Capitulo VI

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- Ey, esta es mi hermana y tu nueva vecina, ha comprado la casa-le dijo Dylan a Albert.

- ¿Qué casa? ¿Ésa? -dijo sorprendido recibiendo un asentimiento por parte de Dylan- Estás loca-dijo afinando la voz- No tienes gustos chica, pero yo te puedo ayudar en eso-dijo acercándose demasiado a mí.

- No juzgues un libro por su portada idiota, y aléjate de mí, ¿no conoces lo que es el espacio personal?- dije yo comenzado una discusión.

- Ohh discúlpeme, señorita Sócrates- dijo el tal Albert.

- Serás idiota, Sócrates fue un hombre, no sé si lo notas pero soy una chica.

- Como sea - fue lo único que dijo.

- Bueno, bueno, por lo visto ya tienen problemas aunque no es nada raro viniendo de mi querida Amel-dijo Dylan, seguro para alivianar el ambiente pero eso solo hizo que el también llevara miradas fulminantes.

Yo me encontraba sentada en la alfombra arropando mis piernas con mis brazos (ya que tengo un poco de frío) mirándolos fulminantes, Dylan mira como un estúpido la escena mientras que Albert me devuelve las miradas.

- Voy a buscar a sebas-dijo Dylan se paró y se perdió en el pasillo, cobarde.

- Eyy estas temblando-me dijo Albert.

- Claro que no -le respondí.

- Claro que si

- Que no

- Que si

- Uyyy te he dicho que no-me paré y me dirigí hacia el auto.

POV. Dylan

Salí unos minutos más tardes y solo encontré en la sala a Albert.

- Eyy, ¿dónde está Amel?

- Se fue.

- ¿Cómo que se fue?-dije un poco aturdido.

- Si, se fue

Salí lo más rápido que pude y cuando salí, me encontré con una Amelia enojada, gritándoles a los trabajadores, ya que estaban como si no querían terminar nunca, aparte de que estaban haciendo un disparate.

- Eso no va así idiota- le grito a un chico moreno, el pobre, era joven.

- Creo que es muy... no lo sé, no sé Cómo la definiría-dijo Albert, no me había dado cuenta que todos salieron junto a mí, yo solo le di una sonrisa.

-Sebas, quédate aquí con Albert, ¿ok?-éste solo asintió con la cabeza, y yo solté su mano y me dirigí hacia Amelia- Oye no debes desquitar tu incomodidad con ellos- le digo un poco pasivo, no vaya a ser que me mande al cementerio sin tener hijos aún, pero ella solo me miró y volteó de nuevo a seguir supervisando lo que estaban haciendo los trabajadores y negaba con la cabeza como si se estaba volviendo loca así que mejor interferí, no quería que la llevaran a un manicomio, aunque no es una mala idea, no no, no quiero que la lleven apenas la vuelvo a ver.

- Oigan, les recomiendo que hagan todo lo que ella les dice así terminan más rápido y no los despiden, es la hija del jefe aparte que está en su período y suele estar muy malhumorada cuando esto le pasa- inmediatamente dije eso ellos comenzaron a trabajar como si su vida dependiera de eso.

Amelia giró su cara hacia mí como la mujer de la película 'donde está el fantasma' jajajja fue divertido, oh oh, me he desconcentrado.

- No estoy en- no la dejé terminar porque le tape la boca.

StrangerDonde viven las historias. Descúbrelo ahora