cuando cerraron la cafetería. Apenas eran las 9:00, y en el camino se encontró a otro profesor; Liam.

—¡Louis! ¿Qué te parece si vamos a tomar algo?

—No puedo, Li.

—Vamos, ¿hace cuánto que no sales? Aunque sea a tomar un café... Si quieres podemos ir a una cafetería y no a un bar.

—Pero mañana...

—Mañana es sábado. Vamos.

Louis aceptó a regañadientes, siendo arrastrado por Liam a su auto. En el camino discutieron acerca de qué lugar era el apropiado. Ambos quisieron ir a un bar, no muy lejos de la cafetería donde antes estaba Louis.

Cerveza. Algo de música y chicas por todos lados; meseras, prostitutas, novias, y algunas que estaban ahí para pasar el rato. Louis se sentía como si estuviera en un estanque lleno de pirañas.

Puedo esperar a que sean las 12:05 para evitar la formalidad de irme a las 12:00. Pensaba cada minuto que pasaba en el reloj de muñeca de Liam.

Después de unas cuantas cervezas más, se sentía cada vez más relajado; así que decidió sentarse cómodamente en el incómodo banco de la barra.

—¡Por los malditos pájaros que te despiertan en la mañana! —gritó Liam y todos los demás le hicieron coro. El bar estaba repleto de gente, imposible distinguir a alguien en concreto.

Unos tragos más y las mejillas de Louis se tornaron rojas, sus pupilas se dilataron y la risa fluía con facilidad. Quién diría que alguien en ese estado, viendose lleno de vida y felicidad, se sentiría solo.

—¡Por los amores que desaparecen! —gritó un sujeto al final de la barra. Todos levantaron sus bebidas, derramando el contenido, y bebieron lo que quedaba. En ese momento, Louis volteó a la puerta porque sintió una fría ráfaga, y ahí estaba él. Cabello rizado que te obligaba a enredarlo en tu dedo; piel tan blanca que sin querer, cuando ya te dabas cuenta, estabas preguntándote cómo se verían pequeñas mordidas en su cuello; mirada profunda, verdosa, le recordó al jade, sólo que más claro, más puro.

El ojiverde entró en el oscuro bar, siendo él la única luz en todo el lugar. Louis sintió algo en el pecho. Ese algo que se siente cuando estas enfermo y te llevan sopa caliente a la cama, cuando hace calor y alguien de pronto llega con un helado doble. Ese algo cuando sabes que una persona será especial aún sin conocerla.

Sin embargo, él nunca permitiría que alguien le llegara al corazón. Ya bastante tenía con todas sus antiguas parejas, con las cuales nunca terminó nada bien.

No. Por supuesto que no. No. No.

El ojiverde se acercó al lugar donde estaba Louis, sonriendo de lado. Claro, el castaño estaba demasiado ocupado pensando el lo triste que había sido su vida como para notar que alguien lo miraba como siempre deseó.

—Quiero un Love Buzz*

Dijo, sentándose al lado del castaño con nariz adorable, el cual miraba su tarro de cerveza.

Louis miró sonriendo a Harry, mientras él miraba maravillado el paisaje a través de la ventana del auto que habían rentado.

—Es hermoso, Lou —dijo, tomando sus lentes de sol de la guantera—. ¿Cuánto falta para llegar?

Louis ni siquiera tenía idea de a dónde iban. Con estar a su lado era suficiente.

*Bebida inventada por mi de color azul. Inspirada en la perfecta canción que nunca fue single.

Bullshit con B de BoyxBoyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora