Capítulo 24

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Venga, he sido buena, que no he esperado a los 100 comentarios para otro capítulo. ¿Me queréis ahora? :3



Lauren's POV


Me desperté exhausta a la mañana siguiente, e inmediatamente supe el por qué cuando sentí el cuerpo de Camila completamente desnudo removerse a mi lado. Sonreí casi al momento, abriendo a medias mis ojos y, efectivamente, allí estaba, tan preciosa como siempre. Acaricié su enmarañado pelo desde la raíz, entrelazando mis dedos con este lentamente, queriendo protegerla de todo lo malo. ¿Qué pasará cuando me muera? Probablemente sea pronto, y no puedo evitar imaginarme a Camila totalmente desolada junto a Lucy, mis dos pilares, las dos únicas personas a las que les importo por ahora.


Una lágrima escapa por mi mejilla, porque incluso en mi pensamientos, no puedo hablar claramente, hay veces que me quedo en blanco, me quedo embobada, y creen que no me doy cuenta de eso, pero mi cerebro poco a poco se va debilitando, hasta tal punto, que he llegado a despertarme sin reconocer el rostro de la mujer que duerme a mi lado, pudiendo recordarla segundos después.


Nadie sabe lo duro que es que tu cerebro esté reiniciándose constantemente, como si fuera un ordenador estropeado, que no permite estar más de cinco minutos encendido sin que se reinicie solo. Saqué una pequeña libreta del bolsillo de mi pantalón tirado en el suelo y comencé a leer.


"¿Cómo te llamas?"


-Lauren Michelle... Jauregui Morgado.- Susurro para que Camila no escuche.


"¿Cuál es tu color favorito?"


-Negro... negro, ¿era negro? Sí... Negro.


"¿Qué día es tu cumpleaños?"


-27 de junio...


"¿Cuál es tu libro favorito?"


-Espera, era... algo de un ruiseñor. Mierda. Matar a un ruiseñor, eso.


"Cuenta hasta diez."


-Uno, dos, tres, cuatro, cinco, siet... seis, siete, ocho, nueve, diez.- En ese momento, escucho a Camila respirar de una forma poco pausada, lo que me indica que ya no está dormida. Miro hacia mi lado y sonrío al encontrarme con sus ojos observándome.


-¿Ejercitando la mente?


-Hm... sí.- Mi sonrisa no se borra de mi rostro.


-Al menos hoy has recordado el libro y tu color favorito, es un logro, ¿no?- Se acercó a darme un tierno beso en los labios. Todo lo que lograba, ella lo celebraba, lo que me hacía sentir ciertamente orgullosa de los pequeños pasos que iba dando.


-No quiero hacer estos ejercicios todas las mañanas...- Susurré acurrucando mi cabeza en su cuello.

ARMY; CamrenDonde viven las historias. Descúbrelo ahora