Souls [KEO]

Capítulo 4

— Ya en serio díganme ¿dónde está? — les dijo Hyuk.

— ¿Dónde está qué? — le preguntó Leo.

— La cámara.

— ¿Cuál cámara? — le preguntó esta vez Ken.

— Pues la cámara escondida. Apoco creyeron que yo me creo ese cuento de la reencarnación y que no sé qué más idioteces.

— Ojalá y fueran idioteces como tú las llamas Hyuk. Pero lo que te hemos dicho hasta ahora es la verdad. Te lo digo sinceramente — le dijo Leo bastante serio.

— Y qué, debo suponer que según esta tal Malai, ella los conocía desde vidas pasadas y les dijo que sus "almas" debían estar juntan. Y entonces qué, me van a decir ahora que por lo que ella les dijo se volvieron novios al punto de que ahora están casados.

— Bueno no precisamente así, pero algo hay de eso — le respondió su hermano.

— Mira Hyuk, lo de Malai solo fue el inicio de nuestra relación — continuó Ken — ella primero habló conmigo, de todo lo que ella recordaba y de cierta manera me hizo recordar otras a mí. Con el paso del tiempo después trató de convencer a Leo, el cual por supuesto no le creyó nada.

— Para cuando la dimos de alta ella ya había convencido a Ken, de que yo era su alma gemela, aquella alma que estaba destinada a estar con él.

— Y entonces comencé mi plan para conquistarlo.

— ¿Plan para conquistarlo? — dijo con ironía Hyuk.

— Por supuesto. Yo siempre he dicho que si me gusta el chocolate, pues como chocolate. Así que a mí me gustaba Leo, pero él no daba su brazo a torcer, y ya que tenía mucho tiempo libre, pues no iba a perder la oportunidad de tratar de conquistarlo.

Comencé mi plan justo después de que por fin me retiraran el vendaje que tenía en la nariz. El otorrinolaringólogo que me atendió, me dijo que la fractura no había dañado más que el puente de mi nariz, así que cuando me operaron la pierna también me reacomodaron el tabique nasal.

— Vaya. Realmente admiro lo noble que eres — le comentó Hyuk.

— Noble ¿Por qué? — le preguntó Ken.

— Por qué no te atreviste a demandarlo por cómo te dejó.

— ¡Oye! Tengo un perfecto perfil griego — le dijo mostrándole a Hyuk su rostro de perfil.

— Si tú lo dices. Bueno ¿y luego qué?

— Comencé por lo básico, primero tendría que averiguar si el sexy de mi doctor era gay o no.

— ¿Él sexy de tu doctor? — le preguntó Leo.

— Ya admítelo Woonie eres ¡ardiente!

— Hey, hey, hey todavía estoy aquí y puedo escucharlos — habló indignado Hyuk — y Ken solo limítate a contar la historia, no me interesa saber lo sexy o ardiente que te parece mi hermano — le dijo Hyuk mientras le hacía caras.

— Está bien, además dices eso porque no estás enamorado. Ya me lo dirás cuando lo estés.

— Solo continúa Ken — dijo Leo apaciguando el ambiente.

— Pues resulta que comencé a fijarme bien en todos los movimientos de Leo, o al menos lo que podía observar cuando iba a revisarme. Y por supuesto comencé a decirle uno que otro piropo. Pero él no se interesaba, ni siquiera mostraba signo alguno de que todo lo que le decía le afectara en lo más mínimo. Hasta que un día Ravi me sorprendió de una forma que jamás imaginé...