Cheaters | exo

010

☆Confesión.☆

Sehun encontraba en Baekhyun su tranquilidad. La Paz necesaria para que su vida llevará un curso fijo. Byun Baekhyun era más que una tabla de salvación, era ese tornillo que mantenía al alocado Sehun a raya. Nada lo calmaba más que ver los ojos brillantes del castaño, que escuchar esa risa escandalosa que a sus oídos era el sonido más melodioso que pudiera existir. Baekhyun era su mejor amigo, su confidente, su amante, su todo. Lo complementaba y el apreciaba mucho eso.

Sehun podía asegurar que aquello era amor.

Porque conocía bien el deseo, el conocía bien ese sentimiento primitivo capaz de convertir a los hombres en bestias, conocía perfectamente las perdiciones y los placeres de la carne, era un experto, y si, deseaba a Baekhyun, mucho, sin embargo, siempre necesitaba más de el. Más que solo algo físico.

Y nunca se había sentido así con nadie más.

Baekhyun por su parte, a pesar de ser un niño mimado y escandaloso, era centrado, siempre responsable. El número uno en su clase y ahora dueño de su propia marca de ropa, el siempre se había esforzado por ser una buena persona. Siempre había querido ayudar a los demas.

Mimado , y caprichoso como solo él, nunca había fallado una materia o saltado una clase, en sus años de universidad cuando había una fiesta salvaje al otro día se bañaba y asistía a clase acompañado de su bebida energética y un termo de café.

Y se dio cuenta, cuando Sehun entró a su vida, que quizá las cosas podían ser perfectas a su lado. El alto pelinegro era guapo, rico, y un excelente amante. Era perfecto. Y era justo lo que Baekhyun quería, una vida perfecta.

Estaba construyendo en arenas movedizas, ahora lo sabía.

Y estaban ahí, en la famosa sala italiana. Las tazas de té en la mesita de centro humeando, la luz colándose por los enormes ventanales de su piso en Gangnam, uno en cada extremo de la sala observándose fijamente, ninguno siendo suficiente valiente para hablar.

—¿que está pasando?—se atrevió Sehun.

Baekhyun tomó un respiro hondo, templandose, su futuro estaba a punto de ser escrito.

—Sehun.—comenzó no muy seguro.—Me he liado con alguien justo antes de la boda.

Silencio.

Sus manos temblaban y podía jurar que estaba sudando. El calor repentinamente era insoportable, sus dedos dudosos se quitaron de encima la mascada gris que cubría los ya muy poco visibles morados del cuello.

Las marcas casi imperceptibles de Chanyeol.

Baekhyun sacudió rápidamente ese pensamiento de su cabeza.

Sehun estaba petrificado, ácido corriendo corrosivo en su venas, corazón agitado por la furia emergiendo de rincones tan obscuros de su ser que nunca habían sido tocados.

Furia que creció cuando vio sobre la piel lechosa del mayor esas manchas entre moradas y amarillentas que le había dejado algún hijo de puta.

Gruñó, sin poder controlarlo y de repente estaba parado frente a Baekhyun sosteniéndolo de manera brusca por los codos, haciendo presencia la diferencia de altura, provocando que el castaño tuviera que pararse puntitas, intimidado por la fuerza bruta del pelinegro.

—¿Que mierda estás diciendo?—espetó con la misma brusquedad. Baekhyun quería llorar.

—Estás haciéndome daño.—susurro, con voz rota, apenas audible.

—¿Te cogiste a alguien más antes de nuestra boda, y yo te estoy haciendo daño?— Sehun no cedió en su agarre. El coraje comenzó a brotar por cada poro de Baekhyun, creyendo imposible tanto cinismo de parte del más alto.