CAPÍTULO 4

121 9 0
                                    

En eso, escuché que azotaban la puerta, inmediatamente trate de ponerme de pie, pero fue de momento el susto, que me pegue en la cabeza, con el escritorio.

- Con que aquí estabas Chase, ¿por qué te nos desapareciste? - reclamo el leopardo.

- ¡Ha! esque me di cuenta que no llevaba mi goma y regresé a ver si la encontraba, pero con el susto me he golpeado - invente.

- El que nada debe, nada teme - completo el puma.

Sentía que sospechaba algo, pero sólo era una falsa alarma, así que trate de no ponerme nervioso.

- ¿Para qué te regresaste? - insistía el leopardo.

- Ya te dije por mi goma - dije evadiendo su comentario.

- ¿Nada más? - insinuó, este, sí sospechaba algo.

Me quede estático, y ya no sabía que decir, esperaba que algo sucediera, mire a mi alrededor y vi el pizarrón.

- Ok, me cachaste, olvidé anotar la tarea - fingí de forma decepcionada.

- ¿Por qué no nos la pediste? - añadió.

- Porque no quería qué me hicieran burla - dije.

- Y eso que el torpe soy yo - dijo el puma, tranquilizándose un poco más el ambiente.

- Pues apúrate, te esperamos - dijo el puma, sentándose cerca del escritorio.

Saqué un cuaderno y volví a apuntar la tarea, lo peor era que estaba repleto el pizarrón.

Desvie mi mirada hacia ellos, estaban jugando, ponían una pata sobre la otra, formando una torre, se veían tiernos, pero sus golpes eran rudos, eso me empezó a preocupar, sí seguían así, el cuaderno podría despegarse y caer, me sentía torturado.

Trate de escribir lo más rápido, pero no podía, mientras tanto seguían golpeando el escritorio, comenzando a tararear, no podía decirles que eso me desconcentraba, pues ya estábamos acostumbrados.

Cómo yo estaba frente al escritorio, mire y en la parte de abajo se empezaba a notar el cuaderno, ¿qué encantos haré ahora?

Anoté las cosas como pude, con una letra apenas entendible, de hecho no escribía todo y me saltaba algunas partes.

Me puse de pie y dije serenamente - He terminado, podemos irnos - empezando a guardar mis cosas.

- Valla, ya era hora - dijo el puma, percatándome de que el leopardo observaba cada uno de mis movientos, así que intente no voltear en ningún momento hacia el escritorio.

Giré, y de un jalón, el leopardo me quito mi mochila y la reviso, ¡já!, no encontrarás nada, dije entre mi, quedando desalentado el leopardo.

- ¿Terminaste? - dije sarcásticamente, este la aventó contra mi cara.

- ¡Vámonos ya! - nos ordenó.

Estaba feliz, aunque no dejaba que el leopardo me viera, por suerte era viernes, así que mañana no había problema, pero ahora cómo iría por el cuaderno.

Estuvimos un buen rato en la selva, hasta que comenzó a atardecer, pensaba pasar al Jardín por el cuaderno, pero no tenía tiempo, además si llegaba tarde mis "padres" me castigarían, así que me despedí y fui directo a mi hogar.

Salude a mis padres como de costumbre, comí, y les entregue la invitación que nos habia dado el profesor, pensé que se opondrían, pero aceptaron ir encantados, eso me sorprendió, llegando a cuestionar su comportamiento.

Al terminar de comer, hice mis deberes y algo de tarea, sin darme cuenta ya era muy noche, así que guarde mis cosas y fui a descansar.

Al día siguiente me desperté un poco tarde, aún no estaba seguro sí regresar por el cuaderno o dejar de preocuparme por eso, a fin y al cabo, así nadie sospecharía de mi, además era una venganza por haberse encimando aquella vez en mi.

Al bajar a desayunar mis padres me dijeron que tenía que alistarme...

Amor sin Sentido 2 (ChicoxChico)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora