Capítulo 7

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[Las fantasías de Ken]


— Esperen un momento, necesito ir rápidamente al baño, ahorita regreso — les dijo Hyuk, dejándolos solos en la sala.


* * *


— ¿En qué demonios estabas pensando? ¿Cómo se te ocurre decirle lo de las fantasías? — le reclamó Leo a Ken, en cuanto Hyuk entró al baño.

— Cálmate, no es para tanto. Además ahora que me acuerdo, tú me prometiste que en estas vacaciones íbamos a cumplir otra de ellas — le dijo Ken subiendo y bajando las cejas.

— Si lo hice, pero no pienso hacer nada mientras Hyuk esté con nosotros.

— ¿Por qué? ¿Qué, ya olvidaste lo bien que nos la pasamos cuando...?


* * *


Llevaban cerca de tres meses saliendo, y simplemente no había poder humano que los separara, incluso Ken llegó a pasar algunas noches con Leo en el hospital, debido a que tenía que cubrir las guardias que ya había acordado con su jefe de residencia.

Durante de uno de los descanso de Leo, Ken prácticamente tuvo que secuestrarlo en su auto para que fuera a cenar algo. Le envió un simple mensaje diciéndole que lo estaba esperando en la salida norte del hospital, aquella que daba hacia el estacionamiento.

Leo lo alcanzó cerca de 15 minutos después de que atendiera a un niño con un esguince en el tobillo.

— Perdón por la tardanza — se disculpó una vez que estuvo sentado en el lugar del copiloto.

— Tranquilo, lo entiendo — le dijo Ken y le paso una bolsa que contenía una hamburguesa.


Leo terminó de comer y estaba a punto de regresar al hospital, cuando la lluvia que empezó a caer se lo impidió.

— ¡Vaya! Llueve como si fuera a caerse el cielo — dijo Ken.

Entonces se pegó a la ventanilla observando poco a poco como se iba empañando el vidrio, y una vez que no se pudo observar nada hizo algo que a Leo le causó mucha gracia.

Exhaló un poco más sobre el vidrio y después colocó su mano en el mismo y la quitó dejando una huella de ella.

— ¿Qué estás haciendo? — le preguntó Leo divertido, que no había perdido detalle de lo que había estado haciendo Ken.

— ¿Qué? Siempre quise hacerlo — le respondió como si nada.

— Mmm, a mí me parece que la manera correcta no es esa.

Ken no entendió a lo que Leo se refería, pero en cuanto vio que puso una mano en su barbilla y lo acercó a sus labios entendió en seguida.

— Ven aquí — le dijo Leo una vez que interrumpió el beso.

Ken le sonrió con picardía y en un instante estuvo sentado a horcadas sobre el regazo de Leo, nuevamente se besaron pero esta vez con mayor pasión. Pero cuando los besos dejaron de ser suficiente aliciente, comenzaron a acariciarse sobre la ropa, subiendo la temperatura al instante.

Souls [KEO]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora