Capítulo 6. El sueño premonitorio

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(Suena el teléfono)

- ¿Diga?. Ah, vale. Si ahora bajo.- Dijo Beth mientras se estiraba y bostezaba.
- Madre mía, me he quedado dormida. Claro, de tanto esperar... Y luego dicen que las mujeres somos las que tardamos y ellos los que tienen que esperar. - Dijo Beth mientras sonreía y cogía su chaqueta y su bolso.
- Uohh, que guapa te has puesto. Estás preciosa- Dijo Yeremi haciéndosele los ojos chiribitas.
- ¿En serio vamos a ir ahí?- Le dije a Yeremi, mientras señalaba la moto de color azul.
- Pues claro, qué pasa ¿tienes miedo?- Dijo Yeremi con una sonrisa picarona.
- ¿Miedo yo?. Qué va. Yo no tengo miedo de nada- Dije mientras me ponía el casco.... Espera un momento... Esto lo he vivido yo antes...
Mmm, qué raro.

- Agárrate fuerte, miedica- Dijo Yeremi mientras aceleraba la moto.
- Miedica dice, como si me diera miedo ir en moto- Dije alzando la voz.
Me agarré fuerte a él, cerré los ojos y rezé todo lo que me sabía.
Ohhh Dios, una curvaaaaaa. ¡Que no nos caigamos, que no nos caigamos por favorrrrrrr !.
Veía el asfalto tan cerca de mi cara que no sabía qué era mejor, si abrir o cerrar los ojos.
- Ya hemos llegado, ¿lo has pasado muy mal?- Dijo Yeremi riéndose de mi cara.
- Qué va, me lo he pasado pipa- Dije con el estómago revuelto.
Al rato vi, un caminito de velas. Las seguí y al final una mantita en el suelo con 2 copas, 2 platos y 2 rosas (una morada y otra azul).
Otra vez, esa sensación de que esto ya lo he vivido.
-¿Te gusta? Lo he preparado todo para ti, para nuestra cita.- Dijo Yeremi.
- Si, claro que me gusta. Me encanta. Las vistas desde aquí son espectaculares. Si se ven todas las luces de la ciudad... Es solo que parece que esto lo he vivido ya.- Le dije a Yeremi mientras me sentía confundida.
-Habrá sido con otro chico. Aunque tener los dos la misma idea, de venir aquí..- Dijo Yeremi riéndose.
- Qué va, tonto jajaja. Para nada.
Lo que pasa, que antes de venir me quedé dormida y soñé con todo esto.- Dije a Yeremi, mientras miraba a mi alrededor.
- Y.... ¿Ahora qué pasaba?- Dijo Yeremi, mientras se acercaba a mi.
- Pues pasaba, que cenábamos juntos y... - Le dije mirando cómo se aproximaban sus labios a los míos deseosos de juntarse ambos
- ¿Y después de cenar?, ¿qué pasaba?- Dijo Yeremi.
- Pasaba que... Que me besabas- Dije sintiendo un ardiente remolino dentro de mi. Mi cuerpo temblaba de deseo, mi corazón iba a mil por hora como si fueran pequeñas taquicardias.
De pronto, Yeremi me besó. Sus labios parecían de seda, tan dulces...
Su lengua bailaba con la mia dentro de nuestras bocas.
Su cuerpo desprendía fuego, sus ojos vidriosos de deseo. Me desabrochó la cremallera del top verde y la de los pantalones, mientras yo le desabrochaba la camisa y los pantalones.
Oh Dios mío qué labios, qué cara, qué cuerpo... ¡Y era todo mío!.
Nos miramos a los ojos, mientras pensaba en cómo podía tener ese poder de hechizarme y atraerme tanto. Otra vez me viene ese olor, su olor. Mmm... Me vuelve loca, tanto que ya no sé ni cómo se piensa.
Nos tumbamos en la manta, mientras nuestros cuerpos bailaban juntos en el mismo compás.
- ¿Quieres una fresa?- Dijo Yeremi mientras mirábamos las estrellas.
- Si, con nata por favor.- Le contesté.
Me encanta la nata y ¡jugar con ella mucho más!, pensé mientras me sonrojaba.
De repente escuché algo cerca. Alguien lloraba.
- ¿Dónde vas?- Me preguntó Yeremi.
- He oído llorar a alguien- Le dije a Yeremi.
Me fui acercando más y más hasta que la volví a escuchar y ahí estaba la chica morena, tan delgada que parecía un palillo.
- ¿ Qué te pasa?- Le pregunté.
Cuando se giró, vi esos ojos tan negros, tan hundidos, daban miedo. Era escalofriante. Me asustó tanto,que al echarme para atrás me caí al suelo.
- ¿Con quién hablas, Beth?- Me preguntó Yeremi.
De pronto, recordé todo lo del sueño y por miedo a que ese día tan maravilloso, acabase como en mi sueño. Decidí salir corriendo y poniéndome el casco, le dije a Yeremi que debíamos irnos en ese mismo momento.
