Capítulo 14. No me dejes asi.

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Llegamos a Madrid a las 20:00h.
Cuando llegamos a casa, dejamos las maletas en el dormitorio y luego fuimos a preparar la cena.
Me moría de hambre.

Sonó el teléfono de Yeremi y a los pocos segundos me miró con una mirada desconcertante.
Cuando colgó, me dijo que tenía que ir inmediatamente al hospital. Su padre estaba ingresado.

-¿Qué ha pasado?, ¿está bien?-Le pregunté.

-No lo sé, mi madre me ha llamado llorando y a penas se le entendía.
¿Dónde están mis llaves de la moto?-Me preguntó.

-Esta lloviendo, no deberías ir en moto. ¿Porqué no te vas mejor en coche?-Le dije.

-Porque en moto tardaré menos. Mi madre estaba muy preocupada, no puedo tardar en ir, ella me necesita.-Me contestó.

-De acuerdo, espera que voy a por mi casco y voy contigo.-Le dije.

-No tranquila, voy yo solo. Quédate aquí y descansa.-Me dijo.

-Ya descansaré luego, Yeremi. Deja que vaya contigo, por favor.-Le dije mientras me ponía la chaqueta y cogía mi casco.

Nos montamos en la moto y salimos derrapando de allí.
Llovía a mares, como si nunca hubiera llovido.
A penas se veía y Yeremi aceleró más.
Yo me abrazaba a su cintura,temerosa de que perdiera el control y nos cayesemos al suelo, ya lo que nos faltaba.
Cada vez se veia menos y habia muchos coches.
El asfalto estaba muy escurridizo, pero aun asi Yeremi aceleró más y más.

Yo estaba aterrorizada y rezando para que no nos pasara nada. Me agarraba fuerte a su cintura y con las piernas me sujetaba a la moto.
Había un semáforo en ámbar y Yeremi parecía que no tenía ninguna intención de parar, vi como se ponia el semáforo en rojo y cerré los ojos.
Tenía un mal presentimiento.
Afortunadamente, Yeremi esquivó a los coches y no nos pasó nada.

A las 21:30, llegamos al hospital Príncipe de Asturias y fuimos corriendo a la habitación 518.
Cuando nos vio la madre de Yeremi, salió corriendo a abrazarlo.

_ Menos mal que has llegado ya, hijo mío. Tu padre está muy mal.
Estábamos preparando la comida y cuando nos sentamos para comer, tu padre se desplomó en el suelo.
Tenia los ojos en blanco y le daban convulsiones.
Dicen que en principio, por las pruebas que le han hecho le ha dado un ataque al corazón.
Ay, hijo mio que miedo tengo, ojalá se ponga bien._ Dijo su madre.

_ Tranquila mamá, verás como se recupera muy pronto.
¿Cuándo pasará otra vez el médico?_ l

_ Supongo que mañana por la mañana._ Respondió.

_ Mamá, vete a descansar y tu también Beth. Yo me quedo esta noche con él. _ Sugirió Yeremi.

_ De eso nada, me quedo yo que vosotros tenéis que descansar.
Habéis venido hace poco de viaje y estaréis cansados. Me quedo yo y punto. _ Replicó su madre.

_ Pero mamá..._ Empezó a decir Yeremi, cuando su madre le cortó.

_ Ni mamá, ni leche en vinagre. He dicho que me quedo yo y listo.
O es que quieres, que este toda la noche desvelada, sin descansar, pensando en tu padre..._

_ De acuerdo, pero si pasa algo me avisas. _ Le dijo dándole un fuerte abrazo a su madre.

_ Adiós Beth, tened cuidado._ Dijo ella

_ Adiós le respondí yo mientras cogía otra vez mis cosas y nos íbamos a casa.

Seguía lloviendo igual que antes.
Yeremi estaba más relajado, pero aun asi seguia preocupado.

Nos subimos a la moto para ir a casa.
Ya no había tantos coches y era normal, eran las 12 de la noche.
Paramos en un semáforo y giré la cabeza a mi derecha y vi a un grupo de niños, que estaban en una parada del bus (supongo que para no mojarse) haciendo botellón y fumando.
Qué pena de juventud, pensé.
En ese momento, se abrió el semáforo y Yeremi arrancó de nuevo.

