La amistad está subestimada.

capítulo 6

Al entrar supe que era el ex escritorio del gobernador Keith al que yo o Kate deberíamos haber remplazado y no Frederick. En todo el camino que nos llevó a mí y a Liam hacer hasta aquí, traté de imaginar que le diría, como lo atacaría, no físicamente sino verbalmente, pero cuando lo vi me asusté, de repente no había conocido persona más macabra que Frederick, antes no me parecía tan frio, y eso me hiso pensar en cómo cambia el físico de una persona cuando conoces su verdadero ser. Frederick tenía la cara pálida, sus ojos clavados en los míos eran oscuros y secos, sin el más mínimo resplandor, su sonrisa, que era una mezcla de sarcasmo y presumo, demostraba que él tenía el poder, y así era, él era el gobernador, él tenía la vara Rarity y este era su territorio, no el mío, y eso me causó aún más temor, es decir, ¿qué pasaría con migo ahora? Probablemente me mate, o aun peor, me someta a algún tipo de sufrimiento para obtener lo que él desea de mí, de una cosa si estaba segura, sea lo que sea que quiere, no debo darle el gusto de que lo arrebate sin dar pelea.

- ¡Al fin estas aquí! – No pude más que mirarlo con desprecio – ¡adelante!, siéntate, siéntete como en tu casa.

- Esta es mi casa – Dije furiosa, resaltando el "es" en la frase – Ahora dime, ¿qué se siente no estar en la tuya? – Mis ojos lo miraban fijamente.

- Bien, bien, ja- contestó sarcástico – Como tú quieras, no voy a desperdiciar mi tiempo en discusiones de bebes, iré directo al punto, ya que no tengo mucho tiempo. ¿Sabes porque estás aquí?

- ¿Qué? no, pero no es lo único que no sé, tampoco entiendo que hacen personas como tú en este mundo.

- Deberías tranquilizarte compañera, ¿es que no sabes quién soy? –Iba a contestar pero el continuó – ¡Pero claro que no! ¡Qué estúpido! – Su sarcasmo me estaba hartando – Muy bien te diré porque.

Mi plan es gobernar, no solo este mundo sino también los demás, la idea era sacarte a ti de la competencia hackeando las sillas de comprobación ya que sabía que serias la próxima gobernadora y contra quien yo podría haber perdido – Lo miré confundida, pero si yo nunca salí de "la competencia". El siguió – Por otro lado logré sacar con un hechizo la mitad del poder de la vara Rarity y lo iba a inyectar en tu amiguita, Kate, para luego sacarlo con un tótem muy especial, de echo es uno de los únicos dos en todos los mundos, pero las señoritas se equivocaron de habitación, así que hubo cambio de planes, ahora tú tenías la mitad del poder dentro de ti y Kate había sido eliminada de la competencia. Tenía que mantenerte oculta hasta recibir la otra mitad del poder que me dieron en la coronación y luego sacarte la mitad que en ti habitaba para tener un poder totalmente completo, ¿Por qué poner una mitad del poder en ti? Pues para el plan B, por ejemplo si después de todo no sería gobernador al menos tendría algo con qué luchar para obtener la otra mitad, en fin, todo salió bien, no llegaste a tiempo para la coronación, así que solo hay un problema. Un atrevido de tu pueblo, creo que lo conoces – Su cara se tornó más oscura aun, y antes de que volviera a hablar me sentí mal, muy mal – Se llama Nike – El corazón se me quedó helado, era el novio de Kate, ¿Qué habrá echo? Sabía que era impulsivo pero de alguna manera, si le hubiese pasado algo, sabía que me sentiría culpable – Osó desafiarme y rompió mi tótem, claro que tuvo su merecido, pero tranquila, puedes hacer algo bueno por él y por tu pueblo – Ignoré ese último comentario, solo podía pensar en Nike, en él y en Kate.

- ¿Qué le has hecho? ¿Qué paso con Nike? ¿Qué hiciste con Kate? – Las lágrimas escaparon de mis ojos sin siquiera darme cuenta.

