Instituto Eichenwald {Zodiaco} Pausada

19. Navidad

Estaba sentada frente al fuego de la sala común, envuelta en una manta marrón bebiendo un chocolate caliente que Sagi trajo del comedor. Miré fijamente el calendario, era 23 de Diciembre y en unas horas padres, madres, tios y otros familiares de los alumnos vendrían. No se que sería peor, que fuera la única de primero a la que nadie visitara o que viniesen mis padres.

-¡Que emocion! Me pregunto que me regalara mi madre...- dijo Sagi.

-Sii, a saber que me traerá mi tia...- respondio Aries- ¿Y tu leo?

-Eh... a si... a saber...

-Queda una hora para que llegen- sentenció Capri, que se había reunido con nosotros, porque era muy amigo de Sagi.

-Si, mejor me voy a la ducha, no me molesteis, ¿vale?

-Siiii- respondieron todos.

Me metí en la ducha y me puse a cantar una de mis canciones favoritas: How deep is your love? Me cambié y me puse una camisa blanca, vaqueros negros, botines negros con tacones, guantes, un jersey blanco con renos estampados y un abrigo rojo. No me quedaba mucho por estrenar de la ropa que había traido, yo hubiera traido más pero no me cabia en la maleta así que solo llebaba unos cinco conjuntos o así... Me maquillé levemente y me hice una coleta. Al salir no quedaba nadie en la sala común, todos estaban en el comedor y en la entrada ayudando a decorarlo todo. Me reuní con mis amigas en la entrada para ayudarles a hacer el cartel de bienbenida.

-Traje purpurina...- dije.

-¡Leo!- se sorprendio Aries al verme-. Como tardaste, pense que te habia pasado algo.

-No, es que estaba cantando en la ducha... Bueno, no nos enrollemos con eso, el cartel no se hará solo.

Entonces me senté en el suelo junto a ellas y me puse a hacer la D (de bienvenidos). Noté como se lanzaban miradas complices y preocupadas pero me dio igual. Finalmente terminamos el cartel que ponía: BIENVENIDOS al instituto Eichenwald en color gris con purpurina, y al lado un dibujo del escudo de la ecuela, que era un conjunto de los escudos de cada torre.
Capri vino con dos escaleras enoormes y nos ayudo a colocarlo.

-Más a la izquierda- dijo Capri.

-Y un poco más arriba- añadio Virgo.

-¡Así, perfecto!- gritaron ambos de pronto.

-Porfin...- le dije a Tauro desde el otro lado del cartel.

-¡Ya vieneen!- gritó alguien a lo lejos.

Bajé las escaleras, un tren se acercaba y no uno cualquiera, sinó en el que venían las familias de los colegiales, incluyendo a los mios (?). El tren se paró y la gente empezó a bajar. Padres, madres, tias y tios comentaban desde lejos lo bonito que era el castillo y el cartel, y a medida que se fueron acercando empezaron a buscar a sus hijos o sobrinos. Casi todos iban cargando con paquetes envueltos con papeles de colores y adornados con lazos.

-¡Hola cariño!- dijo la madre de Tauro abrazandola-. Aquí tienes tu regalo... ¿a que esperas? ¡Abrelo!

-¡Es un tupper con albondigas! ¡Mis favoritas! ¡Gracias mamá te amoo!

-Hola Leo ¿y tu madre? No la he visto en el tren...

-Pues no se, alomejor no ha venido...- dije sonriendo por dentro.

-¡¡LEO CARIÑO AQUÍ ESTOOOY!!- chilló una pelirroja que corría como un pato hacia mi.

-Mamá, que bien que has venido...- dije entre dientes sonriendo falsamente.

-Hola cariño, ¡hola Tau tau que mallor estas!- dijo despeinando a Tauro.

-Hola Belinda...- respondió Tauro molesta.