Capítulo 11. ¡Llegó el momento!

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Ya están todos los papeles arreglados.
Ahora toca esperar.
Llamé a Yeremi para avisarle de que ya estaba todo arreglado.

-Cariño, ¡ya tenemos fecha!.
Si, el 26 de Julio.- Le dije emocionada.

-Pero, ¿eso no es dentro de 2 meses?- Me dijo Yeremi sorprendido.

-Exacto, así que ya nos podemos dar prisa para prepararlo todo- Contesté.

(2meses más tarde)

-¡Ayyyy! Qué nervios tengo.
Madre mía, si todavía quedan muchas cosas por preparar. -Le dije a Sandra con un manojo de nervios.

-Tranquila cielo, es normal que estés así.
Pero no te preocupes que entre nosotras te ayudaremos en todo.-Me dijo Sandra dándome un abrazo.

-Muchas gracias.- Le dije devolviéndole el abrazo.

En ese momento, llegaron Silvia y Sara avisándonos de que los invitados ya estaban en la iglesia y diciendo que tenían una sorpresa para mi.

De pronto, apareció mi madre por la puerta y yo salí corriendo a abrazarla.
Dijeron mis padres que no podían venir, porque estaban de viaje y no sabían si les daría tiempo a volver, ya que estaban en Rusia.

-Hola princesa, estás preciosa. Qué ganas tenía de verte- Me dijo mi madre.

-Y yo a ti, mamá.
Os he echado de menos. ¿Papá ha venido también?, ¿qué tal el viaje?. Bueno, luego nos ponemos al dia.- Le dije a mi madre, dándole otro dulce abrazo.

Entonces nos apresuramos a ponerme el vestido, que era lo único que me quedaba.
Era un vestido precioso y sencillo.
Era de color blanco, con pequeñas piedrecitas alrededor de la cintura y del pecho de color verde esmeralda.
Con el escote, palabra de honor y una cola impresionante que se juntaba a lo largo con el final del velo y éste sujeto a un moño y una corona pequeñita que brillaba mucho.

Me miré al espejo y ví mis ojos que brillaban emocionados.
Y mientras me miraba al espejo, yo misma me repetía que todo saldría bien.
Llegó Ismael y nos dijo que ya era la hora.
Entonces nos fuimos.
Al llegar a la iglesia y ponerme en la entrada, sonó la música, dí un suspiro y comencé a andar.
Al levantar más la vista, ví que mi padre estaba en la puerta, en un lado esperándome,me emocioné mucho

-Esta prohibido llorar, ¡que se te corre el rímel!-Me dijo Sandra, dándome un pañuelo y sonriendo.
Yo le devolví la sonrisa, me agarré al brazo de mi padre y comenzamos a andar.
Al final, ví a Yeremi con un traje precioso.
La chaqueta y los pantalones eran de color azul marino y la camisa que llevaba, era blanca.
En cuanto llegué a él,nos agarramos de las manos y me miró sorprendido.

-Estás preciosa-Me dijo guiñándole un ojo.

-Tú también estás muy guapo-Le respondí

El cura, empezó con su charla, luego unos amigos nos dedicaron unas emocionantes palabras. Cada uno/a a su amigo/a.
Nos narraron un poco nuestras vidas, desde que nos conocimos, cuando llegábamos tarde a nuestras casas y esperábamos no pillar a nadie levantado para evitar la regañina, o alguna anécdota divertida.
Son amigos/as de toda la vida, hemos crecido juntos/as, así que contaron un poco de todo y ya llegamos a lo de "Sois marido y mujer, ya puedes besar a la novia", entonces Yeremi me miró y en su cara se dibujaba una sonrisa picarona, me cogió de la cintura, me empujó hacia él y me dió el mejor beso, si cabe, que me había dado en todo este tiempo.
Salimos de la iglesia y nos abordaron con kilos de pétalos de rosas y un poco de arroz.
Nos subimos al coche descapotable y nos fuimos para hacernos el álbum de fotos.

Cuando llegamos al restaurante, me dí cuenta de que estaba en mitad del bosque.
Estábamos rodeados de naturaleza.
Se respiraba una paz, que te dejaba en armonía.
Sólo se escuchaba el ruido de las voces de los que estaban dentro.

Amor FantasmalDonde viven las historias. Descúbrelo ahora