Souls [KEO]

El que nada debe nada teme

HyukBin

Primera parte

Los primeros años de Hyuk en un país distinto con una cultura distinta, habían sido los más difíciles para él, en ese entonces solo tenía un amigo de un salón con cincuenta niños súper dotados como él. Pero con el paso del tiempo eso cambio y se hizo de muy buenos amigos.

Pero ser un genio no siempre era bien visto, especialmente en su caso, por ser un alma nueva, no tenía un pasado como los demás solo tenía un futuro bastante incierto, pero eso él no lo sabía.

Lo único que lo motivaba a seguir y no regresar a casa, eran sus clases, Hyuk realmente amaba todo lo que de tecnología se trataba, no solo se limitaba a la robótica sino que incluso había extendido su campo de estudio a otras ramas.

— Hyuk.

— ¿Qué pasa Sean?

— ¿Crees que podrías ayudarme con este algoritmo?

— Claro.

Una rápida mirada a la hojas de trabajo de Sean y Hyuk pudo identificar el problema.

— Si mira esta parte de aquí no es...

* * *

Después de pasar seis años en el extranjero, todavía había un par de cosas que Hyuk no había experimentado, y una de ellas era el amor. Estar casi siempre metido en el laboratorio en vez de estar en fiestas embriagándose, lo había limitado de cierta manera, aunque de vez en cuando actuaba como un adolescente normal y buscaba algo de diversión.

Pero por alguna razón ninguna de las chicas con las que estuvo, logro hacerlo sentir algo más allá que no fuera solo placer, placer que por cierto solo duraba un momento y después se quedaba con nada. Hyuk llegó a pensar que tal vez su cerebro estaba atrofiado de tanto estudiar y que por ese motivo no lograba interesarse en alguien.

* * *

El último viaje que hizo junto a sus amigos lo hizo reflexionar, la mayoría de ellos tenían a sus familias viviendo con ellos, por lo tanto no sentían la necesidad de perder las jugosas ofertas de trabajo que les estaban ofreciendo.

Pero Hyuk tenían un pequeño problema, de aceptar la propuesta que le habían dado a él como al resto de sus amigos, eso quería decir que ya no regresaría jamás a Corea, junto a sus padres y su hermano. Y aunque él era bastante independiente la idea de no verlos lo hizo darse cuenta de cuanto los extrañaba.

Por eso cuanto el curso terminó decidió darse un tiempo para pensar las cosas y regresar a casa, ya que el estar con sus seres queridos siempre lo ayudaba a equilibrar la balanza.

Tomando el primer vuelo, un día después de que las vacaciones comenzaran, quería llamar a Leo y a sus padres para informarles de su llegada pero prefirió que todo fuera sorpresa.

Cuando el servicio de taxi que había contratado lo dejó en la puerta de su casa, tomó una enorme respiración profunda y caminó con sus maletas hasta la entrada, abrió utilizando el código de seguridad que no había utilizado en años, y se sintió emocionado.

El rostro de alegría y sorpresa de su madre al verlo entrar fue lo mejor de ese día.

* * * 

— ¿Es una broma verdad?

— No cariño, no lo es — le respondió su madre.

— Pero es un hombre...¿Cómo ...? Ah ...