-¿ Qué bicho te ha picado?, ¿porqué tenemos que irnos ahora?, ¿te aburres o qué?- Me preguntó Yeremi preocupado.
- Ohh no cariño, no es por ti. Escúchame. Me ha encantado la tarde de hoy, ha sido asombrosa, espectacular. La mejor sin duda de toda mi vida, pero debemos irnos o sino, pasará algo terrible.
- ¿Lo de tu sueño, no?. Mira no sé porqué, pero no entiendo nada. No sé qué te pasa, estábamos tan bien, tan agusto y de repente desapareces y en un abrir y cerrar de ojos, te quieres ir porque algo terrible pasará, ¿qué pasa,Beth?
En ese mismo momento, se asomaba una oscura silueta, cada vez se veía más y me entraba una angustia que no cabía en mi pecho, era la chica morena y venía hacia nosotros.
- Yeremi, por favor vámonos ya. Si de verdad me quieres, vámonos ahora mismo. Le dije con miedo a lo que pueda pasar, pensando en lo que pasó en mi sueño premonitorio.
- De acuerdo, vámonos.- Dijo Yeremi poniéndose el casco y arrancando la moto.
- ¡O me ayudas a buscar lo que quiero, o voy a por tiiiiiiiii!- Dijo la chica morena.
Yeremi aceleró de tal manera,que tuve que agarrarme con todas mis fuerzas en su cintura.
Miré hacia atrás y vi la silueta oscura desvanecerse.
- Yeremi, vámonos por la carretera nueva. Hay menos curvas y me sentiré más cómoda- Le dije, pensando que era mejor que piense que me dan miedo las curvas, en vez de contarle, que por la otra carretera tendríamos un accidente casi mortal.
Ya estando en Alcalá, me relajé.
Cuando llegamos a mi casa, me bajé de la moto y me quité el casco.
- Gracias por todo,cielo. Gracias por la tarde tan maravillosa y siento el tener que irnos así.- Le dije a Yeremi.
- No entiendo qué pasó ahí arriba, pero sea lo que sea, ¿tanto miedo te dió?.- Me dijo Yeremi.
- Si te soy sincera si, me dio mucho miedo. Lo siento.- Le contesté.
- De acuerdo, espero que algún día cercano, me expliques lo que ha pasado.- Dijo Yeremi.
- Si quieres pasar a casa, te lo cuento.- Le dije.
- De acuerdo-. Aparcó la moto y subimos a mi casa
Mientras tomábamos un té, tanteaba en cómo contarle mi don, sin que saliera corriendo.
Le conté lo que me pasó de pequeña, el espíritu de Lidia y el de Diego.
-Esta noche, había una chica allí, donde estábamos y antes de quedar contigo, tuve un sueño premonitorio en el cual pasaba todo lo que te he contado antes.
Siento tener que decirtelo así y si quieres salir corriendo de mi vida, como hacen la mayoría que se lo cuento, adelante, ahí tienes la puerta.- Le dije a Yeremi con una pequeña lágrima en los ojos.
-Ehhh, yo no soy como los demás, cielo. Yo soy yo y no saldré corriendo. Es verdad que me sorprende todo lo que me estás contando. Es lógico, ¿no?. Te apoyo en esto y en todo lo que tenga que apoyarte, por la simple razón de que te quiero.
Te quiero desde el primer día que te vi en aquel bar, desde que vi tu sonrisa que deslumbraba- Dijo mientras me cogía de la barbilla y me la levantaba para mirarle a los ojos.
- Haces que sea especial. Has puesto mi mundo patas arriba y no creas que me vas a perder de vista tan rápido.- Me dijo mientras sonreía y ahí estaba esa sonrisa que tanto me gusta de él. Es tan contagiosa.... Nos echamos a reír los dos, me dió un beso tan dulce, tan apasionado que parecía que nos habíamos pegado con loctite, claro, que tampoco me importaría.
- Que descanses, mi amor. Te quiero.- Dijo Yeremi, dándome un suave beso en la frente.
- Que descanses, cariño. Yo también te quiero y gracias por entenderme y no salir corriendo- Le dije a Yeremi, mientras sonreía.

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¿ Os había asustado mucho el final del otro capítulo?.
Para que veáis que soy buena, aquí tenéis este final que espero que os guste y disfrutéis tanto como yo al escribirlo.
Gracias por leerme. Sois los mejores.
Buenas noches/tardes/días.
Besitos azules.

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