capítulo 12

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- ¿Nick? – no me dio tiempo a reaccionar, se lanzó brutalmente hacia las rejas como un animal, gruñendo, intentando lastimarme. Pude ver su rostro. Parecía una momia, temblaba demasiado y ya no existían rasgos de su antigua cara, estaba demasiado flaco. De su boca salía una especie de espesa saliva blanca, como si tuviese sarna. Intenté acercarme a él, levanté mi mano para tocarlo lentamente pero intentó morderme. Por suerte Liam me lanzó hacía atrás velozmente. Entonces se dio vuelta y puso sus manos en mis mejillas, estaba preocupado.

- ¿Estás bien?, ¿te lastimó? – Apenas pude contestar, me sentía muy mal.

- S... sí, estoy...bien.

Unos pasos que se acercaban por el pasillo nos interrumpieron. Liam se adelantó para dejarme atrás y así protegerme, aunque yo sé que puedo protegerme tan bien como él. Los pasos se escuchaban cada vez más rápidos y pesados a medida que avanzaban.

¿Será Frederick?, ¿o Kate nos habrá seguido?

Para mi tranquilidad Kate salió de los pasillos.

- ¡Kimi!

- ¡Kate! – Las dos nos lanzamos a abrazarnos. Dios, nunca creí que todas mis preocupaciones se fueran con ese abrazo, la necesitaba tanto, necesitaba de sus abrazos, sus chistes, sus consejos, la extrañaba, no podía creer que esté aquí, con migo.

Nos separamos y nos tomamos de ambas manos sonriendo, pero mi sonrisa se esfumó de golpe, tenía que mostrarle la celda que tenía justo al lado, tenía que mostrarle a Nick.

- Kate... yo...tienes que... – Miré hacia la celda de Nick y entonces Kate se dio cuenta a donde tenía que mirar por si sola.

- ¿Nick? – Nick estaba allí mirando como un perro con sarna a sus próximas presas. Kate se acercó a la celda casi trotando pero la detuve antes de que Nick intentara hacerle algo.

- ¡Déjame! ¡suéltame Kim!

- Kate debes calmarte, si te acercas a él te va a lastimar, no sabemos lo que Frederick le hiso – Cuando la solté se agachó mirando de lejos a Nick, estaba sufriendo tanto, se veía tanto dolor en sus ojos.

- Necesito estar con él, lo necesito – No sabía cómo hacer que pare de llorar.

- Kate – la ayudé a levantarse – Recuerdas cuando sucedió lo de Luke. Tú me fuiste a buscar y me tranquilizaste, me dijiste que llorando no iba a lograr nada ¿Lo recuerdas? – Yo también lloraba.

- Si

- Bien, eso mismo te digo ahora, vamos a encontrarle una solución a esto, pero ahora debes calmarte ¿sí?... ven aquí – nos volvimos a abrazar tan fuerte que todos mis miedos se esfumaron, esperaba que los de ella también lo hayan hecho.

Una mujer nos interrumpió de pronto, llevaba un uniforme camuflado de esos colores verdes y marrones, y unas botas negras, tenía el pelo rubio atado y una rara pulsera reloj en la muñeca.

- Ja, tú debes ser Kim – Se dirigía a mí, claro, ahora lo que yo no sé es si debemos correr o si ella viene con Kate. Luego bajó la mirada para hablarle a Kate – Kate, ¿qué sucede? – parecía preocupada pero aun así estaba firme como soldado, su cara estaba igual de fría que antes y su cuerpo derecho y firme, sin vacilar. Aunque me tranquilizó que se preocupara por Kate.

Como Kate no contestó, me atreví a responder a su pregunta.

- Nick está enfermo, muy enfermo. Es el novio de Kate.

Ella se acercó a mirar a Nick un instante y volvió hacia Kate

- Kate, lo siento mucho pero tenemos que irnos, no tenemos tiempo de romper la celda y mucho menos de encontrar la llave que la abre. Lo lamento.

La amistad está subestimada.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora