Amor sin Sentido 2 (ChicoxChico)

CAPÍTULO 8

Al parecer el generador, también estaba apagado sólo tenía la opción de quedarme ahí.

Me estaba desesperando, estar encerrado me estaba poniendo de malas, así que tome mi espada y empecé a golpear la cerradura, hale desesperadamente y se abrió sin ningún problema.

Tanto tiempo encerrado, sin saber que la puerta estaba abierta, era el colmo.

Salí de ahí directo a mi hogar, cuando alcé la mirada vi una luz que se aproximaba, había alguien más, tenía que esconderme antes de que me descubriera.

Pude evadirlo cruzando cerca del lago, espere a que se fuera y retome mi camino, ahora si lo había logrado, ya no tenía nada de que preocuparme.

Llegue a casa, entre por la ventana y fui directo a la cama, estaba realmente cansado, esperando que el desvelo no me afectara al día siguiente.

Al día siguiente, al escuchar el despertador me levante de inmediato, tenía muchos ánimos, estaba decidido a entregarle su cuaderno a aquel chico.

Al fin había comprendido que me había excedido, tantas preocupaciones que me hubiera ahorrado.

La mañana era algo fría, y aunque no me gusta este clima seguí sin excusa al Jardín.

Todos estaban de pie fuera del salón, esperando ansiosamente la llegada del rubio, así que aproveche para dejar mis cosas en el salón.

Al voltear, vi como todos entraban animados, anunciando su llegada.

El profesor les pidió a todos que tomaran asiento, mientras yo sacaba el cuaderno de mi mochila, al tenerlo entre mis manos, me levante caminando hacia él.

- ¡Hola!, ¿qué... - no pude ni si quiera empezar, vi como la guacamaya se acercaba peligrosamente a mi lugar, poniendo una cara de asombro.

- ¡Wero, wero! aquí esta tu cuaderno perdido - grito a más no poder.

El rubio se acerco rápidamente, yo mire el cuaderno entre mis manos y me lleve una gran sorpresa al ver que se trataba de un abra-café, pero ¿qué encantos estaba sucediendo?

El rubio me miro con desdén.

- Jamás creí que fueras capaz se semejante atrocidad, eres el peor - dijo mientras salía corriendo del salón.

- Sabía que ocultabas algo - dijo el leopardo, lanzándose detrás de mi, trate de escapar de sus garras, mientras todos me miraban con odio, y diciéndome que me había excedido, corrí detrás de él saliendo fuera del Jardín.

Vi como corría sin importarle hacia donde se dirigía, en eso una carreta a gran velocidad iba en dirección a donde corría aquel chico.

Yo aún estaba muy alejado de donde estaba él, tratando de correr lo más que podía, pero era en vano, sentía que algo no me permitía avanzar.

Sin más, el chico alzó la mirada demasiado tarde, haciendo que esta se estrellara contra aquel chico.

Lo único que pude hacer, fue digerir lo que estaba sucediendo.

- Daaaaariiiiiiiiiiiiiiiiiiiiing - dije desesperadamente.

Corrí y corrí, aunque aquella fuerza me lo impedía, hasta llegar con aquel chico.

Estaba inconsciente, recordé que él había estado con migo cuando fui tacleado en el juego.

Todo era mi culpa, no podía soportarlo, en eso escuche que decía algo.

- La... lamento haberme... encimado en ti... - fueron sus ultimas palabras, antes de cerrar los ojos.

Lo abracé entre mis brazos y le dije que yo lo sentía mucho más por haberle hecho eso, empezando a llorar.

Seguía llorando hasta ver que estaba en mi habitación, noté que estaba envuelto entre las cobijas, me levante aún desconcertado y con lágrimas en los ojos.

Busque en mi mochila y vi que ahí estaba el cuaderno, en eso empezó a sonar el despertador, haciéndome reaccionar que todo había sido parte de una pesadilla...