Al Fin

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Sasuke abrió los ojos cuando sintió la molesta luz del sol posarse sobre ellos, le dio la espalda a la ventana y abrió los ojos, quiso dar un respiro profundo pero se sentía terriblemente mal.

Se levantó con pesadez y se frotó los ojos, empezó a toser, le ardía la garganta.

Se tapó con las cobijas, sentía demasiado sueño y tenía frío.

Oyó unos cuantos toquidos en la puerta de la habitación.

_ Sasuke - escuchó la gruesa voz de su padre - el desayuno está listo - avisó.

_ Voy en unos minutos - demonios, su voz se oía terriblemente ronca y le ardió aún más la maldita garganta.

Fugaku abrió la puerta y puso una mano sobre la frente de Sasuke.

_ Estás ardiendo - comentó y quitó la mano.

_ No te preocupes, oto-san, sólo me durará éste día, sólo necesito descansar - el patriarca Uchiha asintió y salió para minutos más tarde llegar con la bandeja que tenía el desayuno. La puso en la mesita de noche y volvió a salir.

Sasuke se tapó más con las cobijas y se frotó el pecho para calentarse.

Recordó la última vez que se había enfermado.

Flashback

_ ¿Sasuke? ¿Estás bien? Te oyes terrible - comentó el rubio por medio del teléfono.

_ Sólo estoy un poco enfermo - tosió.

_ ¡Ah! ¿Y tu papá dónde está? - cuestionó el Uzumaki.

_ Tuvo que ir a trabajar, era urgente, perdón, no creo que pueda ir al cine contigo hoy - no podía creer que le estuviera cancelando una salida al rubio, detestaba cancelar algo - Te prometo que te lo recom-

_ ¡Nada de eso! - lo interrumpió Naruto - ¡Ahora mismo voy a verte, tebayo! - colgó el teléfono.

Media hora después llegó Naruto a la casa de Sasuke y éste le abrió con todo y una manta encima.

_ ¡Sasuke! ¡Deberías estar en la cama! - lo cargó antes de que el otro pudiera protestar y subió a su habitación para depositarlo en la cama y taparlo - ¡No te preocupes, tebayo! ¡Yo te cuidaré! - afirmó muy seguro de sí mismo y fue a la cocina a preparar algo.

Durante el tiempo que el Uzumaki estuvo ahí, Sasuke comenzaba a sentirse mejor.

_ Aquí está tu caldo, tebayo - llegó con un plato lleno de aquel caldo delicioso y caliente.

Sasuke estaba muy débil, así que tuvo que dejar que el rubio desgraciado le diera de comer.

_ ¿Qué más se te antoja? - preguntó Naruto después de haber traído un paquetito de papel, unos tomates frescos y una almohada extra para que Sasuke se pusiera cómodo.

_ Dobe, no tienes que hacer todo esto - comentó el azabache.

_ Tonterías, teme - los ojos se le iluminaron a Naruto - ¡Cierto! ¡Tienes que refrescarte! ¡Prepararé el baño! - fue corriendo hacia el baño y llenó la tina de agua caliente, para después ponerle sales de baño.

Regresó para cargar a un Sasuke muy sonrojado y llevarlo al baño, lo sentó en la taza.

_ N-Naruto - murmuró Sasuke al sentir como el rubio lo desvestía para bañarlo, después de cumplir con su objetivo, lo introdució lentamente en la tina.

Y Te Seguiré EligiendoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora