Capitulo XIII

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Al segundo que Sebas y Angel entraron al auto, Albert arrancó su auto a máxima velocidad haciendo que mi pelo se alborotara y pasando por un charco de agua que estaba en frente mia haciendo que me empapara completa.

-Idiota!- grité y escuché las carcajadas de Dylan y el imbécil que siguió de largo como si nada hubiese pasado, abrí la puerta del auto para entrar pero Dylan la cerró desde dentro y bajo la ventanilla.- Y a ti ¿qué demonios te pasa? Ábreme la puerta.

-No pensarás subir en mi bebe así, ¿no?- dijo y yo fruncí el ceño.

-¿Qué quieres decir?-le pregunté.

-Que no subirás asi-dijo el, mientras se apeaba y sacaba una funda plástica gigante- Éntrate ahí- dijo mientras me la tiraba y yo la atrapaba. Apreté mis dientes y le tiré la funda en su pecho.

-Porque no mejor metes tu cabeza ahí dentro, así nos haces un favor a todos y dejas de existir de una vez por todas- y al decir eso me di media vuelta para comenzar a caminar hacia la escuela.

-Como quieras- dijo, comencé a caminar rápido para llegar a tiempo, diez minutos después llegué y vi a los cinco mosqueteros en el mismo lugar que se ponen siempre.

Inmediatamente los vi comence a correr.

-¡Tu!- grité, y los cinco me miraron confundidos, Dylan comenzó a reir y Ad negó con la cabeza, cuando por fin llegué muy cerca de donde estaban aligeré el paso y comencé a caminar.

-Madre mia Amel ¿qué te ha pasado?- me pregunto Fernand.

-Pregúntale a el-dije mientras me lanzaba encima de Albert, pero mi camino fue interrumpido por los brazos de Adalberto.

-Calmate- me dijo con su tono de voz normal, neutro.

-¿Qué me calme? ¡¿Que me calme?!-grité mientras pataleaba y lanzaba  puñetazos yo estaba calmada antes de que me dijera eso ahora ya no sé, y el cavernícola de Albert solo se rascaba el cuello con una sonrisa inocente.

- Amel parece un poyito mojado- dijo David uniéndose a las carcajadas de Dylan, yo lo fulminé con la mirada mientras apretaba mis dientes como un perro rabioso- Un poyito muy enojado.

-Es que no me gustaba tu peinado- dijo Albert inocente.

-¿Con que no te gustaba mi peinado?-dije apretando los dientes de furia, si sigo asi creo que se me caerán- ¡Yo te voy a decir lo que no me gusta a mi!-grité yo mientras le lanzaba una patada a su parte interior pero se quitó al ver para donde iba mi pie.

-Heyyy, ahí no, que luego no podremos tener hijos- inmediatamente dijo esto Dylan dejó de reír y toda la sangre que quedaba circulando normalmente en mí, subió a mi cara sonrojándome, y ni hablar de la de Ad que estaba super rojo pero de furia, las risas de David aumentaron y Fernand tenía una amplia sonrisa en su cara. Dylan se acercó a Albert dándole un zape y agarrándolo por el cuello de su camisa.

-Discúlpate- dijo.

-¿Qué? Ni loco- respondió muy tranquilo.

-Suficiente- dijo Adalberto arrastrándome  con el.

-¡¡¡Esto no se quedara asi!!! ¡Te castraré y no podrás acostarte con todas estas regaladas que babean por ti ! ¡Lo juro!!- grité mientras toda la escuela se quedaba  mirándome.

...

-Ten- dijo Ad entrando al baño de las chicas tirándome un poloche y un pantalón de el,al pecho.

-Que no me voy a poner eso- dije tirándoselo de nuevo.

-Que te lo pongas maldición - gritó pegándole a la puerta.

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