Complaciendo al Soldado de Invierno

Sueños y Alucinaciones.

Mil pensamientos giran en mi mente un cortocircuito me causarán, mis sueños iban y venían como relámpagos en noche turbia y tormentosa, alucinaciones se asoman como el sol brillante en la mañana y se esfumaban como el humo en el aire; eran horas y horas de espejismos uno tras otro. Caminaba descalza con vestido blanco por un bosque verdoso con árboles grandes perseguía una silueta fuerte y musculosa trataba de alcanzarlo pero cada vez que estaba cerca se desaparecía en un abrir y cerrar de ojos. Así muchos sueños que no sé si eran realidad o no, o solo eran imaginaciones producto de mi corazón deseoso y desesperado.

Y es que sólo tenía una sola cosa en mi cerebro, solo procesaba esa información lo demás era adorno como un florero en una mesa, y era esta: el destino de mi amado. ¿Estará bien? ¿Por qué no me ayudaba? ¿ Dónde estás ahora?. Lo necesitaba quería aférrame a esa idea de que lo volvería a ver así no me recordará no me importaba por qué en el fondo yo era completamente suya, mi cuerpo, mi alma, mi corazón, mis pensamientos todo mi ser le pertenecía.

Mis sentidos se agudizaron y poco a poco me fui incorporando despertando de esa tragedia vivida que me dejo destrozada no sólo física sino emocionalmente; frágil como una muñeca de porcelana que al caerse va a romperse en mil pedazos así estaba. Miraba alrededor con ojos cansados abriéndose y cerrándose paulatinamente buscando esperanza donde no la había, solo me encontraba en una camilla solo con una bata pequeña que casi no me cubría en una habitación vacía y mugrienta. Mi boca, labios y garganta secas y sedientas parecía que tenía espinas gritaba por ayuda.

-Ayu-daa... Mi voz salía con ritmo lento. Me dolía hasta los huesos, por dentro sentía el infierno pero por fuera mi cuerpo y labio temblaba del frío acurrucaba mis manos en mi pecho de repente ahí estaba en un rincón mirándome con ojos de ternura y con pasos sigilosos como por arte de magia ya estaba acostado a mi lado me brindó una sonrisa consoladora. -Estas aquí bebé. Mis emociones fluyeron a la velocidad de la luz, mi vida dependía de un hilo desgarrado casi cortándose.

-Esta delirando. Se escucho al fondo como una melodía baja.

-Estoy aquí mi amor. Me volteé para verlo mejor sus ojos grisáceos atravesaban mi corazón como un disparo directo a él. Con su brazo de metal tocaba y acariciaba mi mejilla. Su rostro se volvió como una mancha borrosa mis ojos sorprendidos y asustados trataban de entender que pasaba. -Me tengo que ir.

-No, no te vayas.... Dije desesperada trataba de tocarlo y mano traspasaba su cara como si fuera humo en el viento, poco a poco se desvanecía me atemorizaba perderlo me sentía tan desorientada sin él. -Por favor Bucky no... Seguí rogándole casi llorando. Una mano cálida y fuerte tocó mi frente.

-Esta caliente creo que tiene fiebre. De nuevo esa vocecita a lo lejos. Temblaba y temblaba me sacudía en la cama del frío. Sudaba las gotas se posaban en mi frente.

-Entonces acompáñame Val. Y ese poco humo blanco que quedaba se esfumó por completo ya no quedaba nada. Ahora me encontraba en un túnel oscuro y al final una luz resplandeciente que encandilaba mis ojos.

-Donde estás? Pregunté buscándolo y apareció de nuevo esa silueta negra por la luz. Pero sabía que era él, su mano se extendió hacia mi. Camine dudosa para seguirlo el se alejaba.

-Bucky, Bucky. Repetía una y otra vez su nombre esa luz brillante me cubrió por completo.

-Tiene tres días así, ese nombre es lo único que dice. Seguía esa voz que no sé de dónde provenía. Se escucho un bip largo. -Rápido traigan el electro shock la perdemos.

PD: Disculpen que los capítulos son cortos pero se me presentan situaciones y me quedan así, pero sé también que eso los mantiene pegados e intrigados.