Amor Fantasmal

Capítulo 5. La esperada cita.

Narra Beth

- Acabo de salir de la ducha y todavía no sé qué ponerme, estoy tan nerviosa.
Cada vez que pienso en aquella tarde en el parque.. cada vez que pienso en él, en sus labios, sus ojos, su mirada...

Puff, ya me entra otra vez esa corriente tan fría, que va desde la punta de mis pies hasta la cabeza.
Ese remolino que tengo en el estómago.

Bueno a ver, ¿una falda azul con una camiseta negra de tirantes? Mmm.. y ¿si me pongo un vestido verde con zapatos de tacón fino y un chal? no, eso es demasiado elegante...
Por cierto, ¿dónde iremos?.
Anoche, cuando hablé con él por teléfono me dijo que tenía algo planeado pero, ¿Qué será?.

-Creo que ya estoy. -Digo después de estar 2 horas metida en el baño.
Me miro en el espejo,- el pelo rizado me queda de fábula.- Digo mientras pienso, que modesta soy y sonrio.

Al final me decido por mis vaqueros favoritos de color negro, y un top verde.

Me pongo mis tacones, me pongo la máscara de pestañas, me pinto los labios de color rosita y ¡ya estoy!
Suena mi teléfono, miro y ¡Sorpresa! Es Sandra.

- Hola cotilla, ¿qué tal?. Le digo a Sandra mientras me río.

- ¿Ya estás arreglada?. Me dice ella.

- Si, acabo de terminar. Lo mío me ha costado, porque no sabía ni qué ponerme.- Le digo poniendo los ojos en blanco.

- Siento no haber ido, pero es que Ismael y Marcos, se empeñaron en que fuera con ellos a por el regalo de cumpleaños de Silvia y acabo de llegar a casa.- Dijo Sandra disculpándose.

-No te preocupes, cielo. No pasa nada.- Le dije tranquilizandola .

- Quiero fotoooooooo. Y cuando llegues a casa, quiero que me llames y me cuentes todo con detalles- Me dijo Sandra partiéndose de risa.

- Qué mala eres jajaja. Si no es muy tarde, te llamo y ahora te dejo, no sea que me vaya a llamar y esté la línea ocupada.- Le dije a Sandra.

- Vale preciosa, cuidate.- Dijo Sandra despidiéndose.

- Hasta luego, Sandra. Ya hablamos- Le dije y colgué.
Al rato volvió a sonar el teléfono.

-¡Es Yeremi!, Oh Dios mío- dije mientras intentaba contestar el teléfono.

- ¿Diga?, Hola Yeremi. Bien, ¿y tú?. Ah, vale. Ya bajo.- Colgué y salí pitando.

- ¿En serio vamos a ir ahí?- Le dije a Yeremi, mientras señalaba su moto de color azul.

- Pues claro, qué pasa ¿te da miedo?- Dijo con una sonrisa picarona en esos labios tan bonitos.

-¿Miedo?, ¿yo?, Qué va. Yo no tengo miedo de nada- Dije mientras me ponía el casco.

La verdad es que estaba "cagadita" de miedo.
Madre mía, en qué líos me meto. Dije pensando mientras cerraba muy fuerte los ojos y me abrazaba a él con fuerza.

Ay Dios, me acabo de dar cuenta de que le estoy tocando, le estoy abrazando y...... Madreeee miiaaaaa qué rápido que vaaaaa.
Aprieto fuerte mis piernas contra la moto, como si me fuera a salvar de algo y me pongo a cantar mientras veo una curva, por la que vamos a pasar y ohhh noooo qué cerca veo el suelo.
Pufff como haya alguna piedrecita, nos vamos a pegar una torta,que vamos a flipaaaaaaaaarrrrrr .

- Ya hemos llegado, ¿Lo has pasado muy mal?.- Dijo Yeremi riéndose de mi cara.

- Qué va, me lo he pasado pipa. -Dije, con cara de pocos amigos y con el pelo y el estómago revueltos.

Cuando me despejé, vi que había un montón de velas haciendo un camino.
Lo fui siguiendo y al final había en el suelo como una manta, 2 copas, 2 platos, 2 rosas (una morada y una azul), -mis favoritas- pensé.
Una botella de champagne.

- Qué bonito, ¿todo esto lo has colocado tu?- Dije sorprendida.

- Claro, ¿quién si no?. ¿ Porqué te crees que he tardado en ir a buscarte?- Me dijo.

- Ahh vale, pensé que te querías hacer el interesante- Dije guiñándole un ojo.

- No me hacía el interesante. Soy interesante, ¿no lo ves?.- Me dijo riéndose mientras daba una vuelta sobre sí mismo.

Luego fuimos hacia allí, nos sentamos , cenamos, brindamos por habernos conocido y justo se apagan las velas.
Ohhh, qué bonito. Se veía toda la ciudad iluminada. Estábamos en la parte de arriba del Gurugú.

- ¿Te gusta?- Dijo Yeremi

- Me encanta, es precioso. Gracias -Le dije-

- Gracias, ¿por qué?-

- Pues por la cena, la decoración, la compañía.... -

- Gracias a ti por cambiar mi vida, por iluminarmela, por aceptar mi invitación, por existir. Dijo mientras se me acercaba cada vez más.

Otra vez venía esa sensación de nerviosismo, como aquella noche en el parque de los 5 sentidos.
Mmm... Qué bien huele...

Al final cerré los ojos y me perdí en sus dulces labios, su lengua atrapaba la mía, sin dejarla salir de su maravillosa boca una y otra vez.
Mis pulsaciones cada vez más rápidas, parecian taquicardias. Las manos me sudaban y mi cuerpo ardía
Qué bien sabe y qué suave es... Cuando levanto la vista, y veo su mirada hechizante y magnética. Sus ojos vidriosos llenos de fuego, un fuego que me atrapa y me lleva a la locura, una locura que me seduce poco a poco hasta que me dejo llevar y ya ni pienso.

-Qué noche tan bonita hace hoy - Dije sin pensar.

- Para bonita tu, mi amor- Me dijo Yeremi.

De pronto, me puse a pensar que debería decirle lo que me pasa, pero... ¿ahora?. Ya se lo diré más adelante.
No corre tanta prisa.

Cuando de repente, escucho una voz que no era la de Yeremi, era de una chica. No sé dónde estaba. La escuchaba llorar y hablar, pero no la entendía lo que decía.

Me asomé un poco más y ahí estaba ella. Era una chica morena, delgada, muy delgada y lloraba porque había perdido algo.

- Beth, ¿qué haces, estás hablando sola?- Dijo Yeremi.

- No, no. Estoy..... Viendo qué hay por aquí- Le dije sin saber que excusa poner.

- Ven aquí a disfrutar de estas vistas tan maravillosas - Me dijo.

- Por favor, ayúdame a buscarle o te juro que iré a por tiiiiiiii!- Me dijo

Me asusté tanto, que salí corriendo hacia la moto y poniéndome el casco, le dije a Yeremi que debíamos irnos ya.
Como es lógico él no entendía qué pasaba, pero le pedí que nos fuéramos ya.

Arrancó la moto y bajando la cuesta todo lo rápido que podia, la chica de antes se puso en el medio de la carretera, yo pegué un grito y sin querer me moví hacia un lado y la moto volcó y empezamos a dar vueltas y vueltas... Sólo veía pasar el día de hoy. Tan maravilloso, tan romántico, tan lindo, tan.. Yeremi.

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