Whatsapp || Chat Noir y LadyBug ||

Treinta

Cuando la mañana arribó, Adrien despertó feliz. Su amiga seguía allí, aún dormida. Estaba tan linda.

Él tomó su móvil, había un mensaje, un mensaje de su querida LadyBug. Su día no podría haber comenzado mejor. Lo mejor de ese mensaje, era que no iba enviado hacia Chat. Ese mensaje era para Adrien, LadyBug tenía su teléfono. Sonrío antes de abrirlo y concentro su vista para leerlo.

Lady: Adrien... Recuerda que aunque no me veas, estoy allí contigo. Siempre.

No entendía ¿Era eso un acertijo? ¿Un acertijo para saber quién era ella? ¿Acaso LadyBug estaba intentando decirle a Adrien su identidad? Eso quería él. Saber por fin quién era ella, la chica detrás de la máscara. Pero rezaba porque no fuera Chloe. Leyó el segundo mensaje, también era un tipo de acertijo.

Lady: ¿Quién se pone nerviosa al hablar contigo?

Estaba pensando, recorriendo cada rincón de su mente. ¿Quién se ponía nerviosa al hablar con él? No lo sabía. No encontraba a nadie.

Cuando intento seguir pensando, Natalie entró por la puerta del hospital, con una tableta en su mano, allí estaba su padre. Marinette despertó sobresaltada, peino su cabello, ahora suelto, y le sonrió a Adrien. Natalie carraspeó y su padre miro a los ojos al chico. No podía negar que estaba asustado, pero debía mantenerse firme. No podía doblegarse ante su padre nunca más.

- Quiero que vuelvas a casa. Cuando te den de alta te vendrán a buscar. - Natalie estaba apunto de voltearse, pero la voz del chic hizo que volviera a mirarlo. Igual que su padre.

- No. Ya no sigo tus demandas. Quiero que dejes de ser un dictador y que comiences a portarte como un padre normal. Así que vete. - Cerró los ojos decidido a no ver el rostro ni la expresión de enojo que seguro tenía. Sin notarlo, cuando volvió a ver, estaba solo con la chica peliazul, quien estaba mirando el suelo mientras suspiraba. Adrien odiaba tanto que eso sucediera, que su padre le dejara en vergüenza enfrente de sus amigos. Igualmente ya no lo veía como su padre, solo una persona la cual había arruinado su vida por años.

- Lo siento por esto, Marinette. Yo no puedo ir con él, si quieres puedo quedarme en un hotel o...

- ¡No! No, no, no. Quédate conmigo. ¡Digo quédate con nosotros! No hay necesidad de ir a un hotel, je je je. - La chica hablaba cada vez más rápido, el rubio siempre quiso saber porque solo lo hacía con el, pero quizás era porque era un chico.

Pero allí cayó en la duda ¿Y si Marinette gustaba de él? No, era imposible

(...)
Mientras los dos charlaban, la enfermera entró ala habitación, agitada. Tomo a los chicos de los brazos, desconectando los cables, y corrió fuera del hospital. La chica ojeaba que la bata de Adrien estaba un poco desprendida, pero se reprendía a si misma por hacerlo. Cuando llegaron fuera, la enfermera les dijo que habían encontrado un cuerpo inerte en el suelo en uno de los pasillos más largos del hospital, así que estaban evacuando a los pacientes que no estaban graves
Adrien estaba bien, todos estaban bien.
El chico fue a un baño a cambiarse con la ropa que le habían traído, mientras que la  ojiazul intento averiguar algo.

- ¿Intentas buscar información? Es en vano, yo trabajo aquí y no me dijeron nada - ella asintió. - ¿Quieres un té? - La enfermera, quién se estaba portando un poco extraño, sacó un té de su espalda, el cual había sido sostenido por su mano detrás de esta misma, Marinette no creía que sería buena idea, así que solo lo rechazó con gentileza. La enfermera solo sonrió y de fue, entrando por una puerta de madera cerca del hospital, allí había un pasillo largo y abandonado, donde se sentó y se quito su peluca, dejando ver que era Claire. Alex se sentó a su lado, ella ya creía que le iba a gritar por no haber envenenado a Marinette con su te. Pero no, el solo la abrazó, aunque era imposible sentirlo.

- Tranquila, tranquila. Lo vas a lograr, él te va a ver como yo te veo. - La puerta se abrió, dejando ver una figura acercándose, era Claude.

- Te contaré. - Ella no habló dejando que su hermano prosiguiera - De nuestro otro hermano, Alex. - Alex no quería escuchar, no le gustaba esa historia, así que desapareció.

"Nací primero. Nuestros padres me amaban, me llenaban de cariño. Luego, cuando yo tenía cuatro años, nació Alex, él también era amado por nuestros padres. Cuando yo ya tenía once años, naciste tú. A ti te amaban más que a nada, más que a mi y que a Alex, pero a ninguno de nosotros le importó, porque también te amábamos.

Un día, nuestra madre estaba tan enojara con él que lo echó de la casa, tú no te enteraste de nada porque, claro, eras muy pequeña. Alex se fue, pero a la noche volvió. Tocó la ventana  con su puño varías veces, captando mi atención, así que le abrí. Me dijo que me fuera con él a la aventura, decía, entró a nuestro cuarto y te tomo de tu cuna, sonriéndote. Te amaba tanto, te amaba más que a nadie, y se notaba que tú también a él. Pero yo dije que no. No podíamos irnos, tú eras una bebe. Así que te quité de sus brazos y te volví a acostar, no entendías nada, tenías una de expresión extraña. Eché a Alex, pero el volvió y volvió cada noche, hasta que un día tranque la entrada y la ventana, así que comenzó a tirar piedras.

Un día cuando volví del instituto, allí estaba el, meciéndote en sus brazos, sonriendo. Se volteó hacia mi y yo no sabía que hacer, pero también me sonrió, para luego decir.

- La cuidare hasta el final de los tiempos y tú no podrás negármelo. - Así, dejándote otra vez, abrió la ventana y salió corriendo. Y yo, me quedé estático mirando a la nada.

A la noche siguiente no volvió, ni la otra, y la otra. Estaba tan preocupado por él que salí a buscarlo. Grite su nombre, busque por todos lados, hasta que en un callejón oscuro, lleno de ratas, encontré su cuerpo, con un balazo directo en el corazón.

Alex había muerto"

7u7
Tanto tiempo :3
Es que no sabía cómo seguirlo pero bueno, ya vieron el salseo que hay.

Quisiera que me siguieran en instagram (porque si we) soy @Shxtie_

Y PUES QUE L@S QUIERO MUCHO. Los extrañe a todos <3
Ah, y me obsesioné con Mystic Messenger :3

ZEN Y JOOSUNG SON MÍOS. En realidad son todos míos
Sayonara!