028.

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—¿Dónde crees que podrían tenerlo?. —Ambos corríamos a su auto sin tener idea de a donde dirigirnos. Él arrancó el motor del coche y nos dirigimos a la avenida principal.

—Deben estar en el mismo lugar en donde a mi me atacaron, te dejaré en el apartamento.

—No, voy a ir contigo. Si tu caes yo caigo, ¿De acuerdo? No pasará nada.

—Bien. —No estaba muy convencido pero puso resistencia a mi palabra. —Si se sale de control quiero que te vayas de ahí.

—Pero...

—Promete que lo harás. —Asentí con la cabeza y me quedé callada durante el resto del camino. —Tenemos que terminar con esto hoy mismo.

—¿Sabes como terminará esto?

—No lo sé.

Solo podía pensar que todos los escenarios fatalistas en los que podríamos encontrarnos una vez que nos viéramos cara a cara con ese sujeto. ¿Nos lastimara? Que tonta era, claro que quería hacerlo. Mientras más pensaba en el tema, el nudo en mi estómago se hacía más fuerte y las ganas de devolver mi desayuno eran muchas pero no podía verme débil ante el nerviosismo de Shawn.

—Espera aquí.

—No, bajaré contigo y buscaremos a Liam. Cuando lo encontremos yo me quedaré con él y tu irás tras Trevor.—Una vez fuera del auto, él se acercó y besó mis labios cortamente antes de trotar juntos dentro de aquel callejón siniestramente conocido. 

Conformé avanzaba por ese estrecho y largo pasillo no podía dejar de pensar en como había encontrado a Shawn hacía dos meses atrás, como todo había cambiado tan dramáticamente que creí no saldría totalmente bien de la situación. El tan solo pensar que Liam podría encontrarse así en estos momento o que nosotros estábamos en un peligro asegurado.

—Ayúdenme.—Una débil voz hizo que frenara secamente y volteara mi mirada. Omití un sollozo al ver el desfigurado rostro de Liam.

—Por dios.—Me arrodillé a su altura y le examiné el rostro.Debía de tener la nariz fracturada y le faltaban dos dientes, su quijada estaba dislocado por lo que no pude entender como pidió ayuda. Saqué mi teléfono y llamé al novecientos once sin siquiera pensarlo. Su vida corría un gran peligro.—Voy a acomodar tu quijada. Perdóname por esto.—Abrí ligeramente su boca y lo tomé por la parte entre su pómulo y la parte alta de su mejilla y acomodé el hueso en su lugar. Él gritó y algunas lágrimas limpiaban la sangre que manchaba su rostro.

Ayudé a que éste se pusiera de pie, con suerte solo tenía golpes superficiales en el pecho y piernas. Dejé que recargara su peso sobre mi y caminamos un par de metros antes de que una punzada en el vientre me detuviera. Era la misma punzada que la última vez. ¿Que diablos estaba pasando?

—Vaya, vaya. A quien tenemos aquí. ¿Sabes que el papel de heroína te queda muy grande?

—¿Porque haces esto?.—Trevor me miró con cierto aire de superioridad y una risita siniestra salió de su garganta. Éste sacó de su bolsillo una navaja pequeña.

—Tu estúpido novio casi mata a mi hermano, lo dejó en una silla de ruedas por meses. Le toca a él sentir la misma impotencia que mi hermano sentía cada puto día de su vida al no poder moverse, la misma impotencia que sentía al verlo sufrir. El hijo de puta tuvo suerte pero tal vez tu no la tengas. —Él caminó hacia a mi y me tomó por los hombros para después arrojarme al suelo con todas sus fuerzas. Grité por dolor pero no podía dejar que se sintiera satisfecho por eso así que volví a levantarme. Éste iba a volver a empujarme y entonces alguien me lo quitó de encima. Cuando pude volver a enfocar mi mirada a Trevor vi como Shawn se levantaba del suelo. Él se acercó a mi lo suficiente como para darse cuenta de mi gesto al sentir otra punzada en el vientre.

—¿Estás bien?

—Algo no anda bien conmigo.

Cuando Shawn se iba a dedicar en revisar que era lo que me pasaba, Trevor se levantó del suelo y tomó la navaja con la que me había amenazado momentos antes. Pensé que nos apuñalaría pero por las sirenas de las ambulancias y las patrullas de policías, él decidió darse a la fuga. Enfoqué mi mirada en Liam, quien parecía estar llorando por culpa del dolor que sentía.

—Vas a estar bien.—Le aseguré tomando su mano, éste solo supo asentir con algo de miedo.—No te muevas.

Nada pasó a mayores consecuencias pero desde ese día siento un sentimiento de inquietud en mi pecho las veinticuatro horas del día. A final de cuentas Liam solo fue herido de manera superficial que sanaría en unas semanas. Los doctores no lograron descifrar que había causado aquellos piquetes en mi vientre por lo que solamente optaron por diagnosticar cierta sensibilidad en mi estómago y recetarme pastillas para el dolor.

A pesar de esos diagnósticos, Shawn desarrolló cierta sobre protección por mi al igual que yo la había desarrollado hacia Liam. Por estas semanas los tres hemos estado más unidos que de costumbre cubriéndonos las espaldas mutuamente.

Seguíamos viviendo juntos en su departamento con Liam durmiendo en el sofá debido al miedo que sentía cuando estaba solo. A la larga se había convertido en un problema en cuanto a nuestra intimidad aunque tratamos de sobrellevarlo.

—Chicos, ¿Pueden dejar de hacer cualquier porquería que estén haciendo y venir a cenar?. —Shawn soltó un fuerte y grave gemido y me sonrió cómplice, solo lo hizo por molestar a nuestro amigo ojiazul.—De acuerdo, ya entendí. No sean tan explícitos por favor.

—Lexie.—Pasó sus manos por mi cabello y dejó sus manos en mi cintura.—He estado pensando en adelantar nuestra huida.

—¿Cuando?

—Mañana mismo. Trevor no ha aparecido desde la paliza que le dio a Liam, tenemos que movernos rápido antes que él lo haga.—Solo me limité a asentir con la cabeza.—Puedes decirme que no quieres hacerlo.

—Quiero irme contigo, vamos a dejar toda la mierda atrás. 

—Nos iremos mañana después de clases. Empezaré a guardar nuestras cosas hoy por la noche y pasaremos por el resto de las tuyas en la tarde, después podremos salir de Manhattan y refugiarnos una o dos noches en Brooklyn después tomaremos un largo viaje a donde sea que las carreteras del país nos lleve.

Al día siguiente, mientras caminaba tomada de la mano de mi novio mientras nos dirigíamos a la entrada de la facultad, Shawn levantó un poco más su cabeza haciendo que imitara su acto en un intento inútil. Él era muchísimo más alto que yo así que si tenía problemas para ver para mi sería un caso perdido.

—¿Que ocurre?

—Parece que alguien está en problemas, y por primera vez en este lugar no soy yo.

Él rodeó mis hombros con su brazo y comenzamos a caminar en dirección a aquella multitud para averiguar que era lo que pasaba. Me arrepiento cada segundo de mi vida de esa decisión.

Dedicado a

SHAWNIEKING
ohmybenito
WereWolfStiles

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Posesión{Shawn Mendes Fan Fiction}*Donde viven las historias. Descúbrelo ahora