Capítulo 12.

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Sentía las miradas de todos mientras caminaba hacia su oficina, sin poder evitar su cerebro le decía que todos ya sabían lo que estaba sucediendo entre él y su esposo, sin importara que sólo hubiese transcurrido una semana.

Intentó que aquellas miradas no le afectaran en lo absoluto, después de todo no sería demasiado tiempo el que se quedaría ahí, o eso quería creer.

Saludó a su secretaria e ingresó en su oficina, dejándose caer en su silla sin ningún deseo de laborar, sólo que no podía ser así de irresponsable y dejar todo sin una explicación.

Vamos Tae Min, sólo serán unos pocos meses y podrás huir de aquí.

Su mirada se dirigió a la puerta cuando ésta se abrió sin ser golpeada o tal vez lo hizo pero él no le prestó atención.

Por un momento pensó que era su esposo, sintiéndose decepcionado cuando vio a su secretaria ingresar y entregarle algunos documentos que era el trabajo pendiente luego de haber estado ausente por dos semanas mientras estuvo en China, y a esas dos semanas se le agregaba la semana en la que se tomó hasta tener el valor de ir una vez más a la oficina porque sabía que podía encontrarse con Min Ho, y era algo que no quería.

Incluso fue a hablar con el papá de su esposo para decirle que quería dejar el trabajo, sin embargo, eso era algo que tendría que esperar porque el proyecto que estaba a su cargo no podía tener a nadie más.

Los inversionistas de China lo querían a él al frente del proyecto como había sido la intención en un principio, algo que debía cambiar si él dejaba de trabajar en la empresa Choi, y no quería afectarlos, él se sentía agradecido con los Choi por haberlo aceptado en su familia a pesar de que todo hubiera sido una farsa de su hijo, por eso aceptó quedarse en la empresa hasta que el proyecto finalizara.

Intentó dejar de pensar en lo que sucedía entre él y su esposo para concentrarse en su trabajo; como le había dicho alguna vez a su hermano, él quería ser alguien que no mezclara su trabajo con su vida personal y eso ahora lo tenía que cumplir.

No importaba si el proceso de divorcio estaba por iniciarse, él lo haría, trabajaría sin que eso afectara a la empresa o el ambiente laboral, aunque lo que menos quería era estar en boca de todos los empleados, ya que iba a ser tedioso llegar a la empresa y saber que estaban hablando de él. No era como si no lo hicieran ya, pero sabía que iba a ser diferente cuando eso sucediera, además que lo consideraba un tema que no era más que de Min Ho y él.

Su mente comenzó a divagar poco después de que él empezara con el trabajo, hasta el punto de hacerle pensar si su decisión era la correcta porque su amigo insistía en que no lo era, aunque fuera su vida de la que hablaban.

—¡Dios! Cuando te dije que pensaras en lo correcto no me refería a esto.

Vio a su amigo sentarse frente a él, junto a la persona que no se había ido en ningún sólo momento de ese apartamento, y él estaba seguro que ya ni siquiera usaba ropa que le perteneciera a él sino al dueño del apartamento, pero era algo de lo que no quería hablar a pesar de ya tener su propia teoría, no le importaba si su amigo estaba en una relación con esa persona, no por ahora.

—Ha sido lo mejor. —Habló al fin.

—Eso dices tú, pero ¿qué ha dicho él?

Guardó silencio porque él no quería contestar esa pregunta, para él había sido lo mejor, pero si pensaba en Min Ho, para él no parecía haber sido lo mejor, por eso no quería pensar en el tema.

—Es suficiente Chang Seon —dijo al fin el otro chico que hasta el momento se había mantenido en silencio —es su vida y su matrimonio, no puedes hacer mucho.

Si el amor duele, ¿por qué decidí amarte?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora