008.

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Shawn condució hacia el centro de la ciudad por varios minutos, mientras conocía tuve la oportunidad de mirarle y notar que iba vestido con unos pantalones de color beige y un suéter color azul marino haciendo que recordara aquella vez que lo vi caminar vestido de esa manera hacia un par de meses. Miré mi aspecto, jeans oscuros y una chaqueta de mezclilla, moño desordenado y solamente brillo labial sin color. ¿Sería el atuendo ideal para conocer a la madre de tu amigo especial?.

—Luces bien, no te angusties.

—¿Le agradaré? 

—A ella le agrada todo el mundo, además, eres la primera chica que irá conmigo a visitarla. Ella nunca conoce a las chicas con las que salgo. Siéntete afortunada.

—¿Y tu padre?

—Es un hijo de puta del que no merece hacerse mención. Si quieres saberlo lo sabrás pero no ahora.

—¿Porque nunca me dices nada?.—Hice un puchero infantil, él hizo alto en un semáforo y me miró sonriente. Tomó mi mentón y me dio un corto beso. 

—Porque quiero conservarte a mi lado.—Volvió a tomar camino cuando el semáforo cambió de luz, condució un par de calles hasta llegar a un edificio más grande y bien arreglado de color blanco. Bajamos del auto y tomó mi mano para entrar al que parecía ser un asilo.

—¿Cómo has estado, Shawn?.—Preguntó alegremente una señora de la tercera edad.

—Estoy bien, gracias. ¿Cómo está mi madre?

—Está bien, finalmente retomó sus ejercicios. Le avisaré que estas aquí.—Aguardamos un par de minutos para escuchar decir a aquella mujer.—Pueden pasar.

Subimos a la planta alta en donde un largo corredor tenía varias puertas blanca y al final pude visualizar como el pasillo se extendía dando a un gran salón.Caminamos un poco hasta llegar a una de las puertas con el número 245 marcado con dorado. Shawn tocó la puerta con suavidad y abrió la puerta al escuchar una suave voz decirnos adelante.

Una mujer en silla de ruedas se encontraba frente a un caballete de pintura. Su cabello estaba trenzado cuidadosamente y tomaba con cuidado su paleta de pinturas con su mano izquierda mientras pincelaba en el lienzo con la mano derecha. Cuando escuchó nuestros pasos dejó sus utensilios en una mesa a su lado y retrocedió para poder darse la vuelta revelando así a aquella mujer que había visto en la fotografía con la diferencia de pequeñas arrugas en sus ojos y sus marcadas lineas de expresión en el rostro. Nos miró sonriente y con algo de sorpresa, avanzó su silla hacia nosotros y estiró los brazos para poder abrazar a su hijo.

—Tenía un mes sin verte, amor. ¿Quién es esta jovencita tan linda?.—Dijo sonriendo mientras tomaba mi mano haciendo que sonriera.

—Es mi amiga, Lexie. Lexie, ella es mi madre Emma Mendes.

—Es un gusto conocerte, cariño.

—Encantada de conocerla.—Sonreí.

Pasamos la tarde completa con su madre, quien me contaba historias acerca de Shawn cuando era niño. Mientras hablábamos noté el temblor de su mano derecha, su pie comenzó a moverse con destreza y entonces se levantó y salió de la habitación dejándonos solas.

—¿Lo sabes, cierto?.—Me preguntó al darse cuenta que también me percate de su temblor.

—Me ha dicho que tiene ataques de ira.

—Tal vez él no quería decírtelo pero lo que Shawn padece es algo más fuerte. Él sufre del trastorno explosivo intermitente, se lo detectaron cuando tenía siete años. Él llega a ponerse violento sin razón alguna por la menor alteración que sufra. Por eso estoy aquí. Él no quería hacerme daño con sus ataques constantes así que paga mi estancia aquí. Lexie, Shawn es un buen chico tal vez no sea el mejor que podrías conocer pero dale una oportunidad. 

—¿Él está bien del todo?

—No, pero sé que hace todo lo posible por hacerlo. Nunca había estado aquí más de una hora, solo pasaba a saludarme y se iba. Es una delicia verlo tan relajado. Piénsalo, Lexie.

...

—¡Conociste a la madre de Mendes!.—Dijo Molly emocionada a través de la pantalla de mi computadora.—¿Se parece a él? ¿También es problemática?

—Es muy linda en todos los sentidos, ninguna de sus antiguas conquistas llegó a conocerla. 

—Espera...Hay algo que me estás ocultando. Lexie, ¿Que ha pasado contigo y ese muchacho?

—No ha pasado nada.—Dije mirando a todas partes menos al monitor.

—¡Oh por dios! ¡Derek, ven aquí, Lexie ya no es virgen!

—¿Que diablos dices?.—Entró Derek en la conversación dejándome ver su rostro y parte de su torso sin camiseta.—Dime que sigues siendo la Virgen Maria del grupo, Lex.

—No paso nada entre Shawn y yo. Esperen... Derek ¿Y tu camiseta? Molly... ¡Oh por dios!Lo hicieron. ¡Ustedes lo hicieron!

—No te escucho. Creo que se va a ir la conexión.—Comenzaron a mover el monitor de la computadora y entonces cortaron la llamada.

—Idiotas.—Mascullé y cerré la computadora. Deje mis manos sobre la computadora unos momentos, entonces decidí abrirla y teclear aquellas tres palabras que significaba una batalla diaria para Shawn.

Trastorno Explosivo Intermitente

Pueden agredir a otras personas, dañar sus posesiones, causarse lesiones corporales y hacer daños a la propiedad. Los episodios suelen durar menos de treinta minutos y tienden a ocurrir en grupos o separarse por semanas o meses. Genera problemas personales.

Cerré mi computadora aun algo aturdida de lo que podía ocurrir con él. Tomé mi teléfono dispuesta a pedirle una conversación pero no fue necesario ya que tenía una llamada entrante de él.

—¿Shawn?

—No. Lexie, habla Liam. Nos conocimos en el almuerzo hace poco. ¿Tienes la facilidad de salir de casa a esta hora?

—¿Que sucede?

—No debería de decírtelo pero tengo que hacerlo. Shawn está en urgencias.

A pesar de ser un poco más de las tres de la madrugada solo tomé unos jeans viejos y una chaqueta para salir de casa directo al hospital central. ¿En que lío se había metido ahora? 

Posesión{Shawn Mendes Fan Fiction}*Donde viven las historias. Descúbrelo ahora