Salimos a la autopista y vi un cartel que anunciaba «Obras»
¿A estas horas van a estar con obras?, en fín.

Pasamos ese cartel y vi otro que ponia «Conduzcan con precaución, está lloviendo».
Eso ya lo vemos...

De pronto,Yeremi hizo algo raro con la moto y vi como un coche venía hacia nosotros (seguro que Yeremi hizo eso para intentar esquivarle).

El coche chocó contra la mediana, volcó y se deslizó hacia nosotros,Yeremi aceleró para que no nos diera, pero la carretera estaba resbaladiza y nos caímos por un barranco y ahí perdimos la consciencia...

Me despierto, me pesa todo el cuerpo.
Siento algo flotante, siento el aire sobre mi cuerpo y veo las ramas de los árboles más cerca de mi.
Oigo las sirenas de la ambulancia y sus luces.

_ Tú vete con la chica, yo me quedo con el chico.
Quítale el casco y mira a ver si respira. _ Dijo un sanitario.

_No le encuentro pulso a la chica.

¿Cómo que no encuentra mi pulso?
¡¡Estoy aqui!!
Me doy la vuelta y me pongo boca abajo y de repente me doy cuenta de que ¿estoy muerta?. Me empiezo a agobiar, me pongo nerviosa.
De acuerdo, tranquilízate Beth.
Bajo e intento meterme en mi cuerpo, pero es inútil, ya no puedo.

¿Cómo voy a estar muerta?, eso no puede ser. Pero veo mi cuerpo en el suelo, lleno de sangre y la ropa rota...

De pronto, me vienen todas las imágenes del accidente a la mente. Pero falta algo, ¿ Dónde esta Yeremi?
Miro a mi alrededor y ahí esta.

Salgo corriendo hacia él, el otro sanitario esta con él. Le ha quitado el casco y no respira...
Yeremi, ¿dónde estás?.
Miro a mi alrededor, pero no le veo.
El sanitario le hace los primeros auxilios.

Me acerco a él... Yeremi, cariño no te mueras.
Lucha por tu vida, lucha por nosotros.
Tu no puedes morirte, tu familia te necesita. Le toco la mano mientras le digo esto y se me cae una lágrima.
No quiero que te mueras, mi amor.
Tienes que vivir.

_Daniel, ¡respira, el chico respira!.
Dijo el sanitario al que estaba poniendo una manta sobre mi cuerpo...

Me pongo aún más triste al ver esa imagen, la impotencia de no poder hacer nada por volver a la vida junto a Yeremi.

Dejo esos pensamientos y me voy con Yeremi al hospital.
Vamos al mismo hospital en el que están sus padres.
Yeremi sigue respirando, pero muy pausadamente.
Tiene un traumatismo craneoencefálico y se le ha desplazado el ligamento de la rodilla . Eso le escuché decir a un chico en el hospital.
Le metieron corriendo a un box y le llenaron de cables en cuestión de segundos.
Le miraron la tensión del cerebro, el oxígeno y no sé cuantas cosas más...

Al ver que Yeremi estaba en buenas manos,decidí subir a la habitación donde estaba su padre.

Cuando llegué, su madre estaba leyendo un libro y su padre seguía igual. Tumbado en la cama, con los ojos cerrados.

Miré a su madre, me acerqué y le di un beso en la mejilla. Pobre mujer, lo que se le va a venir encima...

Cuando me di la vuelta, vi al padre de Yeremi y me acerqué a él, le cogí de la mano y le dije que ahora que yo no estaré en persona, en la vida de Yeremi me hiciera el favor de ser mejor persona con él.
Que se porte como el padre que tenía que haber sido y nunca fue.
Que le demuestre su afecto y se acerque más a él.

Su padre, agarró mi mano y se despertó.

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Hasta aquí, el capítulo de hoy.
Espero que os guste y disfrutéis tanto como yo al escribirlo.

Espero que hayáis tenido una feliz Noche Buena y Navidad.
Ya no queda nada para año nuevo.
Deseo que se hagan realidad todos vuestros sueños.
Mil gracias por leerme y votarme.

¡¡ FELICES FIESTAS !!
Besos rosas y dorados.



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