Whatsapp || Chat Noir y LadyBug ||

36 end

No había ni un miserable sonido dentro de la habitación del rubio, los dos chicos se encontraban estáticos, pensativos y asustados mientras miraban el charco de sangre en el suelo. Claude tenía bien claro quien había sido, Marinette, por otro lado, con la angustia no podía pensar en nada.
Se sentó en una silla frente a un escritorio y encendió la computadora, allí habían miles de páginas web con Ladybug, un fondo de pantalla de la misma y muchas cosas más. ¿Así de tanto la quería? La ojiazul entendió todo, ¿Era un juego del destino? Ella amaba a Adrien con toda su alma mientras el rubio amaba a Ladybug. Ella tampoco estuvo queriendo a el chico a un 100% así que no podía quejarse.

Claude miraba todo buscando pistas, el rastro de sangre acababa unos pocos metros fuera de la pieza, Claire debió dejar de arrastrarlo desde ahí. Su hermana era inteligente, quizás hasta más que él.

(...)

Movió su brazo derecho, estaba aturdido y no lograba abrir los ojos por más que lo intentara. Con todas sus fuerzas logró levantarse y comenzó a caminar, sus parpados ya no se sentían tan pesados pero aún así dejó sus ojos cerrados. Sentía la madera crujir debajo de sus pies, se sentía inseguro, le dolía el pecho, era un dolor interminable
Ahora si, abrió los ojos.
Estaba en una casa, en una sala rustica y vieja, con millones de cuadros donde habían tres niños. No se veían felices.
Caminó un poco más y encontró una puerta entre abierta y entró. La habitación estaba en penumbras, aunque él sentía una presencia. La puerta se cerró en su espalda y se asustó, dio unos pequeños pasos en marcha atrás y fue momentáneamente cegado por la luz que la chica encendió.

Estaba cubierto de sangre, cada parte de su cuerpo le ardía sin cesar, se sentía abatido y tenía un cansancio interminable. Y allí estaba ella, celebrando por fin que su presa estaba a su lado y que nunca podrían encontrarlos. ¿Eso era la felicidad? Ese sentimiento vacío que tenía en su pecho ¿Eso era por lo que había esperado tanto tiempo? No se sentía igual a como lo planteaban en las novelas de amor, no se sentía igual que como lo había imaginado. Pero Adrien estaba allí, y ella ya estaba obsesionada en vez de enamorada.
El rubio retrocedió y miró hacia todos lados buscando una salida, no había nada, sólo pared y unos cuadros viejos. Su única posibilidad de escapar estaba detrás de Claire y no quería meterse con ella mientras sostiene un cuchillo.

- C...Cariño por fin estamos juntos - Dejó el arma en la mesa del centro y se tiró encima de él sin importar que la sangre iba a manchar toda su ropa blanca, un dolor punzante recorrió el cuerpo del chico y se estremeció. - No más correr, no más pretender. Ahora, ahora somos libres. - Ella fingía una sonrisa, esto no era lo que quería.

- ¿Que mierda te sucede, niña? Tienes al chico, tienes tu casa, me tienes a mí. ¿Que más quieres? - Alex estaba apoyado en una puerta, comiendo una manzana.

- No, es que. Me siento vacía, creo que solo quería que los dos fuéramos felices y formáramos una familia. Y ahora solo yo lo amo.

Alex escupió una parte de la manzana y sonrió para luego añadir. - Pues fuérzalo a que te ame -

Claire asintió.
Adrien no entendía nada, él no era capaz de ver a Alex, solo escuchaba a Claire y creía que divagaba sola por consecuencia de su locura. Pero ella no era la loca, Alex si.

- Ahora, cielo, vamos a ir a la habitación y te vas a dar un buen baño para quitarte ese... - Frunció el ceño - Jugo de tomate que traes encima.

¿Jugo de tomate? Pensó Adrien Esta intentando hacernos normales, ¿Está intentando hacer como si nada de esto pasó? No, necesito salir de aquí. Necesito ver los ojos de Marinette una última vez. Solo, una última vez y así estaré feliz.