Cris asintió lentamente sin mirarme, con semblante pensativo. Acababa de relatarle todo lo acontecido en la hípica la tarde anterior. Tras haberme escuchado hablar sin intervenir ni un sólo momento (lo cual resultaba muy extraño, viniendo de ella), finalmente habló:
- Sólo tengo una pregunta.
"Dispara" quiso decirle mi expresión. Cristina me miró fijamente, entrecerrando los ojos, completamente seria. Por un instante creí que se trataba de algo grave y me pregunté si debía alarmarme. Sin embargo, la estaticidad en el ovalado rostro de mi amiga dio paso a una pícara sonrisa, que fue dibujándose en su boca lentamente.
- ¿Era guapo?
- ¿Qué? - al principio su pregunta me sorprendió, pero rápidamente recordé que Cris era la típica adolescente que pasa el día pensando en chicos, ropa, cotilleos y tonterías por el estilo.
- Ya me has oído, no te hagas la sorda.
- No tienes remedio, ¿Sabes? - dije, a modo de reproche.
- ¡No esquives la pregunta! ¿Era guapo? - insistió ella.
- ¿Qué importa eso? - la chica estaba empezando a ponerme nerviosa.
- Importa, y mucho. ¡Suéltalo!
- ¡Cris! - me quejé, sintiéndome una niña que discute con su madre por no querer bañarse.
- ¡Venga! - esta vez usó un tono autoritario que no admitía réplica.
Suspiré, dándome por vencida.
- Sí, supongo que era guapo. ¿Contenta?
- Bastante - respondió, con una reluciente sonrisa.
- Ya sabía yo que me saldrías con alguna tontería por el estilo.
- Venga ya - repuso, sin sentirse en absoluto ofendida - como si tú no te hubieras fijado. ¿"Son unos animales increíbles"? ¿"Puedes pasarte algún día"? - dijo, imitándome, con tono burlón.
- ¡Oye! ¡Que sólo intentaba ser amable!
- Ya, claro. Te recuerdo que la que se ha puesto a hablar de sus ojos has sido tú. Yo me callo, pero los hechos hablan por sí solos - al decir esto, levantó las manos y se encogió de hombros.
- Sí, mejor cállate, no vaya a ser que alguien - hice hincapié en esta última palabra - te corte la lengua.
Volví a centrar la atención de Cristina en los libros, y continué ayudándola con la Historia, asignatura con la que yo me desenvolvía bastante bien, pero que Cris detestaba. A la chica no le atraían en absoluto los temas que estudiaba en su instituto, a pesar de que yo solía decirle que era importante conocer nuestro pasado, para prever nuestro futuro. Pero mis filosóficas declaraciones no encandilaban a Cristina, ella alegaba que la Historia era innegablemente aburrida, y nada útil. Yo tan sólo suspiraba. Después de todo, ¿Qué podía esperarse de alguien tan despreocupado y desenfadado como mi querida amiga?
Probablemente eran nuestras personalidades, claramente opuestas, los que hacían que congeniásemos. Ella tan vivaracha y alegre, tan sociable, atrevida, tan fantasiosa, tan alocada... tan todo lo que yo no era.
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La operación era complicada; Eric debía ser preciso. Su pulso, infalible. Acababa de verter una gota del último suero en el que había estado trabajando, en una probeta que contenía sangre de su peculiar paciente. Llevaba más de veinticuatro horas sin dormir, encerrado en casa, con la única compañía de las muestras que había tomado prestadas y sus instrumentos de laboratorio. Eric agitó ligeramente el susodicho, encerró una gota de la mezcla entre dos finos cristales y trasladó cuidadosamente la muestra hasta la base de su microscopio. Se dispuso a observar, nervioso. Tras haber realizado innumerables pruebas sobre diferentes muestras de tejido, y tras muchos quebraderos de cabeza, con aquel suero agotaba todas sus ideas. Era su última oportunidad.
Pasaron los segundos, y no hubo reacción alguna. El suero, de ser válido, ya debía haber surtido efecto. Eric suspiró, disgustado, y apenas se alejó unos centímetros de la mira del microscopio, cuando... << ¿Qué...? ¡Está reaccionando! >> El fluido comenzó a tomar otro aspecto. La sangre, corrupta y más oscura que la de cualquier ser vivo, se aclaró hasta adquirir el tono de una muestra humana corriente. Eric no podía creerlo. Tantos intentos fallidos, tantos riesgos corridos, tanto estrés y tanto esfuerzo... ¿Habrían dado sus frutos? El doctor se aferró al microscopio como si fuera un salvavidas. Y, en cierto modo, lo era, para él. La sustancia parecía estable, las moléculas se reagrupaban y reproducían, el líquido cobraba vida.
<< ¡Funciona!, ¡Funciona! >>. El joven se dejó llevar por el entusiasmo. Quizá demasiado, puesto que, en un brusco movimiento, tiró un matraz que estaba situado peligrosamente cerca del borde de la mesa, y este se estrelló contra el suelo, haciéndose añicos. Eric soltó una maldición, pero no le dio importancia. Reunió los pedazos sonriendo, ensimismado, e incluso mantuvo la sonrisa tras cortarse la mano con el cristal. Le dio igual, porque la tenía. Tenía la cura, y nada más importaba. Se puso en pie y alzó triunfante la probeta que aún contenía la sangre con el suero, sin percatarse de que estaba comenzando a sangrar. Aquella muestra también había cambiado. Lo que contemplaba orgulloso el investigador, era sangre humana. Común y fresca. Eric evocó, no sin cierto aire de suficiencia, cómo reaccionaría su equipo al recibir la noticia. Tenían una cura. Iban a detener el desastre antes de que este se produjera.
En ese instante la mezcla se tornó más oscura. No fue un cambio drástico, pero Eric, que observaba con atención la probeta a la luz de su lámpara, se percató de ello. Tan sólo tuvo tiempo de arrugar el entrecejo y borrar la sonrisa de su rostro antes de que el tubo estallara en mil pedazos.
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¿Cómo estamos?
Habéis descubierto la verdadera personalidad de Cristina, pero lo que realmente importa aquí es... ¿Qué acaba de pasar en casa de Eric? Tendréis noticias sobre ello en próximos capítulos. Para la foto de Cristina he retocado ligeramente a la guapísima Scarlett Johansson, haceos una idea de que Cris es una chica llamativa.
También quería comentaros que, ahora que ha empezado el curso, estaré menos activa en Wattpad, tanto para publicar como para leer. Aún tengo partes escritas que no he publicado, pero no quiero quedarme de pronto sin nada que subir ni tiempo para seguir escribiendo.
Aparte de todo esto, espero que os haya gustado el capítulo y la trama os vaya intrigando :).
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Sueños Descompuestos
Science FictionMe llamo Ane, y soy humana. Aún lo soy. Sé que sonará raro visto desde fuera, pero en los tiempos que corren, seguir siendo una "persona"; es una verdadera primicia. Sólo que ya no soy la de antes. El mundo ha cambiado... y yo he cambiado con él. Pe...