Entrenamiento.

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  Había dormido buen rato no como una princesa pero sí más cómoda más limpia, me sentía mejorada esa es la palabra correcta mejorada en todos los sentidos, no quería ni pararme tenía tiempo sin dormir así tenía las sabanas pegadas pero todo se esfumó cuando entró Pierce sin tocar ni pedir permiso se acercó y sacudía mi hombro.

   -Que!!!? Dije refunfuñando como niña chiquita que no quiere ir al colegio.

   -Párate es la hora de tu entrenamiento con el soldado. Respondió apenas dijo eso me levante de una sin pensarlo, estaba ansiosa de verlo estar con él.

   -Estoy más que lista. Añadí ansiosa.

  -Primero tienes que comer y segundo darte un baño o por lo menos cámbiate en las bolsas que te trajeron hay ropa deportiva para que entrenes. Comentó haciendo que  la espera fuera más larga rodé los ojos y bufé.

   -Está bien, iré a bañarme. Dije parándome de la cama arrastrando mis pies de la flojera. Así fue me di una ducha rápida de unos 2 minutos, al salir estaba sobre la cama un sándwich pero antes de comerlo revise las bolsas que estaban sobre un pequeño sillón saque un mono/lycra y un sostén deportivo que dejaba ver mi abdomen plano recogí mi cabello con una cola de caballo, me coloque unos guantes negros y zapatos.

  Seguidamente comí el sándwich con mordidas grandes para terminar rápido, no podía esperar más necesitaba estar ya con mi soldado. Toqué la puerta en seña de que estaba lista, la abrieron y los soldados que custodiaban me hicieron señas que los siguiera, caminamos por un pasillo largo hasta llegar a una habitación grande y amplia pude observar que había un saco de boxeó en una esquina y una que otra máquina de ejercicios parecía un mini-gimnasio.

   -Espera aquí ya viene el jefe. Dijo uno de los guardias y se retiraron. La espera me estaba matando me frotaba las manos de la ansiedad. Pero por fin la espera se acabó se abrió la puerta y entró Pierce mi mirada se volteó directo a él y también lo buscaba desesperadamente y como en cámara lenta apareció detrás de él o corazón se aceleró parecía que quería irse a las manos de él, llevaba su pantalón de cuero sus botas grandes y una camiseta y su cabello recogido con un chongo se veía tan sexy el muy condenado, se quedaba observándome de pies a cabeza como inspeccionando o tal vez ya se estaba acordando de mí.

   -Bueno Soldat esta es tu misión entrenar a esta mujer, ella será tu compañera de ahora en adelante, el Soldado de Invierno necesita a su Soldada de Invierno, y ahí está. Dijo señalándome. El no decía ninguna palabra solo se quedaba escuchando y obedeciendo con mirada fría y distante. -Bueno los dejo solos para que entrenen, enséñale todo lo que sabes Soldat. Añadió tocando su hombro después salió. Ya sabía cómo manejar la situación; que hacer, qué decir, como mirarlo, tocarlo, un gesto en cualquier momento me reconocería lo sabía en mi corazón y su corazón también en el fondo, solo tenía que detonar ese sentimiento., así que solo me quede callada y seguí el juego para aprender a defenderme si quería salir de ese lugar.

  Se fue acercando lentamente yo me movía en círculos y el también en posición de ataque así pasaron los minutos ninguno de los dos daba el primer paso así que tome la iniciativa así que me fui directo hacia el lanzando un golpe; golpe que esquivo con astucia y agilidad. El correspondió de igual forma a diferencia que yo no lo esquive recibiendo tremendo golpe en la cara la levante con firmeza y limpie la sangre en mi labio con mi lengua.

  Era un combate de resistencia sólo era cuestión de tratar de hacer que recordará por eso lo provocaba, se abalanzó hacia mi trato de golpearme de nuevo pero esta vez lo esquive y di una patada en su pecho haciendo que retrocediera aproveche esa ventaja para un ataque/factor sorpresa golpeándolo eso sí que lo enfureció me fulminó con su mirada su cuerpo se abalanzó sobre el mío me agarro un brazo lo llevó hacia mi espalda me neutralizó totalmente contra la pared un quejido salió de mi boca su respiración en mi oído me estremecía ponía mi piel de gallina ese hombre me estaba matando.

Complaciendo al Soldado de Invierno Donde viven las historias. Descúbrelo ahora