- No desperdicies tu tiempo, no diré nada más sobre nada, así que ahora puedes hacer una sola cosa – Él se acercó a mí, tenía miedo y muchas ganas de alejarme, pero no podía, no podía demostrar miedo, tenía que mostrarme fuerte, firme. El acaricio mi barbilla suavemente aunque sentí que era una lija que me lastimaba, me soltó y giro para quedar a mis espaldas, me acercó a él, apretó mi espalda contra su pecho y me susurró – Me gustas, me gustas mucho – Mi cuerpo contra el suyo durante apenas milésimas de segundo me generaron asquerosidad, desprecio, me di vuelta y lo empujé abruptamente, él sonrió – Este es el trato, tú te casas con migo y conservas la mitad del poder que tienes, ganamos los dos, yo seré gobernador y tendré a la esposa que quiero y tú también podrás gobernar, además tus amigos serán libres y yo me ahorraría tener que buscar el segundo tótem.

Ahora fui yo quien se acercó a él – Nunca, jamás, bajo ninguna circunstancia, me casaré contigo.

- Está bien, entonces solo debes esperar a que encuentre mi tótem, y me deshaga de ti – Estaba a punto de hablar cuando giró su cabeza para mirar a Liam, que acababa de darme cuenta que estaba allí detrás, lo miré con desprecio y decepción, pensé que era una buena persona, pero era igual de idiota que su hermano si no intentaba siquiera ayudarme – Tú, llévala a su habitación y dale ropa, quizás la señorita cambie de opinión, mientras tanto serás su guardia, la vigilarás todo el tiempo, día y noche, sin excepción, no quiero más errores en mi plan – Liam asintió. Me indicó que saliéramos con un movimiento de cabeza.

Caminamos callados todo el viaje, pasamos una y otra vez por los pasillos blancos de la enorme Casa Principal, había miles de puertas con distintas salas para distintas actividades, y guardias, guardias, guardias y más guardias, nunca podría salir de ahí, me frustré, y caminé por el largo pasillo, sumisa, dejando a mi guardia llevarme a quien sabe dónde.

Cuando al fin llegamos inspeccioné mi habitación, al entrar se veía a mi derecha una cama junto a la pared, con dos mesas de luz, más atrás de la cama había un ventanal hermoso, y a mi izquierda había una puerta, detrás un tocador, y detrás, también pegado a la pared un placar, Liam sacó un hermoso vestido de allí, y me preguntó si me gustaba, no contesté, y luego me aclaró que esa puerta que había visto daba al baño, y que en el placar había más ropa y sabanas, además me dijo que él estaría fuera de mi habitación por si lo necesitaba, Ja necesitarlo, ¡ a él! A la persona que me mantiene atrapada, por supuesto, ¡ya lo extraño!, claro que no respondí, no lo necesitaba ni a él ni a nadie allí, apenas salió miré el vestido, era un hermoso y simple vestido celeste con una faja negra que tenía un hermoso moño, me encantó pero por más simple que fuese no era el atuendo indicado para ese momento, así que busque otra cosa en el placar, pero solo había más y más vestidos, y un par de zapatos negros, al darme vuelta con el vestido celeste todavía en mano, noté que debajo de la cama había un pijama, pero volví a ver el vestido y quise probármelo, me metí al baño y me cambié, dentro se encontraba una ducha detrás de un transparente vidrio, un inodoro, un lavabo y además un espejo gigante plegado a una de las paredes blancas, como era usual ese color en la Casa Principal.

El vestido tenía un cierre en la espalda que llegaba hasta donde comienza el cuello y arriba de este, un broche tapado por una hermosa flor de tela que lo cubría, no llegaba a abrocharlo así que lo sostuve con una mano, con la otra recogí mi cabello y me paré frente al espejo, me veía hermosa, era un vestido tan lindo, me imaginé bailando con él mientras me inclinaba suavemente moviendo mi vestido de un lado a otro y sin darme cuenta sonreí, luego me detuve. Pensé en mi familia, en cuanto la extrañaba, necesitaba los abrazos de mi mamá, los chistes de mi papá, las peleas con mi hermana, y los consejos de Kate, supuse que estarían preocupados por mí, o quizás peor aún, yo debería estar preocupada por ellos, y sin embargo yo estaba allí, bailando con un hermoso vestido, durmiendo en una hermosa habitación mientras ellos sufrían.

Todo el tiempo trataba de ser fuerte, pero no podía, caí rendida en el piso, llorando, en ese momento me sentí inmune a todo, indefensa, necesitaba demasiado a las personas a las que quería, o mejor dicho a las que amaba.